Justo antes de que la comida en mi boca decida tomar un camino equivocado, bajo mi rostro y aprieto mis ojos para controlarme. Segundos después, me incorporo nuevamente y observo a Suzy, quien me mira con curiosidad y preocupación.
— ¿Te sientes bien? —me pregunta olvidándose de la charla y yo asiento de inmediato riéndome por lo bajo.
— Si, es solo que...Esa parte de la comida tenía mucha sal. —comento llevando el vaso de agua a mis labios y la observó asentir hacia su comida.
Aprovecho la distracción para pensar en lo que me ha dicho; Me resulta muy extraña la idea de que un chico llamado Jackson esté saliendo con Suzy y su situación sea tan similar a lo que yo viví hace un par de años. Sin embargo, me auto-convenzo de que pudo haber sido nada más una casualidad y de que hay muchas personas en el mundo llamadas Jackson. Pero, hay algo inconforme en mi interior, y no puedo lidiar contra mi curiosidad, debo indagar más:
— Y... ¿Dónde conociste a ese chico? No he escuchado de ningún Jackson en la escuela.
— Oh, no, no. Él no estudia aquí en la ciudad. Lo conocí mientras estaba de vacaciones. Es mi más bonita coincidencia.
Yo guardo silencio a partir de ese momento. Las cosas comienzan a tornarse cada vez más claras, pero, la simple idea de pensar que Jackson ha vuelto a visitar la ciudad sin que yo sepa de él me enferma, molesta y entristece. Ella continúa la conversación;
— ¿Y tú? ¿Cuánto tiempo llevas saliendo con ese chico...? ¿Cuál era su nombre? Ah, ¿Mark? Sí, creo que es ese. —me río casi al instante pero a ella no parece causarle gracia, ¿Realmente cree que Mark y yo...?
— No, no. Mark y yo somos amigos.
— ¡Vamos! No soy tonta. Puedes confiar en mí. —dice guiñándome de forma divertida mientras toma el poco contenido de su vaso. Yo no contesto de inmediato, y es que en realidad no sé cómo convencerla.
— ¿Por qué crees que somos novios? —le pregunto con seriedad, y ya que termine de comer me recargo en el asiento mientras le observo con cuidado.
— Bueno, es difícil de explicarlo a detalle, pero...Cuando el amor entre dos personas es lo suficientemente grande, es imposible ocultarlo. Se nota en su hablar y sus miradas. En su actuar y sus acciones.
— Bueno, él y yo somos amigos desde que teníamos cinco años, y me parece que así seguirá siendo. Es como mi hermano. —comento levantándome de mi lugar al mismo tiempo en que ella lo hace. Acomodo mi silla y me quedo de pie por algunos segundos pensando en lo que Suzy me ha dicho, pero me bombardea con algo más.
— Bien. Cuando decidas aceptar tu amor hacia él, házmelo saber, así podré aplicar el tan afamado "Te lo dije". —acota entre risas y yo no puedo evitar reír también. Tras ello, camino con ella hacia mi habitación dispuestas a comenzar a trabajar.
Definitivamente, Suzy ha sabido ganarse mi confianza.