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ALLISON VIDRIO







Era lunes por la mañana y estaba guardando algunos cuadernos en mi casillero mientras escuchaba a Sofía, quien hablaba sobre su cita con Edson.

— Edson es un romántico, a el también le gustan mucho las novelas de William Shakespeare — me contó mientras soltaba un suspiro de enamorada.

Era la primera vez que veía a mi amiga así, sobre todo cuando ella era de las personas a las que no les gustaba demostrar mucho sus sentimientos y menos decir que era una fanática de Romeo y Julieta.

— ¿Segura que no tienes fiebre? — solté de manera burlona mientras Sofía bufaba — Dios mío, hasta el corazón más frío se enamora.

— Si, así como tú— atacó Sofía de manera venenosa

— ¿Yo?, claro que no, estás loca — dije negando su acusación mientras cerraba mi casillero y le ponía la clave.

— ¿Entonces en donde estabas en la tarde?, llame a Nailea después de no recibir respuesta tuya y ella me dijo que cuando llegó a su casa no te encontró allí. — dijo mientras imitaba mi acción con su casillero.

— ¿Y eso que? — la miré cruzándome de brazos

— ¿A donde fueron Sebastián y tu? — preguntó con total interés.

Sebastián... Carajo. En todo el día no lo he visto y realmente me siento avergonzada después de que nos besaramos, tal vez no le gustó mi beso ya que no me ha hablado mi lo he visto en ninguna parte. Además no he hablado con  nadie acerca del beso.

— Fuimos a jugar paintball— dije como si no fuera nada — Y después fuimos a comer pizza.

— ¿A su casa? — preguntó burlona y moviendo las cejas para que entendiera a lo que se refería, todo mientras avanzabamos por los pasillos a nuestra clase.

— No digas estupideces Sofía — dije rodando los ojos — A una pizzería como los jóvenes normales.

— Los jóvenes normales — hizo comillas al decirlo— Van a coger, esa es la realidad Allison.

— Pues yo no fuí hacer esas cosas vulgares, solo fuimos a jugar y después a cenar — sentencie fulminando a Sofía, ella seguía con la idea tonta en su cabeza.

De pronto sentí como me tapaban los ojos por la espalda, se solo sentir su perfume me sentí mareada y podía saber quién era sin necesidad de verlo o escucharlo. Trate de no sonreír para que Sofía no siguiera con las ideas tontas en su cabeza en cuanto a mi salida con Sebastián.

— ¿Quien soy? — preguntó aquella persona que se había convertido en mi tema de conversación más usual. Incluso escuchar su voz me había erizado la piel.

— Sebastián— dije mientras me separaba de el y podía ver a Sofia vernos con atención.

— Hola Allison — me sonrió mostrando toda su dentadura y dejando ver que se veía feliz — ¿Como éstas?

— Estoy bien, gracias— dije sonriendo, pero nuestra mirada fue a Sofía que nos veía con toda la atención e interés del mundo.

𝐃𝐢𝐞𝐳 𝐂𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐐𝐮𝐞 𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐓𝐢 | 𝐒 𝐂. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora