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La tempestad

Siete años habían pasado desde la última vez que estuve en la sala de un hospital, por lo menos desde la última vez que habían intentado matarme o matar a Deban.Estaba en la camilla del hospital con sangre en mi ropa, pero nuevamente en vez de ser mía era de mi esposo, desde que conozco a Deban ha intentado protegerme sin importar que le pueda pasar.

__El doctor dijo que no es la gran cosa pero no debe moverse si no quiere infietarse__dijo Alex refiriéndose a Deb.

__¿Me puedo ir de aquí? __pregunte con el mismo interés que tenía en ver a Deban sangrar, ningúno. Puede que suene cruel pero prefería verlo igual que como estaba la semana pasada, enojado  por qué un chico se le acercó a su pequeña niña, o apunto de matar a cualquier hombre que me hablara

__¿Adonde va con tanta prisa señora Giorgio? __ lo oí decir desde la puerta con estúpida sonrisa.

Oh no, ni creas que voy a estar como si nada ha pasado.

__A mi casa con mis hijos.

__Elena...

___No.

__¿No?__repitio incledulo.

__No pienso que darme aquí ni un minuto más, me voy.

__Te tienes que revisar.

__No , no tengo nada q, tu te interpusiste e impedimentes que me pasará algo. No esque no te agradezca , pero.

__Lo se , lo se__dijo antes de tomarme en brazos lo más fuerte que pudo __La amo mi Afrodita.

__¿Podemos ir a casa?__pregunte mientras mi cara aún estaba enterada en su cuello.

__Si.

El camino a casa fue largo y callado las manos de Deban aún estaban en mi cintura__ mientras salíamos del hospital Deban decidio dejar a Alex en el volante e ir atrás junto a mi__ al llegar a la casa estaba todo en silencio solo estaba Deo con la pequeña Victoria en brazos y una carta entre sus manos.

Una maldita carta que desencadenó todo otra vez.

La cara de mi esposo cambio drásticamente al leerla y por más que quise saber lo que decía Deban no me dejó leerla.

Esa maldita carta dió comienzo a que saliera algo que no pensé que fuese parte de mi , algo que por alguna razón tenía retenido muy en el fondo de mi cabeza y mi corazón. Y así fue como mi mundo se vino abajo por tercera vez.

Mi dulce mafioso IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora