Capítulo XXXIII

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Capítulo Treinta y tres

En la habitación, el aire se sentía espeso con la tensión y el deseo acumulado. Jungkook observaba a Taehyung con una intensidad que casi lo hacía temblar.

—No puedo contenerme, Tae —dijo Jungkook, su voz ronca y cargada de deseo.

Taehyung, ya sintiendo la anticipación y el calor de su alfa, respondió con una mirada igualmente cargada de emoción. —Entonces, no lo hagas —susurró, acercándose y dejando un beso suave en los labios de Jungkook.

Ese fue el detonante. Jungkook lo giró rápidamente, quedando ambos frente al espejo. Con una destreza y urgencia palpables, empezó a desvestir a Taehyung, cada prenda cayendo al suelo con una rapidez increíble. Taehyung apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de encontrarse completamente desnudo ante el espejo, su piel brillante y sus ojos llenos de deseo.

—Quiero que me desnudes también, Tae —ordenó Jungkook, su voz un gruñido que resonó en la habitación.

Taehyung, sus manos temblorosas pero ansiosas, comenzó a desabrochar la camisa de Jungkook, sintiendo cada músculo tenso bajo sus dedos. Bajó sus manos al cinturón, deshaciéndolo con una mezcla de precisión y prisa. Finalmente, deslizó los pantalones y la ropa interior de Jungkook, liberando la tensión palpable entre ellos.

Jungkook no pudo esperar más. Con un movimiento firme, levantó a Taehyung y lo giró nuevamente hacia el espejo, alineándose detrás de él. La húmeda entrada de Taehyung ya estaba preparada, y con un gruñido bajo, Jungkook se enterró profundamente en su omega, provocando un gemido ahogado de Taehyung.

Jungkook agarró las caderas de Taehyung con fuerza, sus dedos dejando marcas en la piel suave. Taehyung, por su parte, se apoyaba en el espejo, sus manos presionando contra el vidrio mientras sentía cada embate de su alfa. La habitación se llenó de los sonidos de su pasión, los gemidos y susurros mezclándose con el ritmo constante de sus cuerpos.

—Mírate, Tae —murmuró Jungkook al oído de Taehyung—. Mírate en el espejo mientras te hago mío.

Taehyung levantó la vista, encontrando sus propios ojos reflejados en el espejo. Vio la intensidad en su mirada, el rubor en sus mejillas, y el placer que lo inundaba. Sus ojos se encontraron con los de Jungkook a través del espejo, y esa conexión visual sólo aumentó la intensidad del momento.

Cada embestida era más profunda que la anterior, el deseo de Jungkook incontrolable y primitivo. Taehyung se aferraba al espejo, sus manos apretándose hasta casi romperse mientras sentía el placer aumentar con cada movimiento.

Finalmente, Jungkook dejó escapar un gruñido profundo, su cuerpo tenso mientras alcanzaba su clímax. Taehyung lo siguió poco después, su cuerpo temblando de placer mientras sus gemidos llenaban la habitación.

Agotados, cayeron al suelo, aún entrelazados. Jungkook envolvió a Taehyung en sus brazos, sus cuerpos aún ardiendo de deseo y amor.

—Te amo, Tae —murmuró Jungkook, dejando besos suaves en el cuello y el hombro de su omega.

—Y yo a ti, Jungkook —respondió Taehyung, sintiendo una paz y conexión profundas mientras se acurrucaba en los brazos de su alfa.

La noche continuó, y aunque el calor del celo de Jungkook persistía, sabían que podían enfrentarlo juntos. En ese momento, nada más importaba que su amor y la familia que habían creado.

La habitación seguía impregnada del eco de su pasión reciente. Taehyung, todavía sintiendo los efectos de su clímax, fue llevado suavemente por Jungkook hasta la ducha. El agua tibia empezó a caer sobre ellos, creando un ambiente de intimidad y calma, pero también de deseo renovado.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora