Agosto '22 | POV de María

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Entré a Instagram para subir una historia, lo hice y después me encontré con publicaciones que indicaban que era el cumpleaños de Nicki. Nerviosa, tiré el teléfono a un costado. Nuestra última interacción había sido, como ya saben, el Lolla. Yo le había clavso visto, me correspondía hablar. En mi parlante, sonaba Rosalía.

Si no lo puedes tener lo tendrás que soltar
No estoy a tu lado, pero te deseo paz y libertad

¿Hablarle realmente iba a servir para algo más que incomodarla? Encima en su cumpleaños... Desestimé la idea, pero igual volví a agarrar mi celular.

"A JRei le ha gustado tu historia" decía una notificación. De nuevo me invadió la ansiedad, pero esta vez era buena. Rei me parecía realmente hermoso, ¡qué hombre! Varias veces le había puesto like, pero nunca me lo había devuelto. Finalmente había llegado mi día.

-Ahora, ¿qué hago?- me pregunté a mí misma en un mar de nervios. ¿Daba hablarle yo? ¿Tenía que esperar? Si esperaba, ¿cuánto era el tiempo prudencial? Más una nueva notificación me sacó del trance.

Mensaje de JRei: "Aburrida, mi reina?".

"Sí, demasiado" respondí casi al instante.

Mensaje de JRei: "Hacés algo esta noche?".

El calor se me fue a las mejillas y sentí un cosquilleo intenso en todo el cuerpo.

"Hacemos algo esta noche?" respondí.

Mensaje de JRei: "Pasá ubi, te voy a buscar".

Y se la pasé sin dudarlo. Me levanté y corrí al baño, para prepararme para el encuentro. Me bañé a la velocidad de la luz y me puse mi conjunto de ropa interior de la suerte.

-Dale campeona, hoy te la olvidás- me dije a mí misma en el espejo mientras me arqueaba las pestañas y sonaba La Combi Versace de fondo.

Me cambié de ropa como tres veces, queriendo no quedar ni muy muy, ni tan tan. Me puse perfume, y esperé 20 minutos en silencio al lado de la puerta. Estaba demasiado nerviosa, mi cabeza no paraba de generar escenarios diversos en los que las cosas salían muy bien o muy mal, o directamente me clavaba y no salían.

Mensaje de JRei: "Abajo reina".

Me levanté como un resorte y toqué 20 veces el botón del ascensor, impaciente. Cuando finalmente lo vi, mi ansiedad se disipó. Me esperaba apoyado en la puerta de su camioneta, vestía un conjunto deportivo que le quedaba pintado.

Se acercó despacio, me sonrió y me puso la mano en la cintura antes de darme un beso en la mejilla. Me abrió la puerta y la cerró después de que me subiera. Fuimos hasta su casa escuchando cuarteto y hablando de autos, que son su pasión, además de la música. En todo momento fue muy atento, me preguntó mil veces que si estaba bien la temperatura, si quería que me reclinara un poco el asiento, si tenía hambre o sed.

Entramos a su hogar y me recibió un gato hermoso, enorme. Ya me caía bien. Yo me quedé jugando con el animalito, y él se dirigió a la cocina.

-Alexa, ¡play!- gritó y empezó a sonar Ojalá, una de mis canciones. -La puta madre, me quemó.

-¿Me estabas escuchando?- reí caminando hasta él.

-Me vuelve loco esta canción, a veces la toco en el teclado.

Finalmente divisé a mi hombre, estaba estirando bollos para hacer pizza. ¡¿Qué?!

-Ay, me van a cocinar.

-Más vale, ¿qué esperabas? ¿Una hamburguesa fría del delivery? No señora.

-¿Te ayudo?

-No, tranqui. Ya lo tengo casi lo cocinado, literalmente- rió.

En sintonía perfecta con las cumbias que venían sonando, empezó Otra Noche de Los Ángeles Azules... con Nicki.

-¿Se puede cambiar?- consulté buscando su teléfono.

-¿No te copan Los Ángeles?

-Sí, no es eso.

-¿No te copa Nicki entonces? ¿Se conocen?

-Sí, o sea, hasta ahí- suspiré.

-Si querés, podés contarme- me animó mirándome a los ojos. -Alexa, siguiente- gritó y la voz de Nicki quedó atrás.

-Fue una secuencia rara, qué se yo.

-¿Se pelearon por alguno?

-No exactamente, más bien todo lo contrario.

Julián abrió los ojos como platos, expresando intriga.

-Te gusta el chisme, eh- reí. -No hay mucho en realidad igual, medio que nos confundimos.

-¿Entre ustedes?

-Tampoco estoy segura de si fue mutuo, creo que ese fue el problema. Verás, yo soy bisexual, ella parece que no.

-Ella se lo pierde, realmente- rió haciendo señas hacia mi cuerpo.

Juli metió la pizza en el horno y yo me distraje mirando el teclado que estaba en el centro del comedor. Me senté en el banco que estaba frente al mismo, y empecé a apretar teclas sin ningún fin concreto.

-¿Tocás?- preguntó sentándose a mi lado.

-No- respondí avergonzada.

Entonces empezó a tocar su canción nueva, Pechito Partido. Al principio estaba concentrado en sus movimientos, y cuando arrancó a cantar clavó la vista en mí.

Mami, solo dame una oportunidad
Pa' tu corazón curar
Tiene el pechito partido
A puro dolor
Pero mami, cúrate conmigo
Quiero despertarme encima de tu ombligo

-Sos lindo, eh- lo corté y me sentí una atrevida.

-¡Mari! Te estaba cantando- rió.

-Después seguís.

-¿Después de qué?

Terminé con los centímetros que nos separaban y le di un beso.

Y así fue como empezó uno de los vínculos más lindos de mi vida. Con él crecí y aprendí mucho, descubrí que era digna de tener a alguien que me apoyara en todo. En los meses que pasamos juntos, nunca me sentí sola.

La marca de este capítulo está en agosto, porque fue cuando nos conocimos, pero salimos durante septiembre, octubre y noviembre. Ahí fue cuando distancia nos empezó a jugar en contra, y se tornó muy angustiante. Pero eso lo voy a contar después.

Inspiradora | María Becerra y Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora