Las gotas dejaban su rastro húmedo por la ventana. Charlie despertó de su siesta y lo primero que vió, oyendo la tranquila lluvia de fondo, a su novio Nick llorando abrazado de su cintura por alguna extraña razón.
―hey Nicki, ¿por qué lloras?―con voz adormilada aún.
El rubio se apartó su agarre del cuerpo del menor y colocó su mentón sobre el pecho mirándolo a los ojos. Charlie al verlo con los párpados hinchados se le partía el alma.
―¿cómo... Cómo es que estás aquí conmigo cuando no te merezco?― con voz rota.
Charlie tomo asiento en la cama, dejando que Nick apoyara su cabeza entre sus piernas mientras jugaba con el cabello rubio de este.
―¿por qué dices eso amor?― plantó un pequeño beso en la mejilla.
―porque...porque ¿recuerdas cuando te lastimaba en la secundaria? ¿Cuándo te deje plantado en la graduación?― lloraba aún más.
―ay Nick...― secaba las lágrimas de su novio con sus dedos―eso quedó en el pasado. Cambiaste y para bien. Estoy contigo porque te amo y se que tu también― algunas gotitas salían de sus ojos.
―no Charl, no llores...― se levantó y se acomodó sentado frente a él mientras tomaba su rostro con la intención de que le mire.
―es que no quiero que te sientas mal por el pasado. Yo amo a este Nick Nelson que tengo ahora, no el de antes. Quiero a este chico maravilloso que se que no me va a dejar de amar nunca.
Se abrazaron fuertemente mientras lloraban. Necesitaban ese tacto, necesitaban saber que estaban ambos para el otro en cualquier ocasión.
―te amo demasiado Charlie― ocultando su rostro sobre el hombro del rizado.
―yo a ti― acariciaba el sedoso cabello de su novio.
―tengo una idea― se separó del abrazo.
―¿cuál?― extrañado.
―salgamos― se levantó de la cama y sin cambiarse el pijama se colocó las zapatillas.
―pero llueve mucho ya. Además...― se sentó en el borde de la cama―no te cambiaste la ropa.
―eso no importa―se paró al delante de Charlie y besó su frente―ven, vamos.
Charlie solo alzó los hombros sin darle importancia y se levantó vistiendo su usual calzado. Pero, al contrario de Nick se puso un abrigo para no enfermarse.
Ambos salieron de la casa con un paraguas que ni lo utilizaron. Nick prendió un cigarrillo que compartía con su novio. Ambos se mojaban toda la ropa y sus cabellos. Pararon en una tienda donde Charlie quedó afuera esperando con el pitillo en manos que se estaba acabando. Nicholas entró a comprar algo que el rizado no sabia.
Cuando salió, traía un paquete con fresas frescas lo cual alegró a Charlie.
―¡fresas!
―sisi, como en nuestra primera cita― un rubor se hizo presente en el rostro del rubio.
Caminaron hacia el parque pero llovía muchísimo. Decidieron quedarse sentados en un lugar techado para comer tranquilos. Nicholas tomaba las fresas y se las hacia comer a su novio de forma romántica.
Charlie tomó su celular y sacó un par de fotos de ambos disfrutando aquella "merienda".
Se recostó en el hombro de su novio y le acariciaba el brazo. En un momento, empezó a estornudar.
―oh no, ya te enfermaste.
―¿y como no quieres que me enferme― estornudo de vuelta― si me sacas un día de frío y tormenta.
Nicholas reía y lo abrazo.
―es hora que volvamos a casa. Prometo cuidarte si te enfermas.
―pero ¿qué haré con el trabajo?
―deberás notificar que tienes resfriado― tocaba la mejilla del menor―estás frío.
―¿me llevas a casa?―solicitó.
―claro mi amor.
[🍒]
No sé qué escribi.
