SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA KAMARI
𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐒𝐓 | ❝ Todos tenemos batallas que peleas y heridas por sanar, pero no me dejes hacerlo sola ❞
𝙀𝙣 𝘿𝙤𝙣𝙙𝙚 Aisha mantiene en una caja mental todo el dolor y la culpa al recordar la muerte...
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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎
Su mirada recorrió la escena, la sangre, el trozo de carne en el suelo, los tubos metálicos sobre el andamio, uno de los tubos clavado y atravesando al chico.
— Y-Yo no sé cómo... J-Juro que puedo... Yo... Mierda. Aisha, debes c-creerme. Simplemente fue como si...
— Fuera una pesadilla -terminó neutra. Sin apartar la atención del cadáver delante de los dos humanos- También yo... -una lágrima rebelde salió de sus lagrimales- La sentí. Sentí a Khaos tomando el control porque se lo quise
— ¿Crees que sigan dentro?
Aisha negó con la cabeza ligeramente, dejando de lado el tema del cual solo traería tortura para ambos. Ella se acercó a su mejor amigo para revisar su hombro — ¿Te duele mucho?
— Puedo soportarlo -musitó desconcertado- Mierda, Aisha. ¿Qué vamos a hacer? -su respiración se agitó, sus ojos no se movían del cuerpo- Mierda. Doble mierda. Matamos a alguien
— No -habló con seguridad. Acuna el rostro de su mejor amigo entre sus manos para que la vea solo a ella- Estoy aquí, ¿sí? Tú te fuiste temprano por algo y yo me quede. Si llegan a preguntar o iniciar una investigación todo fue mi culpa -quizá la morena estaba entrando en pánico, la culpabilidad de que quería matar y los nervios por sentir la presencia de esa sombra, pero ella no se rompía. Era el cerebro y la seguridad de la manada. Stiles la necesitaba. Se lo debía después de obligarlo a ceder- Tranquilo, Spagetti. Me haré responsable
— Matamos a alguien, Aisha -susurró serio- Ambos. Los dos
— No, no lo hiciste. Solo yo
Stiles pasó las palamas de sus manos sobre su rostro — Los dos cedimos a nuestro peor lado. No podemos decirle a Scott
— Nadie ha dicho nada sobre decirle a Scott -aseguró Aisha. A pesar de tener su vínculo con el Alfa, ella sabría la buena mentira que daría para hacerle frente a su hermano o de alguien más- Esto es lo que haremos. Llamaras a la policía mientras que yo me encargo de limpiar las secciones donde pueden estar nuestras huellas. ¿Estás de acuerdo?
Stiles asintió y se aproximó al escritorio para alcanzar el teléfono, usando una bolsa para cubrir sus huellas, así marcó al 911.
— 911, ¿cuál es su emergencia? -contestó la operadora encargada. Los dos se mantuvieron en silencio- 911, ¿cuál es su emergencia? -no obtuvo respuesta. Dejaban correr el tiempo suficiente necesario para que rastrearan la llamada- Llamó al 911. Solo es para emergencias. Si no tiene una emergencia, por favor cuelgue
Los mejores amigos se quedaban en silencio, lo único que podía escucharse detrás de la línea era la respiración pesada de Stiles.
— ¿Quieres que envíe una patrulla? -se escuchó una voz masculina, seguramente alguno de los oficiales de turno- ¿Cuál es la dirección?
