11. No debo decir mentiras

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˗ˏˋ CHAPTER ELEVEN ˎˊ˗
(I MUST NOT TELL LIES)

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El siguiente día sucedió gris y lluvioso como los anteriores

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El siguiente día sucedió gris y lluvioso como los anteriores. Raquel se puso su uniforme y bajó a desayunar junto a Hermione para poco después encontrarse a Harry y Ron. Hagrid seguía ausente de la mesa de los profesores.

-Como punto positivo, no tenemos con Snape hoy -dijo Ron en tono consolador.

-La verdad es que no sé a quién odio más, si a Snape o a Umbridge -se quejó Raquel tomándose su tostada.

De repente Raquel escuchó una voz por detrás suya.

-Buenos días -escucho la voz de Blaise.

-¡Chicos! ¿Qué tal estáis? -dijo la pelirroja con una sonrisa -sentaos.

-Hemos pensado en venir a esta mesa, ya que no te soportan en la nuestra -dijo Daphne riendo y sentándose junto a Ron al otro lado de la mesa.

Ron la miró con una pequeña cara de desaprobación.

-Os hemos traído croissants a todos -dijo Daphne sonriendo al ver la mirada que el pelirrojo le dirigía.

-¡Genial! -Exclamó Ron agarrando uno -Ya me has ganado, que bueno.

-Y yo te he traído una taza de chocolate -dijo Theo sentándose junto a la ojigris.

-¡Gracias! -exclamó la pelirroja abrazando al chico -la necesitaba, la verdad.

Harry miró con los ojos entrecerrados a Theodore y agarró la mano de la chica quien le dió un beso en la mejilla.

Después de desayunar. A dos períodos de Encantamientos le siguieron dos de Transfiguraciones. Los profesores Flitwick y McGonagall pasaron quince minutos cada uno al comienzo de sus clases recordándoles la importancia de los TIMOS.

-Lo que deben recordar -dijo el pequeñísimo profesor Flitwick encaramado como siempre en una pila de libros para poder ver sobre su escritorio -¡es que estos exámenes van a influir en su futuro en los años por venir! Si no han considerado qué carrera van a seguir, este es el momento de hacerlo. Y en el interín, me temo, debemos trabajar más duro que nunca, para asegurarnos de que cada uno logre lo que realmente se merece.

Ahora, con el pánico invadiéndolos ante la cantidad de trabajo pendiente, Raquel, Harry y Ron pasaron la hora del almuerzo en la biblioteca, indagando acerca de los usos de las piedras lunáticas en la preparación de pociones.

La pelirroja también estaba algo agobiada porque aún no sabía en que quería trabajar una vez salir de Hogwarts.

Para el tiempo de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, la cabeza de Raquel daba vueltas.

El día se había presentado frío y ventoso, y a medida que descendían por la explanada cubierta de césped hacia la cabaña de Hagrid, en el borde del bosque prohibido, recibieron algunas gotas ocasionales de lluvia en la cara. La profesora Grubbly Plank los esperaba de pie a cierta distancia de la puerta principal de Hagrid, enfrente de una larga mesa sobre caballetes cargada con ramitas.

Raquel y la orden del fénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora