El quinto ano de Raquel en Hogwarts no se parece en nada a los años anteriores. Con Voldemort ya retornado y sus mortifagos tras Harry, Raquel tendrá que arriesgar muchas cosas por él.
A todo esto se le incluye la nueva Profesora de DCAO.
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Diciembre llegó, trayendo más nieve aún y una auténtica avalancha de tareas para los de quinto año.
Los deberes de prefectos de Ron y Hermione se volvieron más pesados a medida que se acercaba la Navidad. Fueron llamados para supervisar la decoración del castillo:
-Trata de poner adornos mientras Peeves tiene el otro extremo y trata de estrangularte con él - decía Ron molesto una vez llegaban junto con Raquel y Harry.
También les tocaba vigilar a los de primero y segundo año mientras pasaban sus recesos en el interior debido al frío:
-Y son unos pequeños mocosos descarados, sabes, nosotros definitivamente no éramos tan groseros en primer año -seguía quejándose.
Por último también les llamaban para patrullar los corredores por turnos junto a Argus Filch, quien sospechaba que el espíritu de las fiestas podía mostrarse en una epidemia de duelos entre magos.
Estaban tan ocupados que Hermione había parado de tejer sombreros para los elfos y estaba preocupada por ellos, Raquel prometió ayudarla ya que tenía práctica a la hora de tejer gracias a su madre. La verdad es que por un lado la pelirroja se alegraba de no ser prefecta, ya que tenía más tiempo para centrarse en estudiar para los timos, al igual que tenía más tiempo libre para pasarlo con su novio.
La ojigris había visto a Harry bastante triste durante todo el año, aunque cada vez le veía mejor y se pensaba que las vacaciones de navidad le harían alegrarse un poco más, pero no fue así. Acababan de acabar de estudiar y Raquel y Harry se encontraban sentados en la cama del chico ya que su cuarto estaba vacío, mientras la chica hacía bocetos rapidos de lo que se le fuera ocurriendo el azabache la miraba no muy sonriente.
-Harry... -dijo la chica cerrando su cuaderno y acurrucadose a su lado dándole un abrazo.
Raquel sabía que desde su suspensión en el Quidditch y la preocupación de si Hagrid iba a ser puesto a prueba o no, por el momento Harry se sentía muy resentido con Hogwarts y todo el mundo en general. También, el hecho de haber tenido que suspender las reuniones del ED por las vacaciones después de esa misma tarde hacer la última no ayudaba.
Hermione iba a esquiar con sus padres, algo que realmente sorprendió a Raquel, quien nunca había oído de Muggles sujetando trozos de madera a sus pies para deslizarse por las montañas. Raquel y Ron, mientras tanto, estas vacaciones su madre les había escrito para ir a la Madriguera, la chica había escrito a su madre para poder llevar a Harry con ella y esta había aceptado muy felizmente.
-Te voy a echar de menos -dijo el chico algo serio abrazándola de vuelta.
-¿Echarme de menos? -preguntó la chica algo extrañada, aunque en ese momento se dió cuenta de que se había olvidado de decirle a Harry que él iría con ellos a su casa en vacaciones.
