Capítulo X.

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El viernes por la noche van al bar los cuatro como propuso Mario, Betty disfrutaba mucho esas salidas, de ese ambiente, intentaba acoplarse y lo conseguía, encajaba bien en los lugares a que la llevaba Armando, le gustaba que él la tomara de la mano, o de la cintura, bailar con él y que la besara ahí delante de todo mundo, a ella le gustaba todo eso y lo pasaba muy bien, estaba viviendo lo que antes nunca pudo, estuvieron bromeando y platicando, Armando y Mario contaron anécdotas del pasado que las hicieron carcajear, juntos eran tan ocurrentes... bailaron, se tomaron unos tragos y pasan muy agradable la velada, Mario es muy bromista y les hizo el momento muy divertido, la música era de su agrado, y Betty plática con Elisa, es la primera vez que salen juntos los cuatro y que hablan de otros temas que no es de trabajo, y descubre a una Elisa agradable e inteligente, no habían tenido oportunidad de tratarla más que en la empresa y brevemente, Betty tenía una idea equivocada de ella, como era una mujer elegante, y muy arreglada siempre, pensó que era arrogante y vio que estaba equivocada. Pasando la media noche deciden irse, salen rumbo a sus autos...

Charlan un poco afuera del lugar, se despiden y caminan a su auto cada pareja. Armando lleva de la mano a Betty, igual Mario a Elisa.

A: Betty que bien lo pasamos, estoy sudando.

B: si la verdad es que me divertí mucho, Mario tiene un gran sentido del humor, y Elisa igual, me cayó súper bien, no habíamos compartido un momento fuera de la empresa y ellos se llevan estupendamente.

A: me da mucho gusto ver a Mario enamorado, el sufrió hace años por una mujer, incluso me había comentado que le gustaría casarse con ella, pero ella simplemente lo dejó por otro, era bellísima, bueno es muy bonita, en ese tiempo era muy joven ella, empezaba a incursionar en el modelaje y Ecomoda fue su primer trabajo, pero conoció a un extranjero específicamente un estadounidense neoyorkino que vino a conocer la empresa porque estaba interesado en hacer negocios con nosotros, pero al final no se concretó ningún negocio con él, pero si se quedó con la novia de Mario, ella sin decirle ni adiós, a semanas de conocerlo se fue con él, dejándolo muy mal, una amiga de ella otra modelo que trabajaba en la empresa fue la que le contó a Mario cuando le preguntó por ella, porque no respondía sus llamadas, la buscó donde vivía y nunca la encontró, lo recuerdo y me duele por él, jamás lo había visto tan mal, lloró por ella hasta que no pudo más, se embriago días enteros, creo a partir de ahí empezó a ser el hombre mujeriego que ha sido, desde entonces ha tenido miedo al compromiso, porque teme que le pase lo mismo, nunca hablo con él del tema, porque es algo doloroso en su vida, ahora con Elisa es la primera vez que lo veo entusiasmado, ojalá con ella haga vida en común, claro Elisa es una mujer madura no una jovencita como esta de la que hablo, nunca le dije a Mario pero una ocasión la encontré en el aeropuerto de New York con el hombre que se fue, la reconocí perfectamente, y llevaba dos pequeños supongo eran sus hijos.

B: oh que pena por él, nunca me imaginé algo así, como no hay mujer que no les coquetee.

A: pues sí, nadie se imagina la historia que carga Calderón y que lo hace ser así, todo tiene una razón, un motivo.

B: ¿y tú? ¿Has vivido algo así? Alguna decepción amorosa que te haga ser el mujeriego que eras. Yo ya te conté la mía, pero tu no.

A: mmm pues no Betty, afortunadamente yo no, las novias que tuve, no quiero parecer soberbio, pero yo las dejé siempre, me aburría al poco tiempo y las terminaba.

B: ah ¿y tuviste muchas novias? ¿Cuál es la que más recuerdas?

A: ¡¡te parece si dejamos ese tema por la paz!! no quiero recordar algo que carece de importancia hoy en día, la única que me importa eres tú, lo pasado, pasado, es mejor ya no hablar de eso mi amor.

B: sí, tienes razón, solo que de pronto sentí curiosidad.

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Los días siguen pasando y juntos trabajan perfectamente, su relación estaba mejor que nunca, estaban en sincronía, se dirigían miradas cargadas de amor, se sonreían al verse, Armando aprovechaba los momentos que podía para abrazarla, besarla, y si se podía más disfrutaban la ocasión, se notaba lo enamorados que estaban.

PERDÓNAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora