Agosto '23 | POV de María

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Se iban a cumplir dos semanas desde la última vez que había visto a Nicki, y al día siguiente era su cumpleaños. Estaba terriblemente angustiada por la distancia, tenía muchas ganas de estar con ella durante su show en Chile para después empezar su día especial juntas, pero un show en Valencia iba a hacer que no pudiera llegar antes del mediodía.

Estaba lista para salir desde hotel hacia el predio cuando nos informaron que, por alerta de tormentas fuertes, el festival en el que me iba a presentar finalmente no iba a poder realizarse. Fingí congoja, subí una historia lamentándome, y le pedí a mi asistente que me hiciera llegar a Chile lo antes posible.

Aterricé en Santiago a las 11 de la noche, y me frustré al leer que el show de Nicki ya estaba por terminarse. Me había ilusionado como una estúpida con la idea de verla en el escenario frente a tanta gente que había ido a verla a ella, y solo a ella. Pero al menos iba a llegar a estar con ella a la medianoche, cuando su edad pasara a ser la misma que la mía, veintitrés.

Corrí hasta la camioneta que me iba a llevar hasta su hotel, nerviosa. Su mejor amigo me estaba compartiendo la data minuto a minuto acerca de dónde estaban y qué estaban haciendo. Pero el resto de su equipo no tenía idea de que estábamos juntas, y me daba mucha ansiedad imaginarme sus caras de sorpresa cuando me vieran. La verdad era que Nicki y yo nunca habíamos sido grandes amigas, por lo tanto no iba a resultar del todo normal mi aparición sorpresa en en marco de su cumpleaños.

Lo de Nicki con el Peso Pluma no había tenido un final oficial. Se rumoreaba que ya no andaban, porque ya no se los veía juntos en lugares, pero ninguno salió a decir nada al respecto. Sabía que él y Nicki estaban en comunicación, pero no quería meterme en el medio, suficiente para el pobre tipo que lo haya dejado por mí. En fin, era cantado que iban a surgir teorías de cuernos, medio entendible también. Y podía ser controlable y explicable en un entorno de conocidos pero, una vez que un número considerable de personas lo supieran, quedarían segundos hasta que se difundiera y pasara a ser asunto de todo el mundo. Y ahí ni Dios nos iba a poder ayudar.

Hubo un montón de tráfico en el camino, lo cual no le impactó positivamente a mi ansiedad. En cierto momento, me metí las manos en los bolsillos y toqué el paquete que había dejado en uno de ellos, uno de los regalos que tenía preparados para ella. Yo soy muy cursi, y me encantan demasiado las manualidades. Fue por eso que estando en Italia se me ocurrió hacer un taller de joyería, en el cual le di forma a una pulsera a la que después le grabé Inspiradora.

Los recuerdos me distrajeron y de repente el conductor me avisó que ya habíamos llegado a destino. Miré por la ventana, respiré hondo y un guardia me abrió la puerta. En el lobby me esperaba el mejor amigo de Nicki con los brazos abiertos.

-Nena, qué suerte que llegaste- soltó aliviado.

-Sí, Dios mío, lo que corrí...

Empecé a caminar a la par suyo, sin saber bien hacia dónde.

-Estaba pensando, ¿no va a ser un poco raro si caigo ahí a la fiesta? El resto de los pibes no tienen idea de lo que está pasando entre nosotras.

-¿A vos te preocupa que lo sepan?

-No, no es eso...

-Te preocupa que a Naiki le preocupe que lo sepan.

-Sí, qué se yo. Venimos re bien con eso, nadie sospecha. No me dan miedo los chicos, sino lo que va a pasar cuando se entere todo el mundo.

-Mari- suspiró abriendo una puerta -sabés que tarde o temprano va a pasar, y que las opiniones van a ser encontradas. Pero tenés que focalizarte en disfrutar, el resto que se arregle.

Sonreí e ingresé a la sala, rápidamente me di cuenta de que se trataba del restaurante en el que estaban ella y su equipo. Frené en seco al ver que estaban hablándole a un celular, como haciendo historias o un vivo. Su mejor amigo siguió su camino hasta ella y me señaló suavemente. Ahí fue cuando los ojos de Nicole conectaron con los míos y sentí cómo mi cuerpo se aflojaba por la emoción mezclada con los nervios.

Inspiradora | María Becerra y Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora