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Cálido.

Camila sentía cálido todo su cuerpo mientras era envuelta por un fuerte aroma a bosque con un toque de miel que la hacía sentir tan cómoda y segura que deseo permanecer un par de minutos más en aquella calma de la que jamás en su vida había disfrutado, al menos no hasta ahora. Así que, suspirando encantada apreciando la suavidad de las almohadas contra su cabeza y las cobijas que la abrigaban perfectamente, estiró sus manos en busca de su cachorra con la intención de acurrucarla contra su pecho, inhalar su dulce aroma y marcarla con el suyo. Viéndose forzada en abrir sus ojos rápidamente al percatarse de la falta de Macarena, sintiendo sus mejillas arder cuando el destello de lo sucedido el día anterior inundó lo más profundo de su mente teniendo que sentarse sobre la cama con su corazón latiendo rápidamente contra su pecho mientras se volvía presa del nerviosismo al ser consciente de la situación tan íntima en la que se encontraba.

Había entrado en celo.

En celo delante de una alfa.

"No, no, no" pensó aterrada pasando la punta de sus dedos sobre su rostro en busca de alguna herida siendo más que consciente como se convertía un alfa al sentir a una Omega en celo, dejándose llevar por su instinto en el que solo quería poseer y marcar sin siquiera importarle más que su propio placer. Era por esa razón que no se sentía capaz de culpar a Lauren si en algún momento de aquel día la uso para su satisfacción, porque al final todo había sido su culpa por ser una Omega indecente.

¿Y por qué culparla de su pensar? Si las únicas experiencias que tuvo en sus celos fue junto a un alfa que la dejaba adolorida por días, con moretones decorando su piel canela y su cuello sangrante. Quizás  por eso era válido que sus manos estuviesen temblando en el momento que tocaron su intimidad pudiendo sentir solo la humedad de su lubricante natural y nada más.

¡Oh!

Por primera vez no dolía.

Por primera vez alguien la había respetado en su inconciencia y tal vez fue por eso que termino llorando acurrucada, abrazando fuertemente una almohada. Luchando con una mezcla de emociones que la abrumaron hasta el punto de hacer que le fuese difícil respirar

¿Por que lloraba? Ni ella misma lo sabía, pero ¿acaso importaba? No, en ese momento lo único que quería la Omega era darle alivió a su corazón. Así que eso fue lo que hizo allí sumergida en el aroma de aquella alfa, sobre su cama y su habitación, Camila lloro todo lo que no había llorado el tiempo que duró su relación con su Shawn.

Lloro porque jamás fue tratada con tanto respeto como hasta ahora, lloro porque después de tanto tiempo se sentía segura, lloro por la nueva etapa de su vida que acababa de comenzar, lloro porque por fin pudo darse cuenta de lo mucho que le gustaba Lauren.

Porque si, le gustaba la alfa.

Le gustaba su sonrisa, su voz, sus ojos, su aroma, sus labios, su cabello, su risa, su bonito corazón, la forma en la que siempre estaba atenta a Macarena, como la miraba y siempre procuraba por su bienestar.

Lauren.

Lauren.

Lauren.

¿Sentirás lo mismo que la omega?

Camila aún no estaba lista para aquella respuesta porque muy en el fondo dudaba que alguien tan perfecta como Lauren llegase a siquiera gustarle una Omega como ella.

Una Omega maltrada, inútil, desechable y para nada atractiva. Con un pasado oscuro y difícil, una Omega con una cachorra de otro alfa, una Omega sin una pizca de inteligencia, una Omega...

- Camz - escuchó la castaña seguido de unos golpes en la puerta haciendo que limpiará rápidamente sus mejillas e intentará arreglar el desastre que era su cabello esa mañana  - soy Lauren y tengo a Macarena conmigo ¿Podemos entrar? - preguntó con cautela siendo completamente ignorante del desastre que había causado en aquella habitación con tan solo su voz - la cachorra te ha extrañado mucho y quiere verte. Además te preparamos el desayuno, bueno en realidad fui solo yo, pero Macarena se encargó de vigilar que todo saliera perfecto - Camila terminó sonriendo tan grande que sus hoyuelos hicieron aparición en sus mejillas y en sus ojos se formaron medias lunas, explotando de amor cuando se levantó de la cama y camino unos cuantos pasos hasta abrir la puerta y ver a la alfa vestida junto con su cachorra con un par de pijamas de dinosaurio a juego.

Lindas.

Muy lindas.

- ¿Que pasa? - cuestionó la alfa ante el silenció de la Omega que solo se había dedicado a mirarla mientras parpadeaba perezosamente con sus mejillas sonrojadas

- se ven muy bonitas - susurró Camila apoyando una de sus manos en la espalda de Macarena y la otra sobre la mejilla de Lauren, acunando su rostro en una sutil caricia - Lauren eres la mujer más hermosa que puede existir en este mundo - confesó pérdida en el color verde de sus ojos que se calaba en lo más profundo de su alma causando en ella nuevas sensaciones a las que aún no podía colocarle nombre

- estas equivocada camzi - susurró girando un poco su rostro para poder besar la palma de su mano, frotando su mejilla en un acto inconciente en busca de más contacto- porque esa eres tú, siempre encandilando a todos con tu presencia

- no mientas por favor

- no lo estoy haciendo, lo que sale de mis labios es lo que siento y creo que aún no te has percatado de lo mucho que me gustas y que me tienes a tus pies - suspiró sonriendo tontamente al sentir a la cachorra removiendose en sus brazos pidiendo silenciosamente su atención - como me tienen a sus pies y es que no sé si te has dado cuenta, pero mi corazón desde algún tiempo solo les pertenece a ustedes. Créeme que se que no es el momento adecuado para ti, pero me conformo con que sepas mis sentimientos y me permitas seguir estando con ustedes porque yo....

- Lauren - susurró Camila interrumpiendo a la alfa  tomándose unos segundos en admirar cada facción de su rostro antes de volver a hablar - bésame.

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