Capítulo XXXI

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Capítulo Treinta y Uno

Taehyung despertó esa mañana sintiéndose extrañamente esperanzado. La conversación de la noche anterior con Jungkook había dejado una pequeña chispa de optimismo en su corazón. Aunque el camino adelante seguía siendo incierto, se permitía soñar con un futuro mejor.

Después de bañar y vestir a Hyun, Taehyung se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Mientras alimentaba al bebé, notó un ajetreo inusual en la mansión. Los sirvientes estaban más ocupados de lo normal, y los guardias parecían más atentos.

—¿Qué está pasando? —se preguntó en voz baja, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.

Poco después, Jungkook entró en la cocina con una expresión enigmática en el rostro.

—Tae, tengo una sorpresa para ti —dijo Jungkook, sus ojos brillando con una emoción que Taehyung no había visto en mucho tiempo.

Antes de que Taehyung pudiera preguntar de qué se trataba, escuchó un sonido familiar proveniente del vestíbulo. Un sonido que hacía mucho tiempo no había escuchado, pero que reconoció al instante. El sonido de una risa cálida y acogedora.

Taehyung se levantó de la mesa, su corazón acelerándose. Caminó hacia el vestíbulo con Hyun en brazos, y al llegar, vio a Jimin, su mejor amigo, de pie en la entrada. Jimin sonreía, sus ojos brillando de alegría al ver a Taehyung.

—¡Jimin! —exclamó Taehyung, corriendo hacia él con Hyun en brazos.

Jimin abrió los brazos y Taehyung se lanzó hacia él, sintiendo una ola de alivio y felicidad al abrazar a su amigo. Era como si todo el peso que había estado cargando se aligerara un poco con ese abrazo.

—Taehyung, cuánto te he extrañado —dijo Jimin, apretándolo con fuerza—. Y este debe ser el pequeño Hyun. Es hermoso, Tae. Se parece tanto a ti.

Taehyung sonrió, las lágrimas llenando sus ojos mientras miraba a Jimin y luego a su hijo.

—Sí, es nuestro Hyun —respondió, acariciando suavemente la mejilla del bebé—. Jimin, no sabes cuánto significa para mí que estés aquí.

Jungkook observaba la escena desde una distancia, apoyado contra la pared con los brazos cruzados. Su rostro mostraba una mezcla de satisfacción y algo que podría ser interpretado como alivio. Sabía que Taehyung necesitaba este momento, este reconfortante reencuentro con su amigo.

Jimin, notando la presencia de Jungkook, le lanzó una mirada evaluadora antes de volver su atención a Taehyung.

—¿Cómo has estado, Tae? —preguntó Jimin, su tono lleno de preocupación y cariño.

Taehyung tomó una respiración profunda, sintiendo la calidez del abrazo de Jimin y la realidad de tener a su amigo nuevamente a su lado.

—Ha sido difícil, Jimin. Pero tenerte aquí me da fuerzas —respondió, tratando de mantener su voz firme.

Jimin asintió, entendiendo más de lo que Taehyung estaba dispuesto a decir en ese momento.

—Vamos a sentarnos y hablar. Quiero saber todo sobre ti y Hyun —dijo Jimin, guiándolo hacia el salón.

Mientras caminaban, Taehyung se permitió un momento para mirar a Jungkook. El alfa le devolvió la mirada con una leve inclinación de cabeza, como si reconociera la importancia de este reencuentro para Taehyung.

En el salón, Jimin y Taehyung se sentaron en el sofá, con Hyun acurrucado en los brazos de Taehyung. Jungkook permaneció en la puerta, observando en silencio. Aunque no se unió a la conversación, su presencia era una constante, una promesa silenciosa de que estaba allí, vigilando.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora