Capítulo XI

510 33 1
                                    

Capítulo once

Taehyung

Al día siguiente, bajé a desayunar solo en la mansión, ya que Jungkook había tenido que ocuparse de asuntos relacionados con la mafia en el puerto. Después de tomar mi desayuno, decidí dar un paseo por el jardín para despejar mi mente y encontrar un poco de tranquilidad.

Mientras caminaba por el hermoso jardín, me topé con Jin, el doctor que atendía a la familia de Jungkook, pero que con el tiempo se había convertido en mi amigo cercano. Su presencia era reconfortante, y sabía que podía hablar con él sobre casi cualquier cosa.

—Hola, Taehyung. ¿Cómo estás hoy? —saludó Jin con una sonrisa amable.

—Hola, Jin. Estoy bien, gracias. Solo necesitaba un poco de aire fresco y pensé en dar un paseo por aquí —respondí, devolviéndole la sonrisa.

Jin asintió comprensivo. —Es un hermoso día para un paseo. ¿Cómo estuvo la fiesta anoche?

La mención de la fiesta me hizo recordar lo que había sucedido, y una expresión de preocupación cruzó mi rostro. No podía evitar sentirme incómodo por mi comportamiento y la reacción de Jungkook.

—Fue... interesante, pero algo complicada al final —confesé con sinceridad.

Jin pareció notar mi preocupación y se acercó un poco más.

—¿Puedo ayudar en algo, Taehyung? Si necesitas hablar sobre ello, estoy aquí para escucharte.

Su amabilidad me reconfortó, y le relaté lo que había ocurrido en la fiesta y cómo Jungkook me había sacado de allí.

Jin asintió mientras escuchaba, su expresión reflejaba comprensión.

—Comprendo que debes estar pasando por un momento complicado. La comunicación es fundamental en una relación, y en el caso de parejas como ustedes, con desafíos adicionales debido a su posición en la mafia, es aún más importante. Tal vez puedas hablar con Jungkook sobre lo que sientes cuando regrese.

Mis pensamientos se aclararon un poco después de hablar con Jin, y me sentí agradecido por su apoyo.

—Gracias, Jin. Definitivamente tomaré en cuenta tu consejo.

Jin asintió y colocó una mano reconfortante en mi hombro.

Jin y yo continuamos caminando por el jardín mientras compartíamos nuestras preocupaciones y deseos. Hablamos sobre nuestras relaciones con nuestros respectivos alfas y cómo la vida en el mundo de la mafia complicaba aún más la idea de tener cachorros.

—Entiendo perfectamente lo que sientes, Taehyung —dijo Jin con una mirada de complicidad—. Namjoon, mi alfa, es la mano derecha de Jungkook. Eso significa que estamos igual de expuestos a los peligros y desafíos de este mundo. Nos encantaría tener cachorros, pero es difícil en estas circunstancias.

Asentí, compartiendo su sentimiento. La idea de ser padre y cuidar de una familia me atraía profundamente, pero la realidad de la mafia ponía muchas barreras en nuestro camino.

—Sí, Jin, es complicado. A veces siento que nuestros deseos chocan con la dura realidad de este mundo. Pero supongo que debemos ser fuertes y encontrar una forma de enfrentar esos desafíos si queremos hacer nuestros sueños realidad.

Jin asintió con seriedad. —Tienes razón, Taehyung. Quizás en el futuro, si logramos encontrar la manera adecuada, podamos tener la familia que deseamos. Mientras tanto, debemos cuidarnos mutuamente y asegurarnos de mantenernos a salvo en esta vida que llevamos.

Nuestra conversación se volvió más íntima y sincera, y sentí un vínculo especial con Jin, compartiendo nuestros deseos y miedos en medio de las complejidades del mundo de la mafia. Era un recordatorio de que, en este oscuro entorno, podíamos encontrar apoyo y amistad inesperados.

Nuestra charla me dejó con una sensación de entendimiento y consuelo, y sabía que, en un mundo tan peligroso, tener a alguien en quien confiar era un regalo valioso.

Jin y yo continuamos nuestra conversación hasta que vimos a nuestros alfas acercándose. Namjoon y Jungkook se unieron a nosotros, saludándonos con cariño.

—Hola, omega —dijo Jungkook, dándome un beso en la frente—. ¿Cómo ha ido tu día?

—Ha estado bien, Jungkook. Estaba teniendo una conversación interesante con Jin —respondí con una sonrisa.

Namjoon asintió, mostrando un gesto de complicidad. —Es bueno que los dos puedan conversar. A veces, en este mundo, es esencial tener a alguien en quien confiar.

Jin se despidió y se fue con su alfa. Jungkook y yo quedamos solos en el jardín.

—Te extrañé —dijo Jungkook, acercándose y rodeándome con sus brazos protectores—. Te ves tan hermoso bajo el sol.

Sonreí y me acurruqué en su abrazo. Sabía que, en este mundo peligroso, necesitábamos aprovechar los momentos de felicidad y amor cuando se presentaban. Mi relación con Jungkook había pasado por desafíos, pero estábamos decididos a enfrentarlos juntos.

—También te extrañé, Alfa. No importa cuánto tiempo pasemos separados, siempre pienso en ti.

Nuestros ojos se encontraron, y sentí una conexión profunda con el alfa que me había salvado de un destino terrible. A pesar de los desafíos que enfrentábamos en este mundo de la mafia, sabía que mi amor por Jungkook era real y fuerte.

Jungkook me besó con ternura, y me perdí en su abrazo, sintiendo la seguridad y el amor que solo mi alfa podía brindarme.

Los besos se intensificaron y las manos de jungkook bajaron a mis nalgas dónde dió un fuerte apretón y se me escapó un gemido sorprendido.

—Jungkookie~

Jungkook siguió besando y dejando marcas en mi cuello, veo como lleva una mano hacia su pantalón y libera su miembro grueso y venoso esperando ser atendido. Antes de que pudiera hacer algún movimiento jungkook rompe mi short dejando al descubierto mi entrada ya que no llevaba ropa interior puesta, y mete su miembro de una sola estocada.

—¡Aah Alfa! E-espera nos pueden ver.—Dije nervioso, estábamos en el jardín si alguien nos viera sería una vergüenza total.

—Si llegan a decir algo o a ver a mi hermoso Omega, les arrancaré los ojos uno por uno—.Solto gruñendo y tensando la mandíbula.

Lleve mis temblorosas manos hacia sus hombros y empecé a soltar sobre su miembro dejándome llevar por el momento y el placer.

—¡Aah p-profundo! Está muy profundo Alfa, que rico~

—Te voy a llenar tanto de mi semen, carajo salta más bebé.

Obedecí y empecé a saltar más dejándome ir por completo, Jungkook soltaba nalgadas dolorosas y yo gemía, me gustaba tanto.

—Jungkookie~ dentro, vente dentro.

Mi alfa agarro mis caderas y empezó a embestir una y otra vez, mi cuerpo se sacudía de arriba a abajo mientras el me embestía.

—Te voy a llenar tanto que tendrás mi semen escurriendo por horas y horas de esa entradita tuya.

Finalmente nos corrimos al uniso, sentía como el semen de jungkook caliente y viscoso estaba en mi, el nudo se formo y yo abrace a Jungkook esperando a que esté bajara.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora