Capítulo XV

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Capítulo quince

Aviso: Nota de la autora al final del capítulo.

Jungkook

El odio que sentía en mi interior era inmenso, incontrolable. Ver el estado en que habían dejado a Taehyung, mi omega, había encendido una furia que no podía contener. No había lugar para la misericordia, solo para la venganza.

Después de encontrar a Taehyung en ese estado, habíamos llamado a Jin, el médico, para que lo atendiera. Afortunadamente, Taehyung estaba fuera de peligro, pero su cuerpo y su mente habían sido heridos profundamente. Ahora era el momento de lidiar con el responsable, Wang, el maldito alfa que había osado tocar a mi omega.

Lo encontramos, lo seguimos, y finalmente lo teníamos en nuestro poder. Wang estaba atado a una silla en una habitación del sótano de mi mansión. La mirada de miedo en sus ojos solo avivaba más mi enojo. Sabía que tenía que actuar con prudencia para asegurarme de que obtendría la información que necesitaba.

—Wang, has cometido un error gravísimo —dije con una voz fría y amenazante mientras me acercaba a él.

Wang intentó balbucear una excusa, pero no lo escuché. Mi ira era abrumadora, y necesitaba que supiera que no habría piedad.

—No hay lugar para tus mentiras aquí, Wang. Debes decirme quién más estaba involucrado en esto y por qué te atreviste a tocar a Taehyung.

Con un poco de esfuerzo, Wang finalmente confesó, nombrando a algunos cómplices que habían estado involucrados en el secuestro de Taehyung. Sus palabras solo incrementaron mi furia. Taehyung no merecía ser tratado de esa manera.

Después de obtener la información que necesitaba, me acerqué a Wang. Mi puño cerrado golpeó su rostro, y el sonido de los huesos rompiéndose resonó en la habitación. Pero no era suficiente. Wang debía pagar por su vileza. Mi furia era incontenible, y procedí a torturarlo. Cada golpe, cada grito, era una venganza por el daño causado a Taehyung.

Horas pasaron, y Wang finalmente colapsó, en un estado de miseria. Sabía que no volvería a causar daño a nadie nunca más. Lo dejé en el sótano, roto y derrotado, mientras yo subía las escaleras con la satisfacción de haber hecho justicia.

A pesar de mi venganza, mi corazón seguía doliendo por lo que le habían hecho a Taehyung. Sabía que este incidente dejaría cicatrices en él, y mi deber como su alfa era estar a su lado y sanar sus heridas, tanto las físicas como las emocionales. Mi amor por Taehyung era inquebrantable, y estábamos dispuestos a enfrentar cualquier desafío juntos.

Después de haber tomado venganza contra Wang, me encontraba en mi despacho, en lo que parecía un silencio abrumador. El tormento que había infligido a ese alfa me había proporcionado una sensación momentánea de satisfacción, pero la rabia y el odio que había sentido no habían desaparecido. Habían sido momentos de pura ira y deseo de justicia, y ahora me sentía atrapado en mis propios pensamientos.

Taehyung había sido lastimado y, aunque Wang había pagado por su vileza, no podía evitar sentir que no había hecho lo suficiente. Las imágenes de Taehyung atado y herido seguían atormentándome. Mi necesidad de protegerlo, de vengarlo, me había llevado al límite.

Tomé un sorbo de whisky de un vaso que había en mi escritorio. El calor del licor bajando por mi garganta era un pequeño consuelo en medio de la tormenta de emociones que me invadía. Sabía que no podía dejar que esta ira consumiera mi vida, pero también sabía que nunca perdonaría a aquellos que habían dañado a Taehyung.

Mi mente divagó hacia el futuro. Taehyung necesitaría apoyo y amor para superar lo que le habían hecho. Mi deber como su alfa era estar a su lado en cada paso de su recuperación. Pero también sabía que debía ser cauto en la forma en que manejaba esta situación.

Sálvame (Kookv)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora