Capitulo XVII

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Capítulo diecisiete

Los días pasaron y la distancia entre Jungkook y yo se hizo más evidente. Cada interacción estaba cargada de tensión, y mi corazón se rompía un poco más cada vez que me rechazaba. Mi embarazo avanzaba y con él, mi necesidad de estabilidad y amor se hacía más urgente. Una mañana, al despertar, supe que tenía que tomar una decisión por el bienestar de nuestro bebé y el mío.

Me levanté temprano y empecé a empacar en silencio. Sabía que Jungkook estaría ocupado en su oficina, como de costumbre, y que probablemente no notaría mi ausencia hasta que fuera demasiado tarde. Con el dinero que había ahorrado secretamente durante meses, tomé una cantidad suficiente para poder empezar de nuevo en otro lugar.

Cuando estuve lista, me miré en el espejo una última vez, tratando de fortalecer mi resolución. Mi vientre abultado me recordó el motivo por el cual estaba haciendo esto. Con una última mirada a la mansión que había sido mi hogar, salí sin mirar atrás.

Tomé un taxi hacia el aeropuerto, y en el camino, sentí una mezcla de miedo y liberación. Al llegar, compré un billete para el primer vuelo disponible hacia América. El destino era desconocido, pero la promesa de un nuevo comienzo me daba fuerzas.

Mientras esperaba en la sala de embarque, mi mente volvía a las últimas palabras que Jungkook me había dicho. Recordé su mirada fría y su tono autoritario. El dolor seguía presente, pero la esperanza de un futuro mejor para mi bebé me impulsaba hacia adelante.

Finalmente, llamaron a mi vuelo y abordé el avión. Me senté junto a la ventana y observé cómo el paisaje conocido se desvanecía mientras el avión despegaba. Un nudo se formó en mi garganta, pero supe que estaba haciendo lo correcto.

Horas después, el avión aterrizó en Nueva York. Sentí una oleada de emoción y miedo al mismo tiempo. Este era el comienzo de una nueva vida, lejos del dolor y la opresión. Bajé del avión y caminé hacia la salida del aeropuerto, sin mirar atrás.

Con el corazón latiendo con fuerza, me dirigí a un hotel cercano para descansar y planificar mis próximos pasos. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a darle a mi bebé una vida llena de amor y seguridad.

Mientras me acomodaba en la habitación, tomé una profunda respiración y me dije a mí mismo:

—Estamos a salvo ahora, pequeño. Aquí encontraremos la felicidad que merecemos.

Acaricié mi vientre y sonreí, sintiendo una pequeña patada en respuesta. Era como si el bebé supiera que estábamos en un lugar mejor. Con renovada determinación, me preparé para enfrentar los desafíos que vendrían, con la certeza de que había tomado la decisión correcta.











Narrador

En la mansión, el ambiente era tenso como de costumbre. Jungkook estaba en su oficina, inmerso en una montaña de documentos y asuntos relacionados con la mafia. Apenas había notado el paso del tiempo, sumido en su trabajo. De repente, un golpe suave en la puerta lo sacó de su concentración.

—¿Qué pasa? —gruñó sin levantar la vista.

La puerta se abrió y la nana de la casa entró, con una expresión de preocupación visible en su rostro.

—Señor Jungkook, no encontramos a Taehyung por ningún lado. Hemos buscado por toda la mansión y no está en ninguna parte —dijo con voz temblorosa.

Jungkook levantó la vista, su expresión endureciéndose al procesar la información. Se levantó de su asiento bruscamente, haciendo que la silla rechinara contra el suelo.

—¿Qué quieres decir con que no pueden encontrarlo? —preguntó, su voz cargada de impaciencia y un rastro de temor.

—Lo hemos buscado en todas partes, incluso en el jardín y los alrededores. No está en la mansión. —La nana tragó saliva, nerviosa por la reacción de Jungkook.

Sin perder tiempo, Jungkook salió de su oficina y comenzó a buscar frenéticamente por la casa, llamando el nombre de Taehyung con desesperación. Los sirvientes lo seguían, intentando ayudar, pero no había rastro de Taehyung.

Finalmente, Jungkook se detuvo en el vestíbulo, su respiración agitada. Recordó los últimos días, las discusiones, las lágrimas de Taehyung. Un nudo de preocupación y culpa comenzó a formarse en su estómago. Miró a la nana, que lo observaba con nerviosismo.

—¿Cuándo fue la última vez que alguien lo vio? —preguntó, su tono más urgente.

—Esta mañana temprano, lo vimos salir de su habitación, pero después de eso... nadie lo ha visto. —La nana respondió, sus ojos reflejando la misma preocupación que sentía Jungkook.

Jungkook se quedó en silencio por un momento, procesando la situación. Luego, con una determinación renovada, sacó su teléfono y comenzó a hacer llamadas.

—Quiero que todos los hombres disponibles se pongan a buscarlo. Revisen cada lugar posible. Taehyung no puede estar lejos —ordenó, su voz firme pero llena de una preocupación que no podía ocultar.

Mientras daba instrucciones, sus pensamientos estaban enredados con el arrepentimiento y la preocupación. Se reprochaba a sí mismo por no haber sido más atento, por haber dejado que su trabajo y la tensión lo alejaran de Taehyung. La imagen de Taehyung con lágrimas en los ojos lo perseguía.

Finalmente, tras varias llamadas, Jungkook se detuvo y se quedó mirando por la ventana, su mente en un torbellino.

—Por favor, Taehyung, vuelve a casa... —murmuró para sí mismo, con una mezcla de desesperación y arrepentimiento en su voz.

La búsqueda comenzó de inmediato, y Jungkook no descansó, dispuesto a hacer todo lo posible por encontrar a Taehyung y enmendar sus errores.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora