El quinto ano de Raquel en Hogwarts no se parece en nada a los años anteriores. Con Voldemort ya retornado y sus mortifagos tras Harry, Raquel tendrá que arriesgar muchas cosas por él.
A todo esto se le incluye la nueva Profesora de DCAO.
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A la mañana del día siguiente Raquel se levantó pronto para ir a ver como estaba Harry y su mano. La chica entró en la habitación de su novio gracias a Neville, que estaba despierto y le había abierto la puerta.
Solo quedaban dormidos Harry y Ron, Dean y Seamus ya no estaban y Neville se iba a marchar ya.
La pelirroja se sentó en la cama del chico acariciando el pelo azabache del chico. Agarró la mano de Harry con delicadeza acariciandola para hacerle despertar. Cuando el chico abrió los ojos y vio a la pelirroja este sonrió.
-Buenos días Potter -susurró la pelirroja.
-Buenos días hojita ¿Que haces aquí? -dijo el chico incorporándose y poniéndose las gafas.
-Solo venía a darte los buenos días -sonrió Raquel -¿Qué tal el castigo?
-Cómo siempre.
-Yo sigo pensando que no deberías ir.
-No quiero complacer a Umbridge saltándose sus castigos -inquirió el chico levantándose de la cama para cambiarse de ropa.
-Yo creo que la complaces más yendo a sus castigos, ¡ella te está haciendo daño Har...!
La pelirroja se calló de repente al ver como Harry se había quitado la camiseta quedando con el torso descubierto y dejando su cabello totalmente despeinado. La pelirroja se ruborizo con la boca entreabierta y cuando Harry la vió le dedicó una sonrisa.
Harry se acercó a ella con la camisa entreabierta y la dejó un beso en los labios.
-Me da a mi que no es este el momento, tienes a tu hermano durmiendo en la cama de al lado -dijo Harry riendo abrochándose la camisa.
-¡Yo no...! -exclamó la pelirroja pero se quedó callada de nuevo al ver la sonrisa pilla de su novio -Bueno si, pero ahora me tengo que ir.
La pelirroja algo avergonzada pero con una sonrisa imborrable se acercó hacia la puerta de la habitación.
-¡Espera Raquel! -dijo Harry. -¿Te acuerdas de la cita de la que te hablé?
-Claro que me acuerdo -sonrió la pelirroja apoyándose cruzada de brazos en el marco de la puerta.
-Pues quedamos esta tarde, te espero en la sala común a las cinco, ¿Qué te parece? -dijo el azabache peinándose un poco el pelo con las manos.
-Me parece perfecto -dijo la ojigris dedicándole una sonrisa enamorada -nos vemos luego Harry.
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Cuando entraron en Transfiguración la Profesora Umbridge y su portapapeles estaban sentados en una esquina.
