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Acababa de llegar a mi casa después de la cena con los padres de Iván. Fue bastante normal, aunque se me hizo raro tener que mentir tanto.

Él me había acompañado a mi casa, por lo que estaba en la puerta conmigo.

— me debes una.— dije abriendo la puerta de mi casa.

—supongo que sí.

— oye, ¿Que tal le va el cáncer a tu familiar?— había visto a aquel familiar, no mucho ya que se tuvo que ir.

— oh, te mentí, no tengo ningún familiar con cáncer.— se burló.

—¿¡Qué!?, ¡Pero si lo vi hoy!

— Nah, él no tiene cáncer tan solo te dije yo que sí para que vinieras.

— Con eso no se juega Iván.—lo miré con mala cara.

— lo sé, ¿Algún día te apetecería ir a una joda juntos o algo?

— Supongo que sí.— me hizo gracia que rápido cambiamos de tema, pero igual sigo algo enojada.

— perfecto.— él se acercó a mí y me besó.

Un beso suave, no era nada desesperado, era un beso solo para recordar como sabían nuestros labios. El beso fue corto, pero se disfrutó igual.

Al separarse se fue y yo entré a mi casa, Pensando en como me podía manipular y calmarlo todo con un beso.

Agarré mi móvil y me di cuenta que tenía 14 llamadas de Ari—a la mierda—rápidamente fui a mi habitación y la llamé.

Oliv: hola Arii

Ari: OLIVIA LLEVO SIN HABLAR CONTIGO UN PINCHE DÍA Y RESULTA QUE AHORA ACABAS DE CONFIRMAR CON ESE WEY.

Oliv: fue todo muy rápido y no tuve mucho tiempo. Lo siento mucho Ari.

Ari: no pasa nada, pero pendeja para la próxima avisa, me asustaste.

Oliv: para la próxima te aviso, prometido.

Ari: la verdad espero que no haya próxima

Oliv: tiene razón, mejor que no haya próxima.

[...]

Hoy iría a la bresh con mis amigos y con Iván, que no sé si se puede considerar amigo...

Me puse un vestido negro pegado, nunca me ponía ropa así, pero por una vez no pasaría nada.

Agarré un Uber que me llevó a la fiesta, la música estaba súper alta, busqué a mis amigos en la parte vip, no tardé mucho en encontrarlos por suerte.

—¡Oliviaaa!— Rodri exclamó al verme, abrazándome.

—¡Holaa!— le devolví el abrazo.

— mirá, estamos todos aquí, voy a buscar bebida, ¿Vos querés algo?

— algo suave.

— bien, ahora vengo.

Rodri se fue a por las bebidas, yo fui con Germán y con Tomás, grandes amigos míos.

Bailamos juntos varias canciones, hasta que llegó Rodri con las bebidas, había tardado mucho el bartender, seguimos disfrutando de la fiesta, antes apareció Iván, pero no le presté mucha atención, quería disfrutar de mis amigos. Pero luego él desapareció, al principio pensé que se había ido al baño o algo así, pero ahora me di cuenta de que llevaba mucho tiempo sin verlo.

— Rodri, ¿Lo viste a Iván?

— no lo he visto oliv.— él se veía muy ebrio.

— está bien.

Me alejé para buscarlo, me preocupaba no saber si estaba bien. Busqué por muchos sitios, hasta que decidí ir al balcón que estaba fuera de la bresh, donde casi nunca hay nadie, al salir lo vi, por fin, Iván estaba apoyado en la barandilla mirando el paisaje oscuro de la noche.

Al acercarme a él me sintió y sonrió levemente.

— hola Oliv.— saludó sin quitar la mirada del paisaje.

— hola, ¿Todo bien?

— Sí.— hablaba seco, como si le pasara algo, pero no quería ser pesada, así que no insistí.

— la fiesta está adentro no afuera. — bromeé.

— lo sé.— río y me miró por fin.

Iván y yo hablamos por mucho tiempo, riendo, divirtiéndonos. Disfrutaba hablar con Iván, mucho. Tuvimos un silenció bastante cómodo, en el que me di cuenta.

Mis sentimientos hacia Iván nunca desaparecieron, aquel chico de mi adolescencia, aquel primer amor. Él había sido la primera persona de la que me había enamorado, pero a la vez la primera persona que me había hecho algo así de doloroso. Nos destruimos los dos.

Confundí el amor por el odio.

Verlo feliz, me recordó aquellos tiempos, definitivamente todavía me gustaba.

Todavía me gustaba Iván Buhajeruk.

Iván me miró a los ojos, luego a la boca, yo imité los actos.

En cuestión de segundos nos estábamos besando, mis manos fueron a su cuello y las suyas a mis caderas.

— Olivia.— se separó del beso.— me gustas, se que va a sonar cursi pero, desde que te volví a besar no paro de pensar en vos. Me he dado cuenta que nunca te olvidé. Se que no vas a sentir lo mismo, no hace falta que digas nada.— después de eso se levantó.

DIOS. Iván acababa de confesar eso. Lo mismo que sentía yo, pero se iba a ir y no quería eso.

— Iván no te vayas. Yo siento lo mismo. Me gustas también.

𝘼𝙢𝙤𝙧 𝙋𝙤𝙧 𝘾𝙤𝙣𝙫𝙚𝙣𝙞𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 // 𝙎𝙥𝙧𝙚𝙚𝙣𝘿𝙈𝘾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora