22-SILENCIO.

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Los ruidos de los pájaros consiguieron levantarme. Aun no había amanecido pero el sol ya asomaba por el este. Mire hacia Liam que se encontraba durmiendo plácidamente en nuestra cama provisional y sonreí inconscientemente. Me levanto y me dirijo al borde de la azotea y me agacho a recoger el gorro de sheriff. Cuando estoy en el borde de la azotea me siento y dejo mis pies colgando al vacío. Cojo mis cascos y mi iPod para así poder escuchar musica y distraerme de todos los pensamientos que atormentan mi mente. Por mis oídos empieza a sonar The Reason. Sonrío al pensar en Carl pero al mismo tiempo quiero llorar porque no sé si se encuentra bien. Bajo la mirada hasta mi brazo izquierdo que fue donde me rozaron hace dos días con una bala. Esta curado y una pequeña cicatriz permanece ahí. Cierro los ojos con fuerza y respiro hondo.

Vamos a encontrar a Carl, voy a encontrarle. Un ruido hace que mis pensamientos se esfumen y me ponga de pie rápidamente Liam me mira con los ojos como diciendo -"Tranquila, soy yo." Pero no puede ocultar su levantamiento de cejas.

Sonrío para después parar la musica y dirigirme a él.

-Buenos días.- Le saludo agitando mi mano.

-¿Qué hora es?- Susurra con la voz ronca.

-Bienvenido al apocalipsis Liam, no tengo reloj.-Agito las manos.

-Buff- bufa.- Es verdad, hay veces en las que ni me acordaba que vivíamos rodeados de zombies.

--Ya, bueno.- suspiro.- Tenemos que ir a buscar a Rick y a los demás así que ponte en marcha.

-¿Tan pronto?

-Si, no se han podido ir muy lejos de aquí.- Miro hacia la calle.

-Como tú digas pero antes, quiero desayunar algo.

-Suerte que ayer encontramos algunas provisiones.

↳⋆ ࣪. ✿🐳✿⋆ ࣪.↲

Liam y yo ya habíamos terminado de comer algo para no morirnos de hambre durante el camino. Guardamos todo en nuestras mochilas y empezamos a andar rumbo a la cárcel de nuevo. Los rebaños de zombies ya se habrían ido eso seguro. Así que únicamente tendríamos que seguir las pisadas que hayan dejado el autobús o algunas personas. Liam resultaba ser muy gracioso, me dolía la tripa de tanto reír con él

-A ver a ver ya tengo otro.- Me señala con un dedo.

-Sorpréndeme.- Ruedo los ojos.

Liam lleva dos horas contándome chistes malos (algunos son muy buenos pero la mayoría...) Ya estábamos apunto de llegar a la cárcel, el vello de la piel se me erizo al verla tan destrozada.

-¿Qué hace un zombie conduciendo un tractor?

Le miro entrecerrando los ojos sabiendo que este chiste puede ser aun mas malo que todos los anteriores. Liam levanta las cejas indicándome que como no pregunte que hace el maldito zombie no terminara el chiste.

-Que hace él zombie conductor?- Pregunto.

-Sembrar el pánico.

Aprieto la mandíbula para evitar soltar una carcajada. Lo consigo. Pero, en cambio una pequeña sonrisa hace que mi labio inferior se curve hacia arriba.

-¡VES! TE HA HECHO GRACIA.- Se acerca Liam corriendo hacia mi.

-TE HAS REIDOOO- grita.

Entrecierro los ojos a modo de advertencia. Pero luego los hombros se me tensan como si se trataran de una fina cuerda y le pongo la mano en la boca a Liam para aguardar lo que iba a decir. Este tambien se pone tenso por lo que se dispone a adaptar una posición defensiva rápidamente sacando su arco de la funda que lleva en la espalda.

-No me jodas- susurro apretando la mandibula. Las voces vienen del interior del bosque y únicamente he escuchado tres distintas, probablemente haya más gente pero tenemos que acabar con ellos. Y más cuando sé que servían al gobernador.

-Es gente mala- empiezo.- Ellos fueron los que destruyeron mi refugio y los que me separaron de Carl. O de Daryl.- Digo más para mí que para Liam.- Hay que acabar con ellos, he escuchado tres voces pero es probable que hayan más. Yo me escondo en ese árbol de la izquierda.- Señalo.- Tu te esconderás en la derecha y estaremos cara a cara. Yo hago ruido y esperamos para que cuando crucen los arboles les matemos. ¿Entendido?- Pregunto.

-Si...¿Pero como sab...?

-Prometo responderte luego a todas las preguntas que quieras, pero ahora vamos a cargarnos a esa gente.

Liam asiente.

Nos encaminamos hacia los arboles y nos ponemos como hace segundos hacia dicho yo. Liam recarga su arco con flechas y yo cierro los ojos para concentrarme en escuchar alguna voz más. Lo hago. Son cinco, le hago una seña a Liam para decirle que son más y que el mate a dos, que yo me encargo de los otros tres. Este asiente con la cabeza cuando le pregunto si esta listo.

Que comience la acción.

Silbo varios segundos hasta que oigo pisadas en la carretera.

-¡Eh tu! Deja de jugar con nosotros.- Dice una voz.

Sonrío y vuelvo a silbar esta vez más fuerte. Las pisadas se acercan hacia donde estamos y le hago una señal a Liam con la cabeza diciéndole que ya están aquí. Lo veo, veo a un hombre bajito y regordete pasando con su cuchillo en mano preparado para matar. Tres hombres lo siguen desde atrás.

-¡YA!-Grita Liam.

Dos disparos. Dos flechazos. Cuatro hombres en el suelo.

-Espera...- empiezo.- Estoy segura de que he escuchado cinco voc...-

-Vaya vaya...- Dice una voz que de pronto me tiene agarrada por el cuello.- Mira a quien tenemos aquí.- Es una voz muy conocida y de pronto se de quién se trata.

El gobernador.

A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora