La omega se quedó parada en medio del umbral de la puerta viendo cómo su cachorra estaba tan cómoda en los brazos de aquella alfa siendo testigo como por primera vez en mucho tiempo no tenía el ceño fruncido y el adorable puchero había abandonado sus labios, pareciendo tan relajada, tan en calma con sus pequeñas manitas aferradas a la tela de la camisa de la pelinegra y su mejilla aplastada contra su pecho, con la calidez materializandose a través del lazo que compartía con su bebé en un diminuto sonrojo en sus mejillas.
Oh diosa luna. ¿por qué le gustaba tanto aquella imagen?
¿Por qué su lobo ronroneaba de alegría?
- ¡oh! Camila - susurró con voz calma la alfa llamando la atención de la Omega sacándola de sus cavilaciones perdiéndose así en la manera en que sus orejas se teñian de rojo al ser atrapada mirandola de más - ya estás aquí.
La castaña solo asintió como respuesta permitiendo que un cómodo silencio se adueñase de aquel lugar entretanto jugaba con las prendas de ropa sucia entre sus manos tomando así una bocanada de aire que se hizo paso por sus pulmones para después salir de sus labios en un sonoro suspiró que captó la atención de Lauren
- Macarena se portó realmente bien - comento sin abandonar la sonrisa en sus labios - dejó que le colocase las calcetas y ni siquiera lloró, es una buena bebé, jamás había conocido a una cachorra tan tranquila como ella
- creó.... creó que es porqué le agradas - musitó Camila atreviéndose a dar unos cuantos pasos para terminar de entrar en la habitación depositando las prendas de ropa sobre la cama antes de tender la toalla en la cabecera de esta - y es raro... porqué mi cachorra, nunca se ha sentido cómoda con alfas a su alrededor, en realidad creó que en ninguna persona en general que no sea yo o Alex
- bueno, mamá siempre me ha dicho que tengo un encantó natural para los cachorros - confeso llevando con uno de sus dedos un menchon de cabello de la cachorra que caía sobre parte de su frente - es por eso que decidí especializarme en pediatría
- se...se nota que eres buena con los cachorros, cuándo llegamos aquí todos fueron hacía ti, no parecen tenerte miedo porque seas...mmm una alfa
- eso es bueno ¿no?
- si, supongo - contesto Camila - aunque pienso que los cachorros....o todo lo que tengan que ver con ellos son tarea solo para omegas
- ¿por que?
- bueno....yo, los alfas deberían dedicarse a cosas de alfas
- ¿y que son cosas de alfas para ti Camila? - preguntó curiosa Lauren
- ¿trabajos más fuertes?
- Mmmm..... - chasqueo la lengua la ojiverde- yo soy alfa y odio hacer trabajo pesado, siempre he preferido cocinar, bailar, armar legos e incluso tejer - susurró batiendo sus pestañas - adoro a los niños y te aseguro que podría pasar toda mi vida cuidando de ellos
- lo siento - se apresuró a decir la Omega - no la quería ofender....yo solo...olvidelo Lauren
La alfa mordisqueó sus labios sintiendose algo extraña sin entender aún la necesidad que había sumergido dentro de ella e instalándose en su pecho por hacer que la Omega se sintiera más cómoda con su presencia, intentó romper la inminente incomodidad que crecía sobre ellas abriendo sus rosados labios para hablar nuevamente
- ¿Quieres comer allá afuera con las demás chicas? - inquirió la alfa dudando tan solo un momento - puedes llevar la caja de leche y galletas contigo, sentarte en el comedor y quizás si te sientes cómoda puedes integrarte con las demás omegas o simplemente sentarte aparté, te prometo que cualquiera que sea la desición que elijas estará bien
- esta bien - respondió un tanto insegura viendo cómo la alfa caminó hasta su lado aún sosteniendo a su dormida cachorra entre sus brazos señalándole con la cabeza hacía la puerta
- entonces, andando.
Así fue como ambas salieron de la habitación caminando a la par hasta llegar a una especie de comedor en dónde estaban reunidas algunas personas manteniendo lo que parecía ser una divertida charla mientras los cachorros corrían disparados hasta a Lauren que los recibió con una sonrisa en sus labios dejandose llenar de pegajosos besos en sus mejillas cuándo se dispuso a colocarse a su altura susurrándoles que fueran amable con Macarena
"La cachorrita está dormida, ayúdenme a mantenerla así mientras su mamá Camila - exclamó señalando a la Omega que estaba justo a su lado - desayuna un poco ¿si?"
- si ren - respondieron al unísono en medio de un pequeño susurró escoltando a Lauren y Camila hasta una de las mesas en dónde se encontraba Ally junto a una Omega pelirroja y una castaña que estaba sobre una silla de ruedas
- ella son Verónica y Lucy - exclamó Lauren señalando a las omegas que sonrieron bonito al ver a la tímida Omega sonrojarse mientras la alfa la alentaba a que tomará asiento - y Allyson que ya la conoces
- buenos...buenos días - balbuceó Camila torpemente
- oh, que dulce....anda siéntete - susurró Verónica gruñendo por lo bajo cuándo una pequeña niña corrió tirándose sobre la castaña - Dinah, se más cuidadosa con Lucy
- está bien Vero, no pasa nada - la pelirroja giro los ojos ante aquella respuesta antes de bufar molesta
- la tienes demasiado consentida
- como no hacerlo, si es la cachorra más dulce que han visto mis ojos, solo mira esas bonitas mejillas - canturreo la castaña rodando un poco la silla de ruedas permitiendo que la pequeña se acomodara mejor en sus piernas refugiándose en su pecho ronroneando gustosa al sentir el aroma de la Omega inundar su pequeña nariz.
Al ver aquella bonita escena le fue imposible a Camila no sonreír chiquito robandole así un suspiro a la alfa que ya se encontraba sentada apoyando a Macarena sobre sus piernas, sosteniendo su cabeza con sus manos mientras tarareaba gustosa ante el olor de la cachorra
- Camila - musitó Ally - ¿quieres algo para desayunar? Quizás unos huevos revueltos o tostadas con mermelada de fresa ¿te gusta la mermelada de fresa?
- amo la mermelada de fresa - respondió sentandose al lado de la alfa sintiéndose un poquito más a gusto junto a ella - de hecho la fresa y el plátano son mis frutas preferidas.
- eso es un buen dato, lo tendré en cuenta para el futuro - musitó Lauren mirando por un momento a la castaña antes de sentir como su costilla era pinchada por el dedo de la pelirroja que la miraba con una expresión de intriga en su rostro
- entonces....permite y te traigo algo de desayunar
- no hace falta, por el momento me conformare con esto - respondió mostrando lo que sostenía en sus manos apoyando la caja de leche de plátano sobre la mesa para abrir el paquete de galletas y llevarse una a sus labios dándole una leve mordida - Mmm, están deliciosas - musitó con sus mejillas llenas de unas cuantas migajas aún con el sonrojo presente en ellas
"Debemos cuidarla" murmuró el lobo de la alfa irgiendose en su pecho, intentando imponerse sobre la humana que solo agitó su cabeza tomando un profundo respiró usando toda su fuerza de voluntad para controlar a su animal
"Lo sé lobo tonto, solo quédate quieto, la vas a espantar".