Cap 1. Piloto

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2007, Cassie.

Oscuridad, todo estaba oscuro hace solo unos momentos, pero al momento de abrir los ojos es cuando los tenues rayos del sol por la mañana entran por la única gran ventana de la habitación, dando justo en mi rostro.

Intento tapar mis ojos para que aquellos rayos de sol me dejen seguir durmiendo, pero de todos modos me es imposible cuando entra Roy a mi habitación de recuperación.

—Buenos días dormilona! —maldigo internamente—Ya es hora de levantarse! —Dice Roy, mi doctor, con cierto entusiasmo, mientras deja una bandeja con mi desayuno en mi mesita de luz y abre las cortinas.

Mientras bostezo, me acomodo para poder sentarme y apoyarme sobre el respaldo de mi cama, Roy pone la bandeja sobre mis piernas y me dedica una sonrisa. —Por qué tan temprano?—me quejo.

Roy gira su muñeca hacia él para ver la hora. —Son las 8 de la mañana, exagerada.

—Para mí, eso es tempranísimo. —digo con sarcasmo para luego tomar el vaso de naranja recién exprimido, ya que no me gustaba la leche.

—Necesito que comas todo, así podrás recuperarte rápidamente de tu accidente. —dice con amabilidad, mientras enciende la televisión y se sienta en una silla cercana a mi cama, ambos empezamos a ver la televisión por un buen rato, hasta que luego de 20 minutos, vemos una noticia sobre que un tal Tom Kaulitz tuvo un accidente automovilístico.

Sin darle importancia, coloco mi bandeja sobre la mesa de luz nuevamente, con mi plato vacío.

—Mierda. —exclama Roy para si mismo—Cass, si me necesitas, voy a estar en los consultorios que están al otro lado del jardín, no me extrañes. —dice mientras me tira un beso en chiste.

—No te voy a necesitar! —grito fuerte antes de que Roy cierre la puerta de mi habitación, esa era nuestra manera de llevarnos, chistes, chistes y chistes.

Me levanto de la cama y decido cambiarme, aunque sea para estar descente. Me peino, me cepillo los dientes y me dirijo al famoso jardín, el que está rodeado por el hospital prestigioso. Una vez allí, veo ancianos, niños, perros y gatos, me siento en un banco junto a Rosa, una anciana con la cual me llevo muy bien, ya que ella me da unos muy buenos temas de conversación, y obviamente, los famosos consejos de amor.

(los textos que se encuentran en itálico aparecen cuando hablan español)

Rosa! —exclamo con alegría mientras me siento a su lado.

Hola mijita! —dice lentamente y con una gran sonrisa.—Cómo te encuentras?

Igual.

Tranquila, es algo que sanará con el tiempo, no es para nada fácil superar el fallecimiento de tus padres, menos estando en plena adolescencia... —dice con paciencia mientras me da unas palmaditas en mi pierna, en forma de demostrar que tengo su apoyo.

La miro con una sonrisa, y rápidamente cambio de tema para no llorar ahí mismo. —Tienes uno de tus famosos consejos de anciana?

Solo tengo 90! y podría asegurarte que puedo moverme mejor que tú! —dice con su acento mexicano, (a diferencia del mío) para luego que las dos soltemos carcajadas.—Solo quiero que sepas que debes aprovechar cada segundo de tu adolescencia, porque más tarde quizás te arrepientas. Sigue así Cassie, estoy orgullosa de que a pesar de la muerte de tus progenitores, sigues adelante, y con la cabeza bien alta, que eso no te lo quite nadie, por favor... —toma mis manos y las rodea con las suyas, las cuales están calentitas.

Cómo... cómo hiciste para vivir lo mismo que yo? o sea, como pudiste superarlo?

Fue duro mijita. —inhala— al principio fue como una bala en mi corazón, obviamente había perdido lo más importante para mí: mis padres... pero, pude salir de aquella depresión con ayuda de una persona... —me mira con orgullo y felicidad.—Daniel.

Daniel? —pregunto confundida. —nunca me hablaste sobre ese tal "Daniel"

Lo haré ahorita. —me sonríe—Lo conocí más o menos a tu edad, el muy tonto había derramado Coca-Cola sobre mi vestido, en una boda!

Reí a carcajadas mientras ella recordaba con nostalgia y felicidad. 

Él se disculpó y me ayudó a limpiarme, pero obviamente la mancha seguía allí. Fue... raro... nos miramos a los ojos y era como si nos conociéramos de otra vida, nos miramos un rato, hasta que su novia llegó y lo alejó de mi, toda la fiesta estuvimos buscando nuestras miradas... —dice Rosa, con sus ojitos cristalinos mientras yo escucho atentamente, hasta que somos detenidas por una enfermera, que lleva un teléfono en su mano.

—Perdón señorita Rosa, pero la están llamando al teléfono. —dice la enfermera mientras le entrega el celular a Rosa y se retira.

—Hola? —dice Rosa mientras escucha atentamente, pero se ve como su sonrisa se va apagando, hago un gesto que pregunta "está todo bien?" pero soy interrumpida por el sonido del aparato estrellarse sobre el suelo, mientras Rosa se lleva una mano al pecho y con el otro agarra firmemente el apoya brazos del banco, empieza a quedarse sin aire y empieza a sudar frío, para luego caer desmayada. Alcanzo justo a agarrarla para que no se estrelle contra el suelo y rápidamente comienzo a guitar para que vengan enfermeras a controlarla. 

Las enfermeras llaman a más doctores y traen una camilla, pero yo no confío en ninguno de esos extraños, mientras me aguanto las lágrimas y con un nudo en la garganta, comienzo a correr hacia los consultorios que están al otro lado del jardín como dice Roy.

Tom Kaulitz

Me hallaba en una ambulancia junto a mi hermano, dirigiéndonos  a aquel prestigioso hospital, donde mi hermano sabía que nuestro doctor de confianza, Roy, me atendería como corresponde.

Entro a los consultorios de aquel edificio en la camilla, casi dormido y con 3 doctores y mi hermano a mi alrededor, había sufrido un accidente automovilístico, estaba caminando hasta que a un idiota se le ocurrió manejar sobre la vereda, y claramente, me atropelló. Había sufrido   una lesión en el brazo izquierdo, en el abdomen y en la cabeza, por eso me encontraba medio muerto. O eso me dijo Bill.

Fui atendido rápidamente por Roy, y luego de un tiempo desperté en una cama de un hospital, me dolía increíblemente la cabeza, pero como no había nadie a mi alrededor, me levante y mojé mi rostro con agua. Salí de esa habitación y vi a Bill apoyado en la recepción, mientras que hablaba con Roy, me acerqué a ellos y rápidamente hicieron que me sentara y empezaron a interrogarme.

—Estás bien?! —pregunta Bill preocupado

—Si, solo me duele la cabeza y el abdomen y el brazo izquierdo y  el cuello y- —fui interrumpido por la voz de una chica, su acento no era perfecto al hablar alemán, pero qué se le va a hacer?

—Roy! —la chica exclamó y agarró el brazo de el mencionado. —Necesito que vengas conmigo, ahora!

Quién se pensaba esta chica que era? Roy está ocupado conmigo ahora. —Ey! él está ocupado. —digo firme, pero ella estaba tan desesperada que no me escuchó.

—Roy, no hay tiempo! —la chica hace que Roy camine hacia el jardín.

—Qué pasa, Cassie? Por qué tanto apuro? —pregunta preocupado

—Es Rosa! Le dio un ataque al corazón o algo parecido! —Roy abre los ojos de par en par, y rápidamente se va con la chica.

Bill y yo observamos como se van corriendo y luego mi hermano dirige la mirada hacia mí.

—Vamos a tu habitación mientras tanto... —me dice Bill, mientras me ayuda a caminar al lugar mencionado.

Cassie... que nombre tan feo.

HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAA, buenooo, eso sería el primer capítulo de esta historia, me emociona empezar a escribir, no sé porqué. 

Espero que les haya gustado este primer capítulo, nos vemosss.

Al otro lado del jardín -Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora