Almas Gemelas - Michaeng

26 / Soul of MiChaeng: Posibilidad

Pov Chaeyoung:

Y el mar se escapaba lentamente a través de mis ojos. Comparaciones o metáforas que solo servían para hacer más poético el horrible sentimiento que habitaba en mí.

Otra vez me sentía perdida, nuevamente era solo una chica sin esperanza, sobreviviendo pero no viviendo.

Me aislé, aunque mis amigas estuvieran ahí tratando de apoyarme las palabras no salían de mi boca y tampoco podía dirigirles miradas directas. Y lo peor era toparme con Mina, no porque no quisiera sino porque ella ahora me despreciaba o prefería fingir que mi existencia no tenía valor en su mundo.

Me encontraba llorando con la mirada perdida, como siempre, escondida en un pasillo vacío y alejado. Alguien se sentó a mi lado pero no me molesté en saber de quién se trataba. Aunque por el olor de su típico y varonil perfume lo sabía.

—¿Qué fué lo que pasó? ¿Ahora siempre te veo triste?

Si pudiera entender por qué Changbin me estaba hablando en un tono dulce y comprensivo tal vez entendería muchas otras cosas.

—No es como si a tí te importara

—Te equivocas Chaeng. Aún me preocupo por tí, aún me importa que estés bien... Yo aún te quiero

—No deberías hacerlo... No soy buena para nadie, soy simplemente un desastre

—No es cierto. Sé que te gustan las palabras bonitas pero no tengo una gran mente y no se me ocurre algo más que decir que a mí me pareces perfecta y haría lo que sea por tí

Mi corazón se rompió un poco más porque yo no quería que el me dijera algo como eso, no quería lastimar a nadie más, no quería lastimarlo de nuevo.

—Changbin, por favor... Solo olvídalo, realmente aprecio tus palabras pero no puedo corresponderte

—Está bien, lo entiendo pero... Déjame quedarme a tu lado por favor

—¿Y qué pasa con Mina?

—Estaremos bien... Con el tiempo... Ya lo verás

Gracias a eso pude sonreír débilmente pero de una manera sincera, si Mina podía recuperar la unión con su hermano, tal vez podía sacar algo bueno de todo esto.

Pov Mina:

No quería admitirlo pero disfruté la salida, me distraje. Eunwoo solo demostró ser dulce y agradable, por eso ahora me parecía imposible que hubiera hecho algo tan vil como amenazar a alguien con un arma blanca.

Pronto llegó el término de semestre y las cortas vacaciones y entre el tiempo que pasaba con mis amigas y el que empecé a pasar con Eunwoo me relajé un poco, aún cuando ni a Sana, ni a Nayeon ni a Momo les agradaba el chico porque decían que había algo raro con él. Ni siquiera le dirigían la palabra pero sabían que era uno más de mis esfuerzos por superar a Son Chaeyoung.

Solo un débil intento porque las noches seguían siendo muy duras y casi insoportables gracias a su recuerdo. Su cabello, sus cejas, sus ojos, su nariz, sus labios, su lunar, la forma de su rostro, su cuello, sus expresiones que incluían su sonrisa acompañada de su hoyuelo, su ceño fruncido... Bueno, todo, absolutamente todo me perseguía, la extrañaba tanto que solo bastaba pensar en su persona unos cuantos segundos para ponerme a llorar.

Sin embargo, podía rescatar algunas cosas, extrañamente la relación con Changbin estaba mejorando, no del todo pero era un avance y él ya no estaba completamente triste, aunque la complicidad entre nosotros ya no existía.

Y en un abrir y cerrar de ojos llegó el segundo  semestre del año escolar. Llegué con Eunwoo en su auto el primer día y al parecer fué una "bomba" para todos y todas, podía sentir las miradas que juzgaban con asco a la vez que escuchaba los murmullos con insultos específicos por verme acompañada de alguien más, sobre todo si era el popular capitán del equipo de basquetbol, pero ciertamente no me importaba. Él me agradaba y punto.

Solo podía pensar en que si un hombre de pronto se le veía con muchas chicas era considerado un "campeón" pero si una chica hacía algo similar ¿era una "fácil"?. La hipocresía.

Me despedí de Eunwoo y fuí a mi primera clase, suerte que este semestre compartiría todas las materias con mis amigas, no obstante, eso no me libraba de los trabajos al azar.

Conversamos de temas varios pero pronto el mundo se detuvo. Recordé que tenía un corazón en mi pecho y estúpidas mariposas en mi estómago que solo reaccionaban ante la presencia de una persona, la cuál venía entrando por la puerta con una expresión seria mientras hablaba con Jihyo.

No me miró, por primera vez sentí que ella quiso evitarme y mi ánimo decayó de una forma terrible, el día se me arruinó solo con eso. Ella se sentó alejada de mí y asumí que Chaeyoung evitaría tener cualquier interacción conmigo.

Bueno, ¿para qué quería interactuar con ella? Lo que necesitaba era olvidarla.

Intenté concentrarme otra vez en la conversación que tenían Momo, Sana y Nayeon con la esperanza de lograr hacer un comentario oportuno. Pero no, nada funcionó.

La clase de biología comenzó y la gran idea del maestro fué un bobo trabajo al azar.

Pov Chaeyoung:

En las vacaciones Changbin y yo nos volvimos a acercar pero nada fué como antes. Yo estaba consciente de que la única manera de poder ser feliz era junto a Mina, pero al parecer eso no tenía solución, por esa razón me resigné a la idea de vivir así, pero no conté con que la vería tan cerca de Eunwoo cuando volvieramos a clase.

Él era peligroso, se lo había dicho y al parecer prefirió creerle al chico.

Estaba tan molesta como herida, aún así, ella me importaba y siempre lo haría, por eso debía intentar advertirle que tuviera cuidado.

No se me ocurría nada, entonces hablé con Jihyo planteandole una situación hipotética pero no pudo ayudarme mucho. Estaba distraída y de pronto tratando de no discutir con Tzuyu porque ahora ambas tenían un crush con Sana.

Solo pude rodar los ojos y sentarme con Dahyun quien miraba como boba a Momo hablando con su grupo de amigas, donde estaba Mina, mi perdición.

Escuché lo del trabajo de biología y lo tomé como mi oportunidad para volver a acercarme a la chica que amaba, tratando de convencerme a mi misma que solo quería advertirle y en realidad no quería estar tan solo un poco más cerca.

Otra vez fueron papeles pero tenían colores. Solo tuve que memorizar el color de Mina y no perder de vista como se movía en las manos del profesor al confundirse con otros papeles de otro color o del mismo tono.

Me ofrecí para sacar el papel y leí el nombre de Mina sin demostrar mi nerviosismo y emoción, ignoré el alboroto que causó la situación y también su mirada, aún estaba molesta y tal vez no dejaría de estarlo.

El amor era estúpido y tal vez no era para mí.