Enero '22 | POV de Nicki

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Finalmente tuve mis fiestas en familia, y después unos días en la playa con Matu. Él me complementaba de una manera única, no podía imaginarme un mejor compañero. Aunque muchas veces chocamos por manejar niveles de energía diferentes, no podría haber soñado con alguien mejor que él para acompañarme durante esos dos años.

Un día, durante ese período de vacaciones, me apareció una story de María en malla. Me quedé mirándola mientras sonaba el final de West Coast de Lana del Rey, lo cual me puso en un mood bastante especial. Me imaginé teniéndola cerca, haciendo cosas de amigas. Cosas tipo ponerle protector solar, acomodarle las tiritas del corpiño.

Sentí algo en mi hombro, y advertí que Mateo estaba atrás mío. Me saqué los auriculares y le pegué despacio.

-Pajero- bromeé riendo.

-¿Yo? Si sos vos la que está mirando la historia de una mina en malla por tercera vez- siguió el chiste.

-Porque me gusta la malla.

-Te pusiste colorada.

-Porque me estás mirando. Pero seguí mirando, eh- escribí ''fuego esa mallaaaa'' y envié.

-¿Te acordás de esa vez que me preguntaste si los hombres nos mirábamos mucho entre nosotros?

-Sí- reí.

-Me parece que no tanto- siguió riendo.

Se alejó corriendo hacia el mar, y volví a mi música. De repente me sentí parte una escena sacada de un video indie. Pensaba en el cuerpo de María, mientras apreciaba el cuerpo de Mateo, mientras Lana me abrumaba repitiendo

But you haven't seen my man
You haven't seen my man
You haven't seen my man
You haven't seen him

🕒🕕🕘

Pasemos al día relevante: el 5 de enero fui sola al lanzamiento de Entre Nosotros Remix. Matu tenía un show en el interior, y no daban los horarios para que me acompañara. Esos eran los momentos en los cuales sufría que nos dedicáramos a lo mismo, pero también es bastante utópico y egoísta desear a alguien que te acompañe en absolutamente todo. Más cuando tenés 21 años.

No tuve mucho tiempo para lamentarme. Apenas puse un pie en la alfombra roja, llegó María, también sola. Corrió hasta mí, mientras los flashes nos enceguecían. Me agarró del brazo, y tiró suavemente para que la siguiera.

-¿Dónde está el Trueno?- preguntó sonriéndole a la cámara.

-En Córdoba, tenía un show re grande.

-Durmió, ahora sos mi cita.

Las dos reímos al unísono y los flashes aumentaron. Me dolió que esa fuera su primera pregunta, pero entendí que no fue con mala intención. Sonreí con fuerza, para mostrarme segura.

Entramos y Mari me llevó directamente a la barra. Pidió dos copas de champagne y me extendió una. Las chocamos mirándonos a los ojos, y las tomamos de un shot.

-Estás hermosa, enana- dijo sonriendo.

-No sé qué tanto derecho tenés vos a decirme enana- reí.

-Bueno, perdón. Es la costumbre de escucharlos a los otros boludos. Que no sé por dónde andan, me dijeron que ya habían llegado- los buscó con la mirada.

Recién ahí pude mirarla con atención, y desde entonces no pude dejar de hacerlo. Tenía un vestido negro con brillos, que marcaba la perfecta forma de su cuerpo. Le habían hecho un delineado bastante llamativo, y no habían escatimado con las sombras en sus párpados. Parecía sacada de una obra de teatro de Broadway, brillaba de tal forma que no podía ver nada más alrededor.

-¿Te gusta?- preguntó haciendo una pose.

-Me encanta, es un montón. En el buen sentido.

-¿Y el vestido también está bueno no?- rió.

¡¿QUÉ ERAN TODOS ESOS COMENTARIOS?! En realidad, ¿por qué les estaba dando entidad? Eran chistes entre amigas, claramente. No tenían por qué incomodarme. Ella no se vía incómoda, ni se estaba haciendo la linda. Sencillamente es linda.

-¿Me pasás la foto que nos sacamos?- pedí para desviar el tema.

-Obvio- agarró su celular y empezó a scrollear. -Me vas a matar, pero creo que no te tengo agendada.

-¡María! Me hablaste el otro día.

-Es que cambié el celular.

-Ponele que te creo... Dame- extendí la mano y le saqué el teléfono.

Abrí los contactos, escribí "Nicki ❤️", tipeé mi número y lo guardé.

Mientras ella seleccionaba las fotos para mandarme, los chicos llegaron y gloriosamente mi pudo desactivar el modo de crisis. No teníamos que cantar, así que simplemente podía ahogarme con todo el alcohol y la comida que quisiera. A pesar de que no me sentía totalmente bien sin Mateo, y la situación con María me mambeaba, la noche parecía prometedora.

Inspiradora | María Becerra y Nicki NicoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora