Capítulo 16 "¿Jugando Con fuego?"

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Jadeé en medio de una sonrisa cuando Christopher me movió más sobre él, entonces se fue en el mismo silencio en el que llegó, bueno, si la mujer tenía alguna duda sobre nosotros esa noche las debió disipar todas.

Me llevó de regreso a la habitación entre besos y con nuestros cuerpos listos para estar completamente unidos de nuevo sobre la cama, quedando rendidos y profundamente dormidos, sin duda habíamos celebrado a lo grande esa noche.

Pasaríamos parte del día en su casa de la isla, partiendo hacia allá después de desayunar en uno de los restaurantes del hotel.

—Así que—lo vi mientras tomaba mi taza de café—. ¿Qué haremos hoy?

—Bueno, podemos nadar un poco en el lago—me vio arqueando una ceja.

—¿De la manera en que tú lo haces?

—Por supuesto—se llevó la taza de café a los labios—, después, tomar un poco de sol en la piscina, podemos pedir que nos lleven comida desde aquí y claro—se acercó a mi oído—, hacer el amor más de una vez.

—Acepto todo—sonreí sintiendo su mano sobre mi rodilla—, sólo recuerda que cenaremos en el Mervent.

—No podría olvidarlo, así que vamos, el lago nos espera.

Su yate estaba en el muelle, así que nos dirigimos hacia allá y ahora con toda la confianza y libertad de mostrarnos como una pareja, tomados de la mano y con algunas sonrisas en nuestros rostros al ver la sorpresa en los de los empleados, por supuesto no esperaban que siendo contrincantes un tiempo atrás ahora nos paseáramos así, y más al verlo sonreír, aunque sólo lo hacía cuando volteaba a verme.

—Señor Uckermann—llegó Natalie frente a nosotros, no pasé desapercibida su mirada sobre nuestras manos.

—¿Sí? —respondió trayendo de vuelta al Christopher de negocios.

—Tengo listo el reporte mensual—le mostró una carpeta.

—Gracias Natalie—asintió recibiéndola—. ¿Es todo? —preguntó al ver que seguía ahí.

—Eh—reaccionó pues su mirada había regresado a nuestras manos—, sí, sí, es todo—asintió y entonces me vio a lo que sonreí, seguro había recordado lo que vio la noche anterior pues de inmediato desvió la mirada—, con permiso señor Uckermann, señorita Espinosa—me vio rápidamente—, buen día.

La vi caminando hacia la gerencia, casi corriendo, mejor dicho, seguía confirmando lo que deduje la noche anterior.

Continuamos nuestro camino hacia el muelle y a su yate, ese sería un buen día.

—¿Puedes relajarte? —frotó mis hombros aún en el yate, pensando en quitarme la bata sabiendo que no traía nada más debajo— Nadie más que yo te verá.

—Bueno, es una zona de libre tránsito—sentí todo su cuerpo pegado a mi espalda.

—No a esta hora, además, estaremos detrás del yate.

—Esta será toda una experiencia—suspiré soltando una pequeña risa.

—Sí que lo será—besó suavemente mi cuello.

—Entonces—me giré de frente a él tomando la cinta de su bata—, al agua.

Su bata cayó al suelo mostrando ante mí su imponente y sensual cuerpo, sonreí mordiendo mi labio inferior cuando hizo lo mismo con la mía, su ardiente mirada me recorrió entera y en sus labios se curvó aquella sonrisa que nublaba mi mente.

—Eres preciosa—recorrió la línea de mi cintura con las yemas de los dedos.

—Creo que—sonreí pasando mis brazos por su cuello—, estás entrando en calor cariño—bajé mi mirada a su entrepierna.

Sólo Tú (Vdy) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora