— Bueno, tú tampoco pasas desapercibida aquí. —contesto sonriendo de lado antes volverme hacia el profesor al igual que ella.
— Bueno, la señorita Suzy y usted cuentan con la misma información. Me parece prudente que comiencen a trabajar desde este momento y, ante cualquier duda, no olviden consultarme a mí, aunque dudo mucho que eso realmente llegue a suceder. Ambas son lo bastante competentes como para arreglárselas solas. Así pues, mucha suerte.
Una vez habiendo sentenciado aquello, me doy cuenta de que no comente absolutamente nada cuando tuve la oportunidad y, por lo tanto, ahora no hay vuelta atrás. El profesor Lee se levanta de su asiento y abandona el salón dejándonos a Suzy y a mi solas. Antes de que pueda comentar nada, ella toma la palabra y se dirige a mi pareciendo emocionada, aunque no sé porque. Quizá es así como debería sentirme también.
— Bueno, ¿Te parece si nos reunimos hoy por la tarde para comenzar a plantear ideas? Yo no tengo problema en ofrecer mi casa, pero tampoco tendré complicaciones si decides que la reunión sea en la tuya o en algún lugar cercano.
Pienso mi respuesta dos veces antes de hacerla saber, como casi siempre. Suficiente tengo con verme obligada a trabajar con una desconocida, no quiero tener que verme infiltrada en terrenos ajenos.
— Me es imposible dejar mi casa a menos que se trate de asistir a la escuela, así que...James vendrá por mí a la salida. Te esperaré en la entrada y él nos llevara. Cuando terminemos de trabajar el se encargara de trasladarte a tu casa. ¿Qué te parece?
— Perfecto. ¡Nos vemos en unas horas!
Y sin decir más ella se marcha despilfarrando alegría mientras que yo parezco un robot sin sentimientos, segundos después Mark entra por la puerta y me sonríe con burla.
— No más mentiras, ¿Ah?
— No mentí. Además, el trato era solo entre ambos.
— Tú no quieres trabajar con ella. -me dice mofándose en mi cara. Yo lo miro frunciendo el entrecejo y después me acerco a el mirándolo de forma acusadora.
— ¿Estabas escuchando nuestra conversación?
— A mí me parecieron más órdenes que otra cosa. —gruño con molestia ante su comentario y me giro dirigiéndome a mi lugar. Tomo mi mochila y la cuelgo a mi hombro.
— Aún no me convence. —le digo haciendo presente mi desagrado hacia Suzy y él se ríe observándome caminar hacia la puerta; Tenemos una hora libre.
— Vamos, ella es linda. No creo que esa chica llena de alegría y amabilidad pueda albergar a un ser malévolo.
— Si tanto te agrada invítala al baile.
— Lo haría pero ya tengo a alguien más en mente. —dice mientras se adelanta en mi camino y se posiciona frente a mi mirándome mientras camina en reversa.
— Si esa es tu invitación para mí, terminarás yendo solo al baile.
— ¿Me acabas de rechazar? —pregunta fingiendo tristeza y yo muevo mi cabeza de un lado a otro cómo si intentara decidir, pero al final solo me río y lo empujo hacia delante. Mark y yo no nos tomamos estas cosas en serio. El casi nunca se empeña en invitar a cualquier chica de su agrado al baile y en toda la escuela no hay un solo chico que me llame la atención, por lo que solo me puedo imaginar yendo al baile con él.
