Capítulo 17: De Vuelta Al Negro.

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Cuando los conquistadores españoles llegaron a América encontraron qué este estaba repleto de Oro, así que como los malditos codiciosos qué eran decidieron intercambiar este preciado metal por algo tan simple como un espejo.

Por años he creído, como el resto de los Latinos, qué los españoles nos habían estafado al robarnos todo nuestro oro, pero en estos momentos, mientras miro el lindo trasero de Rakkun a través del espejo, agradezco de que no sea a través de un opaco reflejo en oro.

Lo que veía era algo prohibido, de eso estaba seguro, podía ver el mundo enfrente mio ir en cámara lenta, dejándome ver todo detenidamente. Lo que estaba haciendo Rakkun era simplemente recoger la toalla qué había dejado caer al suelo, mientras estaba completamente desnuda.

¿Por qué estaba desnuda? Bueno, eso es algo que yo también quería saber, pero tampoco es como si tuviera la intención de hundirme en preguntas sin sentido para perderme el espectáculo.

El cuarto estaba oscuro, por lo que podía ver también era bastante limitado, en especial en un reflejo ya que mi cabeza cubría algunas partes.

Sentía la necesidad de voltear a ver, pero si hacía eso entonces perdería la confianza que me tiene Rakkun…, pero estoy haciendolo al ver de esta forma, ¿no?

Cerré mis ojos frustrado, no podía creer lo que le había hecho a Rakkun cuando ella tiene la confianza de… bueno, de sea lo que este pasando.

–Di-dime cuando termines –susurre con una voz tan suave que tan solo Rakkun podía escucharme.

Ella no decía nada, quedándose en completo silencio, seguramente apenada por la situación en la que se encontraba.

Tan solo podía escuchar su respiración agitada detrás mio, la cual poco a poco se iba acercando a mi hasta que podía escucharla al lado de mi oído.

–Y-yo nunca te dije que necesitaba privacidad –murmuró con una voz tan suave que ni una hormiga podría escucharlo, un secreto tan solo para ambos.

Abrí mis ojos y voltee a ver a Rakkun, la cual estaba parada al lado mio con un rostro ruborizado qué la hacia parecer un tomate maduro.

Lo único que lograba ver era su rostro, sus ojos los cuales brillaban parecían llamarme mientras nos acercábamos lentamente hasta que nuestros labios se tocaron.

Fue un beso extraño, pues parecía que ambos estábamos cometiendo un pecado, un pecado qué se sentía bastante bien el cometer.

Moví mis manos por la cintura de Rakkun, tan suave al tacto qué me veía atraído poco a poco a usar mis manos para jugar con su cuerpo, tan solo me detuvo el ángel en mi hombro, el cual poco a poco estaba siendo aplastado por mi demonio y mi curiosidad al mismo tiempo.

Ella no se quedo quieta, ya que coloco sus manos sobre mi pecho mientras lo acariciaba lentamente, interesada en el cuerpo frente a ella oculto por un beso qué no parecía tener fin.

El tiempo no parecía existir para nosotros, o al menos así veíamos el mundo que estaba a nuestro alrededor, el cual nos miraba con celos por el amor tan bello que se mostraba en su tierra, cosa que ignoramos completamente… un error algo torpe si se me permite decir.

La puerta del baño detrás nuestro se abrió de manera repentina, el sonido de la puerta abriéndose era tan claro que hasta un anciano lograría escucharla, pero no un par de idiotas enamorados.

Detrás de la puerta apareció Karma de manera torpe, sin preocupación alguna encendió la luz, encontrándose con dos cuerpos desnudos y unidos por los labios.

–¡¿Qu-qué están haciendo?! –grito sorprendida al vernos.

–¡¡Uahhh, e-esto no es lo que parece!! –respondió con un grito similar Rakkun separándose de mi.

Conociendo a Rakkun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora