Capítulo: IV
Unas nubes oscuras se posan sobre vuestro amado reino de Hyrule, opacándolo todo. Solo se escucha una malvada risa de fondo y se siente una agonía en todo el cuerpo.
Sin embargo, de entre esas oscuras nubes aparece un halo de luz y las nubes se van dispersando. Y en medio de este halo de luz, se encuentra un joven vestido de verde empuñando una espada y un escudo en su espalda.
Ese es vuestro héroe, princesa, el héroe de Hyrule.
Y vos, vos sois la princesa del destino.
Y juntos, derrotareis el mal que se avecina sobre vuestro reino.
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Se podría decir que la princesa Zelda estaría nerviosa.
Ese era el día más importante de su vida, pues ese día se celebraría su primer discurso ante el público y los medio, primer discurso que además por tradición tenía que haber escrito ella sola.
El festival en honor a las Diosas se hacía todos los años, aunque en la época moderna solo se celebraba como tradición olvidando realmente por qué se celebraba en primer lugar. El festival era una manera de honrar a las Diosas de la leyenda, rogando así por su protección a Hyrule y las tierras vecinas un año más. Hoy en día, ya no eran muchos los hylianos quienes realmente creían en las diosas. El festival habría permanecido aunque ahora era una época para pasársela bien con muchas actividades divertidas, días no laborales, juegos, comida y mucha bebida alcohólica.
Sin embargo, una parte de la verdadera tradición seguía en pie.
Se hacían ofrendas a las Diosas por parte de la familia real, más una antigua oración en hyliano antiguo. Además, venían muchos colegios a lo largo y ancho de todo el reino para así visitar el castillo y conocer más sobre la historia de tan maravilloso y próspero reino.
Styla, junto con el asesor de moda de la familia real, vistieron a la princesa con un simple pero hermoso vestido azul de mangas francesas. En todo momento la princesa ocultó sus delicadas manos en un par de guantes blancos de encaje. Tal y como su nana le habría dicho, aquella marca que habría aparecido recientemente en su mano no podía ser vista por nadie independientemente de quién se tratase, ni su padre. Aquello desconcertaba a Zelda, pero ya después del festival Impa le habría prometido hablar sobre ello y explicarle.
Styla estaba emocionada. A pesar de que Hytopia hacía siglos habría dejado de ser un reino, en cuanto el pueblo se alzó ante sus monarcas quienes derrochaban el dinero de los impuestos en caros vestidos y decapitaron a su última reina con una guillotina, ella siempre habría soñado con cómo sería ser una princesa y todas las maravillosas cosas que haría. Aunque al conocer a Zelda y ver luego a toda la presión a la que estaba sometida siempre, ese deseo se habría achicado levemente. Sin embargo, al ser una invitada por parte de la princesa, gozaría de un asiento junto a la familia real y demás invitados importantes del reino.
Todo estaría listo y en pocas horas el destino de Zelda, princesa de Hyrule, estaría sellado. Pronto pasaría a ser reconocida como tal ante los medios y el resto del mundo. Solo esperaba que su madre desde el cielo se enorgulleciese de ella...
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Por sorprendente que pareciese, Link logró dormir todo el camino en el autobús.
Desde Ordón, el viaje a la capital de Hyrule era bastante largo, de aproximadamente cinco horas. Teniendo en cuenta que el discurso empezaba a la una de la tarde junto con el festival, se obligó a que se tomase el autobús a la cinco de la mañana para así poder hacer paradas para descansar los alumnos e ir al baño.
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The Legend of Zelda: The Lost Legend (ZeLink)
AvventuraLas leyendas son relatos que nuestros mayores nos cuentan como entretenimiento o para explicar sucesos del pasado pero nunca son historias verdaderas. ¿Pero qué pasaría si hay una en concreto que sí es real? Universo Alterno Basado en el mundo real...