SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA KAMARI
𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐒𝐓 | ❝ Todos tenemos batallas que peleas y heridas por sanar, pero no me dejes hacerlo sola ❞
𝙀𝙣 𝘿𝙤𝙣𝙙𝙚 Aisha mantiene en una caja mental todo el dolor y la culpa al recordar la muerte...
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Como podía el chico con lunares, llevaba a su mejor amiga directo al Jeep donde pensarían en un lugar para que tuviera a su bebé, se preocuparían por la manada después, ellos debían aprender a lidiar con los problemas sin ellos dos por una vez de todas. Pero de repente...
—Stiles.
—¿Mamá?
Aisha respiraba con dificultad —Stiles, es una ilusión. La Cacería Salvaje...
—¿Qué quieres decir con que la trajeron de vuelta? —cuestionó, confundido—
—Stiles —Claudia Stilinski se posó frente a la puerta que daba a la salida de la escuela, mirando a su hijo, pero su rostro era la versión de un jinete— Sé por lo que has pasado. Sé lo mucho que quieres a tu padre. Incluso en la Cacería, conseguiste abrirte paso hasta sus recuerdos
—Sí, entrometerme es una de mis habilidades
La queja de dolor en Aisha provocó que Stiles despertara de la trampa que le tendía la imagen de su madre, a pesar de que no era la real, él seguía amando y extrañando a su madre completamente. Pero Claudia tenía otros planes, con la intención de clavarle las uñas afiladas a Aisha en los costados de la garganta fue detenida a penas en su primer paso por una silueta masculina que la estampó contra los casilleros.
Consecutivo a esto, un disparo salió en dirección a Claudia. Sin causarle ningún daño.
—Tus balas no pueden dañarme
—Dispara de nuevo — ordenó Lydia, apareciendo detrás de Noah—
Y en el segundo que él disparó otra vez, la banshee grito extendiendo sus brazos para guiar su voz en dirección a la versión de Claudia, desvaneciéndola en un humo verde al instante.
—Stiles...
—No sabes cuanto extrañe tu acentor francés
Lobo y humano se fundieron en un beso único, demostrando que tanto se necesitaban entre ellos. Alexis los acercaba lo más que podía a su cuerpo, sujetando a Stiles por la nuca y la cintura, dejando que este llevara sus manos en dirección al cuello de su novio sobrenatural.
—No me gustaría arruinarles su momento que me dará diabetes... —Lydia corrió hasta su mejor amiga, asustada por el semblante que Aisha poseía— Pero estoy a nada de romper fuente... ¡Hay que irnos de aquí!
—Espera. ¿Vas a tener al bebé ahora? —interrogó la pelirroja—
—Creí que te faltaban semanas. Unas dos, creo — miró a su novio— Te fuiste mucho tiempo, Stiles
—No quiero tener a mi hijo en la escuela, ¡Madonna!
Noah le aseguró a su hijo que le avisaría a Derek y Melissa en cuanto los viera, por el momento ellos debían de sacar a Aisha de la escuela.
