Entre todas las llamada que podia recibir, Mitsuki no espero que Shouko Todoroki fuera quien la llamaba. La sorpresa fue tal que cuando la bicolor le dijo quien era, se le escapo una explosion de las manos que revento su teclado.
¡Ay, diablos!- Abrio el cajon y busco otro teclado. Al no encontrar alguno volvio a la llamada -Hola querida, sigues ahi?
[Si... escuche una explosión, ¿esta todo bien?]
-Si, no te preocupes, fui yo. Pero dime, como has estado, Izuku te dio mi numero, cierto?-
[Si... lo hizo...]- Se escucho un carraspeo de la bicolor-[Pero justamente por el fue que la llame, señora Bakugo]
-Oh ¿Sucedio algo con el? ¿Algun problema?-
Shouko alzo una ceja. ¿Algun problema?
[No? Es solo que... el a cambiado mucho, no es que me queje de eso pero, me gustaria saber que ocurrio si es que algo malo le paso...]
Del otro lado de la llamada, la madre del pelinegro paso por un pequeño lapso de recuerdos del antes de su hijo.
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Suspiro antes de continuar -Creo que no es adecuado hablarte de eso por teléfono... ¿Puedes venir uno de estos dias?
[Si, claro. El fin de semana nos dan tiempo libre, solo deme su dirección y ahi estare]
-Deacuerdo, ¿Tienes un papel?-
Shouko demoro unos segundos en responder en lo que abria su mochila y sacaba algo en que apuntar -[Si]
Mitsuki le dijo la direccion de su casa, con eso apuntado, la bicolor podria averiguar que paso con Izuku.
[Bueno, tengo que colgar querida, explote mi ultimo teclado y tengo que comprar nuevos]
Eh... Esta bien? La vere pronto- Se despidio algo confundida.
La llamada colgo, fue un final muy extraño, pero almenos tenia la dirccion de la casa de Izuku y podria hablar con su madre.
El como lo consiguio, quizas tambien fue una forma bastante rara.
[FlashBack]
Shouko salio del salon de clases. Mientras esperaba a Izuku, saco su telefono y lo encendio. Ignoro los mensajes de su padre al deslizar la pestaña de notificaciones y luego se dirigio a su galeria, ahi vio la foto que logro sacarle a su amigo mientras este estaba distraido almorzando.
-Jeje... es muy lindo-
-¡Oye, mitad y mitad!-
Si, reconocia esa voz y esos fuertes pisotones que se acercaban a ella. Dificil de ignorar entre todo el griterio que era su salon cuando Aizawa se quedaba dormido.
