El quinto ano de Raquel en Hogwarts no se parece en nada a los años anteriores. Con Voldemort ya retornado y sus mortifagos tras Harry, Raquel tendrá que arriesgar muchas cosas por él.
A todo esto se le incluye la nueva Profesora de DCAO.
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Pasaron dos semanas, les estaba resultando casi imposible designar una noche fija de la semana para las reuniones de la ED, ya que tenían que ubicar tres sesiones de práctica del equipo de Quidditch, las cuales cambiaban frecuentemente de fecha, debido al mal clima; aunque esto por un lado alegraba algo a Raquel ya que pensaba que si alguien los estuviera vigilando, le sería muy difícil establecer un patrón.
Hermione pronto ideó un método muy inteligente para comunicar la fecha y la hora de la próxima reunión a todos los miembros, en caso que necesitaran cambiarla en muy corto tiempo, pues sería muy sospechoso que, con demasiada frecuencia, personas de diferentes casas fueran vistas cruzando el Gran Comedor y hablando entre sí. Dio a cada miembro del ED un Galeón falso.
-¿Veis las numeraciones alrededor del borde de la moneda? -preguntó Hermione sosteniendo una para examinarla al final de su cuarta reunión -En los galeones verdaderos, es simplemente un número de serie que se refiere al gnomo que fundió la moneda. En estas monedas falsas, en cambio, los números cambiarán para reflejar la fecha y la hora de la próxima reunión. La moneda se pondrá caliente cuando la fecha cambie, así que si la llevan en el bolsillo la podrán sentir. Cada cual va a tomar una, y cuando Harry decida la fecha y la hora de la próxima sesión, modificará los números de su moneda, y como les puse un Encantamiento Imitador, las demás lo harán junto con la suya.
-Mione, eres brillante -dijo Raquel examinando su moneda con una gran sonrisa. La castaña ya se lo había comentado con anterioridad a su amiga pero la pelirroja no pensaba que el plan saldría tan bien.
-Bueno... pensé que sería una buena idea -explicó Hermione vacilante -Digo, aunque Umbridge nos dijera que le demos la vuelta a nuestros bolsillos, no hay nada sospechoso en llevar un galeón ¿o si?
-¿Puedes hacer un Encantamiento Imitador? -inquirió Terry Boot.
-Sí -contestó la aludida.
-Pero esos... Esos son ejercicios de EXTASIS -musitó débilmente.
-¡Oh! -comentó Hermione tratando de parecer modesta -Oh... sí, supongo.
Raquel la miró con una sonrisa, sabía que a su amiga le encantaba alardear de inteligencia y le gustaba más aún que otros la recalcaran.
-¿Cómo es que no estás en Ravenclaw? -demandó Terry, clavando sus ojos en Hermione con algo parecido a la admiración -¿Con un cerebro como el tuyo?
-Oh, el Sombrero Seleccionador consideró seriamente enviarme a Ravenclaw durante mi selección -aclaró Hermione radiante -pero al final optó por Gryffindor. Entonces, ¿vamos a usar los galeones?
