SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA KAMARI
𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐒𝐓 | ❝ Todos tenemos batallas que peleas y heridas por sanar, pero no me dejes hacerlo sola ❞
𝙀𝙣 𝘿𝙤𝙣𝙙𝙚 Aisha mantiene en una caja mental todo el dolor y la culpa al recordar la muerte...
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐈𝐒
A primera hora de la mañana Aisha, por así decirlo, se escapó de su casa evitando encontrarse con su madre o hermano listos para cuestionarle respecto a su inusual levantamiento temprano.
Ella no se levantaba temprano a menos que, no hubiera dormido mucho la noche anterior, algún asunto sobrenatural que requería su atención, Scott o Melissa (cuando no tenía turnos dobles) debían de gritarle e incluso mojar su rostro para que despertara o nunca llegaría a la escuela. Pero en esta ocasión fue para no perder ningún minuto de su propósito, uno donde no necesitara de la chismosa de su mellizo.
Aisha bloqueaba los golpes que le brindaba Parrish, moviéndose en forma circular con el otro en la pequeña estancia del departamento donde vive el oficial.
— No olvides poner los brazos arriba. Así bloqueas con mayor facilidad los ataques al rostro y a la cabeza mientras mantienes la vista en tu enemigo -la morena asintió al oírlo- Otra vez
Bloqueo tras bloqueo ejercía Aisha a los brazos de Parrish como de igual forma las patadas intercaladas en el entrenamiento.
Un gruñido de enfado salió de su garganta al ser golpeada, gentilmente, por el oficial en sus costillas al mismo tiempo que su hombro le dolió.
— No te exijas. No saldrá perfecto a la primera
Aisha ladeo la cabeza — Se supone que una cazadora me enseñó lo básico y estoy peor que cuando ella me enseñó -sacude sus hombros, fingiendo de ese modo que está liberando tensión y no por el dolor- Una vez más
— ¿Segura? Tal vez deberíamos detenernos un poco
— ¿Por qué?
— No quiero que te duele la cadera por esto -una sonrisa coqueta relució en el rostro de Parrish-
— Considerando lo vivido con una sola pierna, puedo aguantar
El oficial levantó una ceja dudando de si hacerle caso o no, más no quería decir que se trataba de un futuro cansancio o gran dolor para la morena. Aisha deja salir el aire antes de quitarse su chamarra y bajar un poco su pantalón deportivo mostrando su piel morena intacta. Parrish no disimuló al segundo de fijar su vista en el pecho de la chica, comprimido por el top deportivo, y bajarla a la piel descubierta.
— ¿Desea mirar más, oficial? -preguntó Aisha, coqueta-
Parrish río entre dientes
— Incluso tocar
La chica relamió sus labios antes de incitarle con la mirada para seguir con su entrenamiento, el mayor asintió frenéticamente en lo que se anulaba de su chamarra deportiva como ella e iniciar un nuevo combate, del cual volvió a ganar Parrish. Este mismo sujeto sus brazos haciendo que la espalda de Aisha chocara contra su pecho.
