-Nick ¿a donde piensas llevarme?-preguntaba Charlie mientras caminaba con los ojos tapados por la mano de su novio que lo guiaba.
-ya verás- entraron a una habitación que Charlie al instante reconoció el aroma.
-¿es tu cuarto?
Nick quitó su mano de la vista de su novio-¿cómo sabías?- ofendido.
El menor rió-el olor a tu colonia esta presente en tu cuarto.
-yo quería que sea sorpresa- hizo un puchero.
-ya mi amor- se puso de puntillas para besar sus labios-igual es muy lindo lo que hiciste -veía las luces cálidas y la manta en el suelo junto una pizza y dos vasos de zumo de naranja para ambos- ¿y esto por qué?.
-nuestro primer mes juntos- dijo tímido.
Charlie se sorprendió y tapó su boca con las manos- mierda! Soy un novio fatal. No traje nada y ¡lo he olvidado!- Dijo sintiéndose mal.
-no pasa nada bebé, no hacía falta. Sólo lo hice porque soy muy cursi- sonrió y lo besó en la frente.
Charlie sonrió. De pronto tras de ellos apareció Nellie que corrió directo a la pizza que estaba en el suelo.
-¡no! ¡Nellie! Perra mala- retó Nick. Esta solo tomó un bocado de la comida y salió corriendo por la puerta-que maldita.
A todo esto, Charlie reía divertido.
-¡que atrevida!- manifestó Nicholas-nos quedamos sin comidaaa- pusó cara triste. Los vasos con jugos también se cayeron por la perrita que había arrasado con todo a su paso.
-tengo otra idea- rodeó el cuello de Nick con sus brazos-quizá puedes comer mi boca- susurró pícaro.
Nick sonrió y comenzó a besar al pequeño.
-ven- tomó la mano de su novio y lo llevó hasta la cama. Él tomó asiento e hizo que Charlie de sentara con sus piernas rodeando su cuerpo. Este empezó a frotarse contra la intimidad de Nick. El beso ya no era tranquilo sino algo caliente.
El menor se separó del beso y comenzó a besar su cuello haciendo gemir a su novio. Sentía la erección de aquel chico y entonces se frotaba con necesidad, con ganas de sentirlo más.
-Charlie- el pequeño se detuvo y lo miro los ojos-me gusta lo que haces pero me has causado una erección- rió.
Charlie también rió-tu también me causaste una- besó su nariz.-quizá debamos ir por el siguiente nivel, si estás preparado.
-eso no se pregunta amor- apartó a Charlie que estaba encima de él.
Lo acostó sobre la cama y sin pensarlo comenzó sacando la remera que el chico llevaba puesto, siguiendo por sus zapatillas y el pantalón junto su ropa interior, dejándolo desnudo. Empezó a dejar besos por todo el abdomen.
-agh, Nick, necesito más...- insistió el chico.
Charlie también tomó la remera que Nicholas llevaba puesta. Las últimas prendas las retiró Nick y luego tomo partida al coito.
El de rizos se acomodó en cuatro. Nicholas hizo que el menor mojara con saliva sus dedos para que pudiera lubricar y dilatar la zona anal. Empezó con un dedo, seguido del segundo.
-agh. Duele- se quejó Charlie.
-¿quieres que pare?- preguntó preocupado.
-no, no pares- empezaba a sentir placer. Nick lo notó y metió el tercer dedo.
Una vez hecho lo que debía hacer, prosiguió por meter el pene erecto con lentitud en la cavidad anal. Un quejido por parte de Charlie se hizo audible. Lo sentía estrecho.
No pasó más de 2 minutos que ambos disfrutaban el sexo. Metia y sacaba el miembro. El menor movia sus caderas quierendo sentir más y más. De mientras, masturbaba su pene.
-agh si Nick, sigue así-insistía Charlie.
La habitación se llenaba de gemidos proveniente de ambos dos.
-Charlie, Charl. Me vengo- advirtió Nick. El pequeño no le dió importancia y dejo que se corriera en su interior. Agotados se tiraron en la cama.
Como el de rizos no había eyaculado, el rubio tomó su pene y comenzó a masturbarlo.
Charlie lloriqueaba de placer.
-Nick- lo miraba a los ojos con dulzura-te amo mi amor- lo decía entre jadeos.
-yo más mi bebé hermoso- se besaron.
No tardo en que el de rizos de corriera. Apoyó su cabeza sobre el cuerpo de su novio. Dibujaba lineas sobre su pecho desnudo.
-te adoro, ¿lo sabés?- dijo Nick que acariciaba el cabello de Charlie.
-sí- apoyó su mentón sobre el pecho del chico para poder mirarlo-yo también te adoro.
-Nicholas, ya llegamos!- se escuchó un grito de abajo. Era su mamá que había llegado de las compras junto su hermano mayor.
Los dos chicos se miraron sorprendidos.
-¡mierda!- dijeron ambos.
