Capítulo: XVII

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Capítulo: XVII

-En otras noticias, el día de ayer algunas personas reportaron cerca del monte Lanayru haber visto un dragón de tres cabezas sobre la cima del monte Lanayru.-dijo la reportera desde la televisión.-La casa real de su majestad el rey Ganondorf Dragmire ha confirmado que se trataba de un animatrónico que han estado desarrollando para el próximo festival de Necluda.

-Pamplinas.-dijo el abuelo mientras apagaba la televisión, atrayendo la mirada de su mujer y nieta.-Se creen que somos imbéciles. Ese tal Ganondorf nos está trayendo a la ruina y lo peor es que tiene silenciados a los medios de comunicación que nos están mintiendo. ¡Todos los países vecinos nos quieren declarar la guerra!

-Cariño...-murmuró la abuela.-No deberíamos hablar de estas cosas en voz alta... ¿No has escuchado lo que le han hecho a Rusl, el esposo de Uli?-preguntó la señora, a lo que su esposo negó.-Vino la policía militar, por la manifestación que hizo en contra de la coronación del nuevo rey, y se lo llevaron en mitad de la noche... La pobre Uli, con dos hijos y sin saber dónde está su esposo...

-No seas tonta.-dijo el abuelo, terminándose su café.-Seguramente esté en alguna fosa común o algo. Este hombre más que rey parece dictador.

-Si tan solo supiésemos dónde está Link.-dijo la señora con la voz rota, sentándose en la silla.-Mi pobre niño... ¿Qué te pasó...? ¿Dónde estás...?

La abuela se echó a llorar y su esposo simplemente suspiró, acercándose a ella y acariciando su espalda. Ya se habrían cumplido cuatro meses desde la desaparición de Link. Al volver Karane y Pipit de tal desastroso viaje, le confesaron a Owlan y a Asteus que Link se habría fugado. Ambos profesores regañaron a ambos jóvenes por no haber dicho nada antes, pero estos dijeron que Link así lo pidió. Inmediatamente los cuatro fueron a contarle lo sucedido a los abuelos de Link, quien desde entonces estaban con el corazón roto. Pero quien más sufría con la desaparición del joven hyliano era su hermanita menor, Aryll. La niña antes alegre de ya ocho años simplemente miraba por la ventana, esperando que su hermano mayor volviese algún día. Ya no reía, ya no jugaba, pero tampoco lloraba. Simplemente se quedaba esperando o iba al cuarto de este. Desde la muerte de sus padres no recordaba estar sola, porque siempre tuvo a su hermano mayor que la cuidó. Tal vez no recordaba bien a sus padres, pero sí a su hermano a su lado. ¿Por qué Link la habría dejado? Le hizo una promesa de volver pronto...

Justo en eso, tocaron el timbre de la casa. Aryll, quien hasta entonces estaba en silencio en el salón, se levantó para así abrir la puerta y mirar entre sorprendida y confusa a la ex novia de su hermano mayor.

-¿Malon?-preguntó la niña, mirando a la pelirroja.-¿Qué haces aquí?

-Hola Aryll.-dijo Malon, con las manos en los bolsillos de su chaqueta.-¿Están tus abuelos? Necesito hablar con ellos...

Aryll asintió y la dejó pasar, señalando el comedor. Malon murmuró un leve "con permiso", caminando hasta el comedor donde la abuela se estaría limpiando sus lágrimas.

-Malon, cariño...-murmuró la abuela, mirando a la pelirroja sentarse a su lado.-¿Qué tal estás?

Malon esbozó una sonrisa apenada, tomándola de la mano.

-Hola abuela...-murmuró. Todos en el pueblo le tenían cariño a la pareja de ancianos, llamándolos abuelo y abuela, pero ella los conocía mejor al ser ex novia de su nieto.-Tengo que confesarles algo, a ambos...

-¿De qué se trata?-preguntó el abuelo, aún con la mano en la espalda de su mujer.

-Yo...-murmuró Malon, suspirando luego.-Vi a Link hace unos cuatro meses... Después de su desaparición...-ambos abuelos se quedaron atónitos, y Aryll también atónita se acercó a la mesa.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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