14

956 114 3
                                    

La alfa regresó después de un par de minutos con una caja un tanto pequeña entre sus manos con sus bonitas mejillas sonrojadas, sus ojos brillantes y su cabello atado en una desordenada coleta que dejaba al descubierto sus bonitas facciones mientras una preciosa sonrisa descansaba en sus finos labios haciendo que por alguna extraña razón las rodillas de la Omega se sintieran débiles y tuviera le necesidad de sentarse sobre el sofá manteniendo a su cachorra entre sus brazos arrullandola contra su pecho, escuchandola balbucear en contentamiento mirando a la mayor que se agachó a su altura para pellizcar sus mejillas antes de prestar toda su atención a Camila quien ya tenía sus lindos y grandes ojos puestos sobre ella.

- compre 6 rasca encías de diferentes colores, lo siento es que no pude decidirme por solo uno - musitó dejando la caja sobre el sofá para tomar entre sus dedos la pequeña mano de la cachorra repartiendo pequeñas caricias en esta - ya están esterilizados, solo...solo tienes que guardarlos en el refrigerador y esperar a que estén fríos para poder dárselos y que Macarena los muerda, eso debería ser suficiente para aminorar un poco su molestia.

- gracias por lo que hace por mí, por mi cachorra -  dijo Camila soltando un diminuto suspiró de sus regordetes labios tomando algunos segundos para organizar su mente y tranquilizar su corazón - creó que nunca me podrá alcanzar la vida para pagarle....

- con que tú y Macarena se sientan felices y seguras, es más que suficiente para mí - murmuró interrumpiendo el monologo de la Omega mientras soltaba un bufido seguido de una pequeña sonrisa - por favor no pienses que hago todo esto con alguna mala intención, yo no soy ese tipo de persona

- lo sé Lauren - humedeciendo sus labios mientras las puntas de sus orejas y cuello se pintaban de un bonito tono rosa y su aroma se volvía un tanto más dulce la Omega volvió a hablar - usted me agrada y es raro porqué Mmmm.....mi experiencia con los alfas nunca ha sido buena y siempre he tenido que ser cuidadosa con lo que digo, con como actuó, pero con usted es diferente, yo puedo sentirme tan cómoda y mi cachorra, mi cachorra parece adorarla - suspiró apoyando su mejilla en la cabeza de su bebé tratando de evitar la mirada de la mayor - siempre que está cerca no tengo miedo y todo es cálido....y no se por qué

- ¡Oh! - exclamó la alfa sintiendo una chispa de felicidad recorriendo su cuerpo hasta quedarse instalada en su pecho - no sabes lo mucho que significa para mí que me digas esto y más después del incidente de hace días atrás en el que no me porté como se debería contigo, dejándome llevar por mis instintos

- estaba en celo - se apresuró a hablar la Omega soltando un leve jadeó - y aún así supo controlarse, no me lastimó, no nos lastimó

- lo siento por eso - dijo en un murmullo apoyando los nudillos de la pequeña mano de la cachorra sobre su frente - jamás había sido mi intención que me vieras en ese estado

- está bien, ya pasó - la respiración de la Omega se atasco en su garganta cuándo la alfa alzó su rostro para conectar sus miradas - a cualquiera le pudo haber sucedido. Por favor no se atormente con eso - Lauren asintió tarareando contenta cuándo el peso que había estado cargando sobre sus hombros se desvaneció en el aire al escuchar aquellas palabras salir de los labios de la Omega.

Camila.....

Camila...

Camila....

Se repetía en su mente el nombre de la menor como un mantra, inhalando su delicado aroma haciendo que los vellos de nuca se erizarán y su lobo se removiera inquieto sobre su pecho mientras luchaba con la necesidad de apoyar las palmas de sus manos en las mejillas de la Omega, besar tu frente y abrazarla hasta consumir todos sus miedos, heridas e inseguridades.

Oh diosas luna, ten misericordia de su corazón, porqué justo ahí, estando tan cerca de la omega que podía vislumbrar las pequeñas y diminutas pecas en forma de estrellas que cubrían su nariz y parte de sus mejillas la alfa se dió cuenta lo mucho que le gustaba.

- perdón por interrumpir - musitó Allyson haciendo que Lauren tomara distancia de la menor entrelazando sus brazos contra su pecho mientras un lindo puchero se posaba en sus labios al ver la mueca de diversión en el rostro de la mayor - pero, Halsey me acabo de mandar un mensaje pidiéndome que la fuera a buscar a la oficina, su auto se descompuso y no tiene como volver a casa, así que....

- ¿Necesitas que te ayude en algo? - inquirió Lauren viendo a Camila colocarse de pie, ajustando el agarré en Macarena e intercalando miradas entre ella y Allyson

- Gracias por la oferta, pero estamos bien, solo necesito dejar a Camila en el refugió antes de pasar por mi esposa - respondió bajando las mangas de su camisa antes de acercarse hasta la alfa y envolverla en un apretado abrazo - esperó verte pronto y por favor no olvides que tú y yo tenemos una conversación pendiente

- lo sé Ally

- bien, entonces nos vemos en un par de días ¿Okey? - la alfa asintió alejándose del cuerpo de Allyson sintiéndose incómoda ante el aroma y tacto de otro Omega sobre si.

Luego de un intercambio más de palabras entre ambas y de recibir una leve reverencia por parte de Camila junto a una diminuta sonrisa, despedirse de Macarena había sido lo más difícil que la alfa había tenido que hacer aquella tarde y es que ver a la cachorra aferrarse a su Jersey mientras varías lágrimas salían de sus ojos mojando sus mejillas destrozó por completó su corazón, así que sin pensarlo dos veces tomó su bufanda del perchero aire estaba justo detrás de la puerta para marcarlo con su aroma y así envolverla en el pequeño cuerpo de la cachorra viendo cómo está se relajaba al instante, cerrando sus ojitos y suspirando contenta en los brazos de su madre

- Hasta pronto Camila - murmuró sonriendo - nos vemos en un par de días, cuida mucho a la cachorra por favor y recuerda que si necesitas algo solo pídele a Allyson que me llamé y yo iré inmediatamente.

cicatrices Donde viven las historias. Descúbrelo ahora