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3 días después.

Eran las 7 de la mañana, Minho aún estaba dormido sabiendo que tenía clases a las 8. Su alarma había sonado, pero cómo Minho era un flojo por naturaleza, se hizo como que si no la escuchó y siguió durmiendo.

Hyunjin abrió la puerta, viendo al castañito aún acurrucado entre sus sabanas con un pequeño puchero formado en sus labios, que lo hacía ver sumamente lindo, recordando al menor, recordando haberlo visto de esa forma hace unos años.

─ Minho ─El pelinegro se acerca al menor, moviendolo un poco para intentar despertarlo, siendo claramente imposible.

─ Min.. ─El menor se remueve un poco, haciendo una mueca de molestia que, para Hyunjin, era sumamente tierno.

─ Papá.. Un rato más.. ─Minho dice aún entre dormido, haciendo reír levemente al pelinegro.

─ Minho, en una hora empezarán tus clases, Dios, despierta.

Y hasta ahí, Minho se da cuenta de quien estaba en su habitación.

─ Ya llevé a Jisoo a la escuela ─continua Hyunjin, viendo como el menor se cubría completamente con sus sabanas ─necesito que tu te despiertes para poderme ir también.

Minho simplemente no responde, haciéndose el dormido.

─ Minho.. ¿Te despiertas por las buenas? ¿O por las malas?

El castaño sólo se remueve un poco, acomodandose para darle la espalda.

─ Bien, tu lo pediste ─y le arrebata la sabana que lo tenía cubierto completamente. Minho hace un pequeño berrinche, más no se levanta ni abre los ojos.

─ No quiero ir.

Hyunjin resopla y toma al castaño de un pie, jalandolo fuera de la cama, y al sentir éso, Minho rápidamente se agarró del respaldo de la cama, negándose rotundamente a salir de está.

─ Eres un mocoso muy terco ─dice mientras sigue jalandole, escuchando las quejas del menor.

─ ¡Hyuji! ¡Me arrancarás la pata, Dios!

Hyunjin ríe y jala a Minho por más arriba, haciendo que su short resbalara y cayerá directamente al suelo, ahí dándose cuenta de que el menor dormía sin ropa interior.

El pelinegro silva de manera burlona, sin despegar los ojos del menor que, el muy sin vergüenza, no hacia nada por taparse.

─ Pero que bonito culo.

─ Cállate, no creas que así me harás despegarme de mi camita.

─ Bien, no me dejas de otra ─en un movimiento rápido, Hyunjin carga a Minho como costal de papas, éste comenzando a patalear al instante.

─ ¡Hyunjin! ¡Sueltame! ─dice Minho, gritando escandalosamente.

─ Shhh ─el castaño siente como una mano golpea sus nalgas desnudas, y al instante deja de patalear y gritar ─ mira que sorpresa, aparte de llamarme por mi nombre, obedeces.

─ Idiota, no te acostumbres ─comienza a patalear nuevamente ─ ¡bajame!

Hyunjin simplemente no le pone atención y lo lleva directo al baño que estaba en la habitación de éste, solo hasta ahí dejándolo parado dentro del baño.

•𝘔𝘪 𝘯𝘪𝘯̃𝘦𝘳𝘰~ ᴴʸᵘⁿʰᵒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora