Capítulo: IX

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Capítulo: IX

El templo era enorme. Estaba rodeado por cuatro paredes, lo que hacía que prácticamente fuese un recinto cuadrado, y en medio tendría un patio enorme mientras que atrás una zona de entrenamiento. Pero lo más grandioso de todo era que al parecer, todas las montañas de Kakariko pertenecían a los sheikahs como espacio protegido, así que aún afuera del templo tendrían más estancias como más zonas de entrenamiento e incluso más casas donde vivían el resto de los sheikahs.

Link y Zelda se adentraron al salón principal del templo, sentándose de rodillas quedando cara a cara con la anciana Impaz, quien sacó unos viejos pergaminos dejando ver el dibujo del emblema de la familia real de Hyrule, la tan famosa Trifuerza que ahora ambos tendrían tatuada en sus manos.

-La historia de la familia real de Hyrule es también la del cataclismo.-empezó narrando Impaz, sacando otro pergamino donde se podría ver el dibujo hecho a tinta de un monstruo con cara de jabalí y pelaje rojizo.-cuyo responsable fue Ganon. Es un ser que reaparece cada cierto tiempo desde épocas inmemoriales. La historia se repite una y otra vez y en cada ocasión, un héroe devuelve la paz al mundo.-prosiguió Impaz, sacando un tercer pergamino, donde esta vez aparecían dos figuras más junto al monstruo, un dibujo de un guerrero empuñando una espalda y un dibujo de una doncella de cabello rubio y vestido blanco.-Cuenta siempre con la ayuda de la princesa, por cuyas venas corre la sangre de la Diosa.

Antes de que Impaz siguiese hablando, Zelda la detuvo con cuidado colocando su mano encima de los pergaminos, llamando así la atención de la anciana.

-Señora Impaz...-murmuró la princesa.-Nos conocemos la leyenda. Antes hemos ido con el Gran Árbol Dekú y nos la volvió a contar...

Impaz simplemente se quedó seria al escuchar a la princesa, arreglando los pergaminos para que los tres fuesen visibles a la vez.

-Entonces, princesa.-dijo la anciana.-Sabríais que esto no es una leyenda, pero es la historia de vuestro reino.-sentenció.-Trágicamente, esta historia se ha ido perdiendo poco a poco y ahora se considera que es una leyenda, un mito, una religión.-suspiró, mirando seriamente a la princesa.-El deber de la familia real era mantener viva esta leyenda, estar preparados. No sé en qué momento fue que vuestra familia falló en cumplir las órdenes de la Diosa, pero este cataclismo es enteramente culpa de la familia real. Los sheikahs fuimos encomendados por la mismísima Diosa Hylia con la tarea de guiar a la familia real en cada cataclismo.

Zelda se quedó cabizbaja, con una culpabilidad inundando su pecho. ¿Acaso era su culpa? Recordaba a su padre decir que era solo una leyenda, religión. Nunca nadie le insistió en aprender "magia" o a "despertar su poder sagrado". Sus únicas responsabilidades como futura heredera al trono del reino de Hyrule eran sacar buenas notas, no hacer escándalos y permanecer siempre correcta, ser la admiración de su reino y un modelo a seguir. ¿En qué cabeza le cabría que todo aquello era real? En esos momentos extrañaba tanto a Impa...

Por otro lado, Link estaba empezando a cabrearse con aquella anciana. ¿Qué derecho tenía de decirle esas cosas a Zelda? Era responsabilidad de sus antepasados, no de ella. Ellos debieron de haber prevenido esto, estos debieron de haber mantenido la leyenda viva. No podían culparla a ella de décadas, o incluso siglos, de negligencia en cuanto a ese tema.

Al ver las caras de ambos jóvenes, Impaz suspiró tratando de calmarse. Era una situación bastante dura, por no hablar que por culpa del golpe de Estado, varios de los sheikahs que se encargaban de cuidar de la familia real y del castillo, en especial su nieta Impa, habrían desaparecido o habrían sido encarcelados. Era una situación muy tensa para todos, pero alguien debía de asegurarse que aquellos adolescentes entendiesen la gravedad del asunto.

The Legend of Zelda: The Lost Legend (ZeLink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora