Capitulo XX

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Capítulo veinte

Nota de la autora al final del capítulo

En el interior del avión, la atmósfera era tensa y cargada de emociones. Taehyung se dirigió al dormitorio, buscando un momento de soledad para ordenar sus pensamientos. Sabía que la presencia de Jungkook era ineludible, pero necesitaba un respiro. Sin embargo, Jungkook lo siguió de cerca, deteniéndose justo detrás de él.

Taehyung podía sentir la presencia de su alfa, una mezcla de seguridad y opresión que lo hacía estremecerse. A pesar de todo el dolor y el miedo, había una parte de él que anhelaba ese contacto. Jungkook se acercó más, y Taehyung sintió el suave roce de unos labios contra su cuello. El aroma de su alfa, familiar y embriagador, llenaba el aire.

—Taehyung... —murmuró Jungkook, su aliento caliente contra la piel del omega.

Jungkook comenzó a explorar el cuerpo de Taehyung con sus manos, deslizándolas por sus costados y deteniéndose en su vientre. Sus besos en el cuello se convirtieron en pequeñas mordidas, haciendo que Taehyung jadease suavemente, su cuerpo respondiendo a pesar de su mente llena de confusión.

—Jungkook, por favor... —Taehyung intentó resistir, pero su voz sonaba más como una súplica que como una protesta.

Jungkook no se detuvo. Continuó desnudando a Taehyung con destreza, dejando que las prendas cayeran al suelo una por una. Cuando Taehyung quedó completamente expuesto, se volvió hacia Jungkook y se abalanzó sobre él, atrapándolo en un beso lleno de necesidad y deseo reprimido. Sus labios se movieron con urgencia, devorándose mutuamente.

Jungkook lo levantó con facilidad, llevándolo hasta la cama. Lo dejó suavemente sobre las sábanas y comenzó a preparar la entrada de su omega, sus dedos explorando y abriendo camino lentamente. Taehyung se arqueaba bajo el toque experto de Jungkook, sus gemidos llenando la habitación.

—Te he extrañado tanto, Taehyung —murmuró Jungkook, su voz ronca de deseo—. Nunca debiste haberme dejado.

—Yo también... —jadeó Taehyung, incapaz de negar la verdad de sus palabras—. Te he extrañado.

Jungkook se desnudó rápidamente, y Taehyung no pudo evitar estremecerse ante la visión de su alfa desnudo. El deseo ardía en sus ojos, mezclado con la necesidad de reconectar. Jungkook se posicionó y, con un movimiento lento y decidido, entró en Taehyung, arrancándole un gemido profundo.

—Jungkook... —Taehyung susurró, su cuerpo temblando mientras se adaptaba a la presencia de su alfa—. Por favor, más...

Jungkook comenzó a moverse lentamente, estableciendo un ritmo que parecía tanto una tortura como una bendición. Cada embestida era lenta y profunda, llenando a Taehyung de una mezcla de placer y alivio. La conexión entre ellos era palpable, una fuerza que los mantenía unidos a pesar de todo lo que había pasado.

—Eres mío, Taehyung —gruñó Jungkook, acelerando el ritmo ligeramente—. Nunca volverás a escapar de mí.

—Sí, soy tuyo —respondió Taehyung, sus palabras entrecortadas por los gemidos—. Siempre he sido tuyo.

Jungkook aumentó la intensidad de sus movimientos, sus manos explorando el cuerpo de Taehyung con fervor. Taehyung se entregó por completo, sus gemidos convirtiéndose en un mar de sonidos eróticos que llenaban el pequeño dormitorio del avión. La pasión y el deseo que sentían el uno por el otro superaban cualquier otra cosa en ese momento.

—Jungkook, más rápido... por favor —Taehyung jadeó, su cuerpo exigiendo más.

Jungkook obedeció, moviéndose con más fuerza y rapidez. El placer alcanzó su punto máximo, y ambos se perdieron en la intensidad del momento, sus cuerpos y almas entrelazados en una danza de amor y deseo. Finalmente, el clímax los alcanzó, llevándolos a ambos a un lugar de pura euforia.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora