Algo que pudo percatarse la alfa fue de lo pegajosa que se volvía la Omega estando en celo con su olor siendo tan dulce y tentador que hacía crispar los vellos de su cuerpo mientras intentaba contener a su lobo mostrándole que estaba al lado de una cachorra indefensa que necesitaba que se mantuviera cuerda y más aún que respetase a Camila. Recordándose que no podía fallarle, que no podía faltar así a su confianza.
Porque por encima de su instinto reinaban los valores con los que su madre se había encargado de criarla.
- alfa - susurró la Omega apoyando su cabeza en su hombro tomando un profundo suspiró cuando sintió su cuerpo arder y su vientre bajo doler provocando que Lauren apretara fuertemente su mandíbula, frunciendo su ceño mientras intentaba mantener su vista en la calle que se abría paso hacía una bonita urbanización que ella conocía demasiado bien.
- ya estamos llegando, solo aguanta un poco más por favor - musitó como buenamente pudo con su garganta seca y sus nudillos blancos sobre el volante tomándose un par de segundos para mirar por el espejo retrovisor a la cachorra quien estaba asegurada sobre su silla, cubierta por su chaqueta durmiendo plácidamente para alivió de Lauren.
¡Oh diosa luna! Y es que había sido una completa odisea el trayecto hacía su casa con Camila cada tanto apoyando la punta de su nariz sobre su cuello, aplastando su mejilla contra su pecho mientras soltaba pequeños jadeos y la llamaba en inconsciencia agotando cada una de las fuerzas de la mayor. Quien apenas pudo estacionar el auto en su garaje se bajó rápidamente de el, permitiendo que el aire fresco pegará en sus mejillas y llenará sus pulmones desentoxicandola un poco de aquel aroma que la tenía deseando por más.
- ¡Dios! - exclamó pasando sus manos sobre su cabello mordisqueando ansiosamente sus labios antes de darse la vuelta e ir directamente hacía la cachorra, tomarla entre sus brazos y mirar a Camila - ¿Puedes bajarte? - preguntó obteniéndo como respuesta una negativa, así que acomodando mejor a la cachorra entre sus manos fue ayudarla a bajar del vehículo teniéndola inevitablemente sobre si - vamos adentro ¿Si? Macarena necesita descansar y tu tomar un supresor
- supresores no alfa, yo te quiero a ti. Por favor....
Lauren contuvo el aliento apoyando su mejilla en la cabeza de la cachorra decidiendo que lo mejor sería entrar, así que indicándole a la Omega que caminara, ambas llegaron frente a la puerta de madera tomandole a la mayor un par de segundos abrirla para por fin darle paso a la omega a su hogar siguiendo sus pasos hasta quedar en medio de la sala
- iré a acostar a Macarena, ya regreso ¿Okey?
- no
- ¿No?
- yo te acompaño alfa - Lauren escruto a la Omega desde sus ojos grises hasta sus mejillas sonrojadas siendo incapaz de negarse a aquella petición
- está bien - respondió la alfa caminando en dirección a la entrada cerrando la puerta para después volver junto a Camila y ambas subir las escaleras hacía un pequeño pasillo que conectaba a tres habitaciones, yendo directamente a la puerta color rosa, tomar la perilla en sus manos y girarla hasta abrirla por completo dejando ver una bonita habitación color amarillo pastel con una linda cuna en el centro, una mecedora en la esquina y una estantería que contenía algunos osos de felpa.
Quizas si Lauren lo pensaba detenidamente había sido demasiado exagerado que le preparará una habitación a la cachorra solo por si alguna vez Camila le permitía quedarse con Macarena algún fin de semana o tal vez si se volvía animar a visitarla tendría donde dejar que la bebé descansará cómodamente.
Lauren no sabía la razón exacta de su actuar, pero tampoco era el momento adecuado para pensarlo, no cuando tenía a la Omega abrazada a su cintura apoyando su rostro contra su espalda, respirando pesado seduciendola con su aroma.
Así que con sus rodillas sintiéndose débil camino unos cuantos pasos hasta estar cerca de la cuna, admirando a la cachorra entre sus brazos antes de darle un beso en la mejilla y recostarla sobre el suave colchón, abrigandola con una manta y marcandola un poco con su aroma para después alejarse y girar su cuerpo para encarar a la Omega quien alzó su rostro para mirarla
- Mi alfa es demasiado bonita - Lauren se sonrojo furiosamente con su corazón latiendo aceleradamente sobre su pecho, derritiéndose con el tacto de Camila en sus mejillas siendo inevitable que cerrara sus ojos disfrutando del calor del que era receptora
- Camz - se escuchó decir a si misma cuando el aliento de la Omega se mezcló con el suyo cuando sus labios terminaron uniéndose en un beso estático que le robo el aliento a la alfa, un beso en el que pudo sentir la suavidad y el sabor de los labios de la Omega de la cual se había enamorado, de los labios de Camila cabello.
Un beso que le supo a gloria, un beso que hizo que ansiara más de lo que era merecedora, porque incluso ahí en aquel paraíso que era tener a Camila en brazos, la alfa fue consciente que estaba haciendo mal así que tomando el valor suficiente se alejó de la Omega
- Así no - fue lo único que dijo terminando de apoyar sus labios sobre la frente de la castaña para después alejarla de su cuerpo, guiarla hasta su habitación, sentarla en su cama, buscar un par de supresores en su mesita de noche, ir por un poco de agua y hacer que Camila lo tomará - descansa, yo estaré aquí cuando despiertes...