9 / Soul of Mina: Amor

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Todas las sensaciones crecieron cuando sus manos se posaron sobre mis mejillas y dejó pequeñas caricias con sus pulgares. Comenzó a acercarse y yo no haría nada para detener algo que realmente quería que pasara con locura.

Estaba ansiosa, anhelando la calidez de sus labios, esperando el contacto, queriendo que el mundo entero desapareciera. Unos milímetros bastaban pero mi estúpido teléfono sonó haciéndonos sobresaltar, ella se levantó y se aclaró la garganta.

Contesté, escuché la voz varonil de Lee Know invitandome a su casa, me negué al principio pero cuando escuché a mi hermano llegar y saludar cariñosamente a la tonta chica que estuvo apunto de besarme me rendí y acepté.

Era tan descarada y la odiaba, pero odiaba más que eso último fuera una mentira. Saludé apenas a Changbin y sin volver a mirar a su novia me fuí.

No sabía qué hacer, estaba arriesgando mucho y aunque había decidido hacerlo no sabía si valía la pena cuando parecía que ella solo estaba jugando y disfrutaba de ello.

Estaba harta, destruida y confundida, así que me resigné a seguir viviendo de la manera en que siempre lo hice.

¿Qué era eso de estar enamorada de una chica? ¿Qué era eso de no importarme si le hacía daño a una o dos de las personas más importantes para mí? ¿Qué era eso de comportarme tan impulsivamente? ¿Qué era eso de tener deseos tan pasionales y descabellados? Ni siquiera la había besado y no lo haría, ya no lo intentaría más porque sabía que sería mi perdición.

...

Cuando creí que las aguas se habían calmado llegó otra vez el viernes y la clase de filosofía. Ver a mi "alma gemela" ignorandome otra vez me importó poco, al menos quise convencerme de que era así y pasé la hora concentrada en el compas de cada canción de mi lista de reproducción favorita, hasta que la maestra Lee se acercó.

—Señorita Son, señorita Myoui ¿Dónde está su ensayo?

Miré rápido a Chaeyoung, casi río por su repentino nerviosismo pero no lo hice y simplemente hablé sin pensar en nada, ni siquiera en salvarme, salvarla o salvarnos.

—No existe. Lo lamentamos maestra, no nos hemos podido poner de acuerdo y ha sido difícil por no decir imposible escribir algo

—Pero ustedes prácticamente no hablan aquí...— Parecía que quería rendirse pero suspiró profundo y siguió con el tema— Bien, les daré una oportunidad más solo porque son muy buenas estudiantes y no quiero perjudicarlas con una mala calificación pero pongan de su parte por favor... Quédense después de clases

Y así lo hicimos, escuché el timbre, todos se levantaron, sonreí al ver a Sana junto a Tzuyu, parecía contenta, se giró hacia mí y dió saltitos al despedirse mientras me hacía una seña con la mano intentando decirme que luego me llamaría.

Rápidamente la bulla fué remplazada por un silencio incómodo, los pasos de la maestra acercándose, una silla siendo arrastrada y finalmente su voz haciéndose notar.

—Quisiera preguntar ¿Por qué todos sus compañeros y compañeras pudieron entregarme algo y ustedes no? ¿Cuál es el problema?

—Probablemente somos muy diferentes

—Está bien, puedo entender eso pero al menos ¿Lo han intentado?— claramente no, nos habíamos dedicado a jugar a provocarnos y a alejarnos sin explicación aparente— ¿Señorita Myoui?

—No

—¿Señorita Son?

—N-no

—¿Y qué es lo que pasa?...- el silencio era abrumador y la espera agonizante— ¿Chaeyoung por qué parece tan nerviosa? Y usted Mina ¿Por qué luce tan indiferente?

No podía soportarlo y como siempre quería escapar.

—Maestra Lee, entiendo su preocupación pero al menos yo no le veo el sentido a esto. Son y yo simplemente no somos "almas gemelas"

—Pues tendrán que hacer algo para serlo. Esa era su principal tarea, descubrir a la otra...— Nos miró analizando la situación o a nosotras, no lo sé— Tráiganme algo la próxima clase o tendrán un gran cero, estoy segura de que no quieren eso ¿Verdad?

Mi orgullo no iba a ganar, no podía permitirme arruinar mis calificaciones con una horrible nota como esa. Negué con la cabeza resignandome y me levanté pensando en como le hablaría a Chaeyoung.

Cuando iba caminando hasta la salida escuché su voz, mi nombre saliendo por sus labios otra vez, me detuve y sonreí inconscientemente pero me dí cuenta de eso y quité mi sonrisa antes de dar vuelta en su dirección. Sus ojos tan brillantes, expresivos y profundos me atraparon para variar, no podía dejar de admirar la forma de estos, sus largas pestañas y el hipnotizante color en el cual quería ahogarme.

Me empezó a hablar pero no entendí ni una sola palabra porque pronto me perdí en el movimiento de sus labios rosados y carnosos ¿Serían tan suaves como parecían? De todos modos tuve ganas de callarla, poner mis labios sobre los suyos y morir.

—¿Me estás... Estás escu-Escuchando?

—No

Desvió la mirada al suelo, tomó una respiración profunda y habló rápido.

—Dije que Changbin me invitó a tu casa mañana y tal vez podríamos hacer el ensayo

—Bien

Después de recorrer sus facciones por última vez intenté actuar naturalmente y me giré para caminar e irme, ni siquiera sabía cómo volvería a casa pero la cuestión era no mostrarme más idiota de lo que ya estaba siendo.

Escuché a mi hermano llamar a Chaeyoung y sus pasos cerca de mí.

—Oye bob

—¿Bob?

—Sí, Bob-a

—Wow, ¿desde cuándo te convertiste en el circo entero?

—Ya jajaja ¿Qué haces por aquí aún?

—Me quedé hablando con la maestra Lee

Yo era masoquista porque aunque intenté fingir que todo estaba bien, quería quemar algo por saber que sus manos estaban entrelazadas.

—Bueno ¿vienes con nosotros?

Por todos los cielos necesitaba aprender a conducir y conseguir un auto lo más pronto posible. No quería pero era mi única opción, todos se irían de fiesta y nadie me prestaría atención. Asentí y caminé rápido hasta llegar al Hyundai Grandeur negro que usaba mi hermano.

Me apoyé en una de las puertas traseras y los ví caminando con las manos entrelazadas, eran perfectos juntos y Changbin... Él se veía realmente feliz. Siempre lo dije, si él era feliz yo también lo sería y aunque aceptar la situación fuera doloroso, Chaeyoung también parecía ser feliz junto a él.

Eso era el amor, ser feliz por la felicidad de tus seres amados y yo de verdad... De verdad los amaba a ambos.

Quise llorar, quise que nada de eso estuviera sucediendo, quise golpear a cupido por ser tan cruel y equivocarse tanto conmigo.

Me subí rápido al asiento trasero y para evitar escuchar una dulce conversación que sabía que tendrían, busqué mis audífonos con desesperación. Estuve todo el camino saltando canciones si no me parecían demasiado amorosas, era muy felices, tristes o aburridas.

Después de llegar a casa y escapar a mi habitación recordé lo último que había pasado, decidí decir adiós al amor no correspondido una vez más, sin titubear y sin dudar.

Si quería que todo estuviera bien y que ellos fueran felices debía alejarme más de lo que ya había intentado. Estaba dispuesta a dejar de ser egoísta, estaba dispuesta a romperme en mil pedazos solo por amor.

Almas Gemelas - Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora