Capítulo: VII

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Capítulo: VII

Tuvieron que detener la moto Hyliana antes de adentrarse por completo en Ordón, haciéndola desaparecer en cuanto la autopista se habría terminado y estaban en carretera nacional, ya que Link argumentó que como una vieja cotilla los mirase, se podían olvidar de ir de incógnito y estarían en problemas. Ambos iban caminando sobre un camino de tierra, sin ninguna iluminación salvo la luz artificial de la tableta Sheikah, que hacía que Zelda se tropezase casi con cada paso al no estar acostumbrada, teniendo que aferrarse al brazo de Link para no caerse. Jamás habría ido a un pueblo así, tan alejado al menos de la Ciudadela. Olía muy rústico, mejor dicho, a abono para los campos y a mucho ganado. Era un olor muy natural y rústico y no era que le desagradase, pero no estaba acostumbrada a este. Sin embargo, Link parecía no inmutarse.

-Entonces...-murmuró la princesa mirando el perfil del joven.-¿Has vivido toda tu vida aquí?

Link simplemente asintió, mirando levemente las vistas de su pueblo siendo iluminadas por la luz de la luna.

-Sí...-respondió el hyliano.-Creo que solo he salido de aquí un par de veces, una vez a Kakariko en mi cumpleaños y... Bueno, a la ciudadela para el festival.-aquello último lo dijo en un tono burlesco, suspirando levemente.-Es un pueblo muy bonito, todo el mundo conoce a todo el mundo, solo hay un colegio prácticamente... Pero no sé, siempre me he sentido atrapado, como si no perteneciese aquí...

Zelda le miró apenado, sin poder evitar recargarse más sobre su brazo mientras caminaban intentando brindarle apoyo.

-Te entiendo...-murmuró la princesa.-No te creas que por ser "la princesa de Hyrule" mi vida ha sido fácil... Recuerdo que en el funeral de mi madre, ni si quiera me dejaron llorar por "protocolo".-Zelda se quedó levemente cabizbaja y Link la miró atónito, sim creerse tal cosa.-Siempre estudiando de sol a sol, teniendo que atender actos oficiales, luciendo mi mejor sonrisa... Creo que nunca logré procesar la muerte de mi madre, ¿sabes?-dijo, mirando ahora a Link a los ojos.-Porque los actos oficiales no acaban y siempre debo lucir correcta... Ni si quiera he tenido un amigo de verdad que se haya acercado a mí a algo más que no fuese mi título... Bueno, tengo a mi amiga Styla, y somos buenas amigas, pero sé que se acercó por eso mismo...-otro suspiro, pero esta vez la princesa agachó la mirada.-Creo que de no ser por Impa, habría estado completamente sola...

Link miró apenado a Zelda, tomando su mano, cosa que sorprendió a la princesa de sobremanera, para luego detenerse el rubio y mirarla.

-Ya no estás sola, Zelda...-dijo Link, mirando a la princesa a los ojos. La piel pálida de la princesa brillaba bajo la luz de la luna, al igual que sus ojos de color zafiro. Pero no era la única, Zelda miraba maravillada los profundos ojos azules de Link, sintiendo su corazón latir rápidamente.-Y créeme, no pienso dejarte sola, aún cuando acabemos con esta locura...

No hacían falta más palabras. Era increíble cómo con ellos, las palabras sobraban. Con una mirada podían reconfortar al contrario, a sus almas. Era como que si con tocar la mano del contrario, las angustias se esfumaran de ambos cuerpos. Incluso una tenue luz dorada amenazaba por salir de los mitones de cuero donde ambos ocultaban sus correspondientes marcas.

-De entre todas las personas que pude haber encontrado en un callejón...-dijo la princesa alzando la vista a los ojos contrarios.-Me alegro de que hayas sido tú, Link...

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Una vez llegaron al pueblo, caminaban lentamente por las calles con la mirada agachada tratando de no cruzar miradas con algún posible peatón. Ambos llevaban las capuchas puestas y Link reía diciendo que parecían niñatos a punto de intentar asaltar a alguien con una navaja. Zelda se sorprendió ante aquel comentario, pero Link dijo que era un chiste común en Ordón. Zelda se calmó levemente, pensando que debía conocer mejor su reino.

The Legend of Zelda: The Lost Legend (ZeLink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora