Capítulo IX.

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Betty tenía ganas de salir, con Cata se sentía cómoda, hacía días que no lo hacía y estaba con ánimos de pasar una noche de rumba agradable, por eso aceptó, además siempre salía con Armando y quería probar salir sin él, ella antes de estar con él como su pareja, sus escasas salidas fueron con las del cuartel, como aquella noche que se embriagó y alucinó con don Armando, lo recordaba y sonreía, ah siempre él, siempre fue él.

B: Armando no te preocupes voy con Cata, sabes bien como es ella.

A: ¿a dónde van a ir? En cuanto me desocupe me voy a buscarte, te recuerdo que no estás acostumbrada a beber, se cauta Beatriz, no te vayas a embriagar, no vayas a tomar más de dos copas ah.

B: vamos al norte al bar Maracá, quedamos a las nueve, pero primero voy a mi casa a arreglarme, amor yo conozco mis limitaciones, sobre todo las relacionadas a los tragos, confía en mi Armando, bueno ahora te dejo estoy revisando los Estados de Cuenta y están muy bien los ingresos.

Armando no le responde se quedó muy serio y un tanto molesto no le agradaba para nada la idea que se fuera a un bar, él quería que lo acompañara, sobre todo no le agradaba que estuviera cerca de ese hombre, era la primera vez que una novia suya saldría a un bar sin él, con Marcela jamás ocurrió algo así, ella nunca salió con nadie más, no salía con amigas, con amigos mucho menos, aunque pensándolo bien no tenía, su mundo era él, así que ahora le costaba trabajo aceptar eso, se sentía muy celoso, todo era tan diferente con Betty, con ella estaba aprendiendo y le costaba.

Por la tarde Betty se despide, él no responde nada, ni el beso, ella sabe que está molesto, pero no le dice nada, con el cuartel jamás ha vuelto a salir, ni ellas la han invitado porque saben que siempre esta con Armando.

Llega a su casa y se arregla se maquilla y se peina, se pone una falda negra entallada arriba de la rodilla, blusa negra pegada con escote en V que deja ver el inicio del busto y un saco beige largo se ve muy elegante, botines color beige. Su mamá le dice lo bonita que está, pide un taxi a regañadientes de don Hermes que insistía que no saliera, que ya era tarde, que una muchacha nada tenía que hacer a esa hora en la calle, pero ella no responde nada y sencillamente se va, desafiando la autoridad de su padre como lo hacía desde que él dijo que hiciera lo que le quisiera, pero claro que siempre hacía sus comentarios que ella ignoraba, llega al lugar en un taxi, escucha música en vivo, entra y ve semi lleno, percibe un ambiente agradable, a media luz, busca entre la gente a Cata y la ve porque ella levantó su mano para que la viera, se acerca a ella.

C: Betty buenas noches, pero ¡¡que bonita luce!!.

B: Gracias Cata buenas noches. ¿Michel cómo está?...

M: encantado Betty, Cata tiene razón se ve muy bonita.

B: Gracias Michel.

Platican en voz alta por el barullo y la música que les impedía conversar con un tono normal, toman unas bebidas preparadas, Betty se siente contenta por ese momento que disfrutaba con ellos, pero claro que extrañaba a Armando, Cata empieza a platicar con Michel de música, de historia, de arte, y los tres dan sus puntos de vista.

C: Betty ¿no sabía que era tan culta?

B: Cata los libros fueron mis compañeros durante mucho tiempo y aprendí muchas cosas.

M: es una mujer sorprendente usted aparte de bonita, muy inteligente, culta, amable, sencilla a mí me cae muy bien usted Betty.

Betty se sentía halagada al escucharlo, poco a poco se iba acostumbrando a eso y le agradaba.

Suena un vallenato y Michel invita a bailar a Cata, dejando sola a Betty en la mesa y no pasó mucho rato en que un hombre se acercara a ella-

H: Buenas noches señorita ¿la puedo acompañar?...

PERDÓNAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora