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Lauren se sonrojó furiosamente apartando sus ojos verdes de Camila tomando un profundo suspiro que llevó consigo el delicado aroma de caramelo con un toque de mandarina y leche materna provenientes de la cachorra y la Omega haciendo que su lobo se regocijara en su pecho, moviendo su cola de un lado a otro mientras aullaba frenético proclamandolas como suyas.

"Nuestras"

"Ellas nos pertenecen" la pelinegra mordió sus labios, apoyando las palmas frías de sus manos sobre su mejilla conteniendo a su lobo por unos segundos antes de tomarse el tiempo de hablar con el y es que desde muy temprano Lauren había aprendido lo fuerte, bruto e instintivo que era su alfa a diferencia de su parte humana que era más racional y dócil

"Ellas no son nuestras, ellas no son de nadie más que de si mismas"

Su lobo gruño haciendo que Lauren temblará perdiendo poco a poco el control de su cuerpo ante su alfa que sin medir palabras se hizo presente pintando sus iris de un lindo tono amarillento alzando la mirada del césped posandola sobre la bonita Omega antes de que el balbuceó de la cachorra llamará por completo su atención así que la alfa avanzó unos cortos pasos mientras su aroma se volvía un poco más grueso y penetrante

- Omega - susurró con voz calma, produciendo en Camila un leve cosquilleo en su cuello que terminó justo sobre su pecho haciendo que inevitablemente su Omega hiciera presencia en el iris de sus ojos solo por unos cuantos segundos antes de agachar su cabeza en sumisión al sentir el aura pesada de la alfa pura.

- No - musitó con el pánico recorriendo su cuerpo al ver como la mano de la alfa se dirigía hacía su cachorra - por favor

- Omega

- por favor..... - suplicó mientras un par de lágrimas salían de ojos, bañando la piel de sus mejillas retrocediendo los pasos que la alfa había avanzado hacía ella aferrando a su cachorra contra su pecho.

El olor a histeria que desprendía la Omega llamó la atención de Ally haciendo que avanzará a pasos apresurados recorriendo el jardín trasero en poco tiempo llegando al lado de Camila mirándola por unos instantes antes de dirigir su atención hacía Lauren comprendiendo el porque la Omega se veía tan asustada.

- ¿Que haces? - inquiero Ally mostrando sus dientes olvidándose por un momento que estaba frente a una alfa pura

- La Omega

- deja que Lauren vuelva - exigió soltando un gruñido bajo al ver el ceño fruncido de la alfa y como su aura se volvía un poco más pesada - la estas asustando

- Mi Omega, mi cachorra

- Camila no es tu Omega Macarena no es tu cachorra - exclamó Ally enseriando su postura llevando a la castaña detrás de su espalda tratando de brindarle un poco de seguridad - permite que regrese Lauren

- No - la alfa permanecía con su mandíbula y hombros tensos sintiéndose algo mareada con la mezcla de olores que venían de varios lugares, con su cuerpo ardiendo, su vientre bajo doliendo y sus sentidos amplificados al ciento por ciento - OMEGA

- ¿que haces? - inquirió Ally con sus rodillas débiles al escuchar la pizca de tono alfa que había utilizado la pelinegra en ella, bastando unos segundos para que fuera consciente de su comportamiento, de su mirada afilada y su grueso aroma.

¡Dios! Eso debería ser una broma

- estas entrando en celo - acuso la rubia - debes irte, aquí hay muchas omegas.....

- No

- ¡Vete! Ahora - la pelinegra estaba dispuesta a dar un paso para tomar a su Omega pero el llanto de la cachorra la detuvo teniendo que aspirar hondo apretando sus manos al costado, tragando en seco para después girar su cuerpo  tratando de recobrar la cordura, siendole casi imposible porque todo lo que su mente gritaba era

Omega

Omega

Omega

Lauren gruño alto antes de sentir el dolor de sus huesos romperse, su respiración agitarse mientras su pelaje emergía convirtiéndose en un gigantesco lobo blanco con fauces feroces, garras afiladas y postura imponente

- ¡AHORA! - Ally grito haciendo que el lobo se girara a su dirección mostrándole sus colmillos enterrando sus patas en el césped viéndose tan animal que la castaña tembló - LAUREN- sacudiendo su cabeza el lobo tomo impulsó brincando la pared que daba hacía un pequeño callejón que quedaba justo al lado de la propiedad, corriendo en dirección a un pequeño bosque soltando gruñidos mientras estába en busca de un refugio donde pasaría los próximos cuatro días en los que duraría su celo ya que al ser un alfa pura se regía por sus instintos, era poder, fuerza y dominancia pura.
Siendo esa una de las cosas que más detestaba de ella misma.

Sus instintos

Sus malditos instintos que la hacían comportarse de la manera que más repulsión le daba, dejándola asqueada con su casta hasta el punto en que reprimió a su lobo llevándolo casi a la muerte, tomando dosis extremadamente altas de supresores, negándose así a vivir como una alfa

Solo hasta que conoció a Allyson y a las chicas del centro entendió muchas cosas y entre ellas fue que no debía ser enemiga de su lobo, que podía hablar con el pacíficamente, que podía ser una alfa diferente a los demás, que podía ser ella misma sin esconder su casta.

Así fue que con mucha dedicación y paciencia se tomó el tiempo necesario para entender y amar su parte animal convirtiéndose así en la persona que era ahora.

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