Hoy durante la tercera clase, el profesor Lee, mi maestro asesor y quién se encargó de castigarme cuando me descubrió fuera de la clase con Mark, me ha pedido que me quede en el aula a la hora del descanso. No me dio explicación alguna y la seriedad con que me dio dicha orden sólo me indica que quizá no se trata de nada bueno. Así que, cuando el timbre suena y todos guardan sus cosas para salir y disfrutar el aire fresco, yo me quedo en mi asiento y veo a mi mejor amigo salir por la puerta del aula haciéndome gestos en señal de burla por mi situación, lo que me dice que el asunto a tratar con el profesor Lee no tiene nada que ver con el incidente de ambos.
Tras un par de minutos, el hombre de menos de cincuenta años, de complexión delgada y con algunas canas adornándole el cabello me hace un llamado para acercarme a su escritorio y yo acudo casi de inmediato.
— Señorita Hwang, como usted sabrá, es escaso el tiempo existente entre el día de hoy y la noche en que el baile de primavera se lleve a cabo como cada año...
Mucho antes de prestar atención a sus siguientes palabras, me encuentro pensando en que ni siquiera recordaba las festividades que se avecinaban, ni las muchas actividades que al inicio del año escolar todos organizaron, incluyéndome.
— Me gustaría que usted y la señorita Bae trabajaran juntas en la organización del evento. Pese a su incidente con cierto joven del que prefiero no mencionar el nombre, me parece una persona responsable y bien administrada. Desde mi punto de vista, reúne las características necesarias para asumir una responsabilidad de este nivel. Además de que, claramente, su participación le otorgaría algunos puntos extra a sus ya excelentes calificaciones.
Mi atención se concentra generalmente en la persona que se supone debería participar conmigo en la organización del baile, pero afortunadamente, logre captar cada aspecto de la explicación que el profesor acaba de proporcionarme. Asiento sin decir nada y el me observa como queriendo escuchar siquiera una palabra, como si quisiera saber que emoción causa en mi la asignación de esta labor, pero ni siquiera yo la sé, así que continua.
— Se suponía que su compañera durante esta labor estaría aquí en el momento en que le explicara el panorama, pero quizá...
Antes de que pueda completar la oración, una voz femenina distinta a la mia irrumpe en el aula haciéndome girar en la dirección de donde la misma proviene.
— Perdone la tardanza, profesor Lee. ¿Me permitiría pasar?
— Por supuesto, adelante. Justo estaba hablándole sobre usted a la señorita Syfel.
Yo no puedo hacer más que mirar a mi contraria y fingir mi mejor sonrisa antes de saludarla amablemente. Se perfectamente quién es, pero nunca nos hemos conocido como tal.
— Soy Syfel Hwang, es un gusto. —digo con formalidad mientras la observo detenidamente.
— Claro, ¿Cómo no conocerte? Soy SuJi, Bae Su Ji, pero si quieres puedes decirme Suzy. —responde con amabilidad y una gran sonrisa, pero por alguna razón, no basta para fiarme de ella a pesar de no conocerla como tal.