Ya llevaba poco más de una semana en Alexandria y seguía sin asimilar lo que era vivir dentro de una casa. El mismo día que llegue a la comunidad fui a hablar con Deanna sobre mi grupo, necesitaba encontrarlos. Esta me dijo que había un equipo de "exploración" que se dedicaba a traer comida y algunos objetos, que fuera a describir el aspecto de mi grupo por si andaban cerca. El grupo de exploración únicamente estaba formado por dos personas: Nicholas y Aiden, su hijo. Que por cierto, era un capullo integral.
-Si los encontramos intentaremos no matarlos.- Sonríe Aiden vacilando.- ¿Verdad Nicholas?
-Claro, claro.- Dice el nombrado siguiéndole el juego.
-No podríais matarlos ni aunque fuerais una docena.- Encarno la ceja.- Primero porque sois únicamente dos y en mi grupo son mas que vosotros, y segundo porque únicamente enfrentandoos a Rick estaríais muertos.
-Si tiene nombre de paleto- susurra Nicholas.
-Nombre de paleto pero os destrozaría la cabeza en un abrir y cerrar los ojos.- Bufo.- Bueno, si los encontráis traerlos.
Nicholas y Aiden volvieron al anochecer y me dijeron que no habían encontrado a ningún vivo por el camino. Estaba dispuesta a salir yo sola para comprobarlo. De hecho, se cuidarme solita y llevaba más de una semana sola por ahí.
A los tres días de la decepción con el equipo de exploración Aaron iba a salir con Eric a buscar gente. Deanna me dijo que eran los observadores y se encargaban de investigar gente y decidir si eran buenas personas para traerlos a la comunidad.
-Ten cuidado Aaron, eres el único en el que confío por aquí y estaría bien que volvieras.- Le susurro divertida.
-Volveremos sanos y salvos de una pieza.- Me asegura.
-Cuidaos.- Agito la mano mientras se alejan.
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Me despierto toda sudada y miro el reloj que se encuentra en la mesilla de noche. Marca las cuatro y cuarto de la mañana. Resoplo cansada y me vuelvo a girar para intentar dormirme pero me es imposible, no paro de escuchar los rugidos de los zombies detrás de la valla y me impide descansar. Llevo varios días que me pasa lo mismo y tengo que seguir la misma rutina: Me levanto de la cama a rastras y me dirijo al baño para lavarme la cara. Me miro al espejo y no puedo evitar sentir asco hacia mi terrible aspecto, tengo unas ojeras enormes y demasiado notables, no me vendrían nada mal unas pastillas para dormir. Después de asearme vuelvo a mi habitación y me pongo la chaqueta con mis botas. Salgo de casa y escalo la valla imitando a una chica de mi edad que vi hacer el otro día. Cuando estoy en lo alto de la valla puedo divisar a tres caminantes que no dejan de aporrear la valla, ¿debería sentirme halagada por mis habilidades. o mas bien querer tirarme de un quinto? Vuelvo a resoplar por quinta vez en la madrugada y caigo en picado hacia el otro lado del muro.
-Eh tú, ¿quieres cena para hoy?- Le digo a uno de los caminantes mientras atraigo su atención.
Este se acerca rugiendo hacia dónde estoy yo y antes de que pueda inmutarse me muevo rápidamente hacia donde esta él para clavarle una daga en la cabeza. Cuando este cae al suelo repito el mismo proceso con sus otros dos amiguitos.
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Unos gritos llaman mi atención, me levanto de la cama y me acerco a la ventana para escuchar mejor.
-¡Gente, han traído gente!- Dice una mujer mientras corre hacia la puerta principal.
Por un momento mi corazón se dispara a bombear sangre rápidamente esperando que sean los que creo que son. Me visto a toda prisa. Tanta, que mientras voy dando pequeños saltitos intentando ponerme una bota me caigo por las escaleras.
-Auch- digo mientras doy leves masajes a mi codo que ha salido lastimado.
Salgo tan rápido corriendo de casa que incluso pienso que no he cerrado ni la puerta, llego a la puerta principal con el corazón sintiendo que se me va a salir del pecho pero este se para bruscamente al ver un fuerte hombre pelirrojo que va acompañada de dos morenas: una lleva lo que parece ser un traje de militar mientras que la otra lleva el pelo como yo y mira despreocupadamente el lugar.
Estoy dispuesta a darme la vuelta para volver a mi casa hasta que siento que literalmente dejo de respirar.
-¡Traemos la cena!- Grita una voz que conozco muy bien, demasiado bien.
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A TU LADO
ActionUn día cualquiera el mundo se fue a la mierda. Olivia trata de sobrevivir únicamente con su mejor amigo pero se lo arrebatan y una parte de ella se rompe. Carl sobrevive con su familia, parece un niño feliz pero también está roto. Un día sus caminos...