Sinopsis

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En un imperio prestigioso y grande como el de los Luthor, no se permitía los errores ni tampoco la imperfección dentro de su familia, era inaceptable. Sin embargo, siempre existía alguien opuesto a sus ideales incoherentes, ese era el caso de Lena, hija menor del patriarca, nacida fuera del matrimonio por una aventura, gracias a eso, tuvo una vida poco agradable en cuanto a tratos, solo hasta que llegó a ser profesional y ganar méritos excelentes, dejó casi de ser una oveja negra—casi—, tenía sus propios ideales, muy opuestos a los familiares. Ella podría decir que le encantaba llevarle siempre la contraria a su madrastra que, para sorpresa suya y de muchos, había aceptado su homosexualidad, poseía una mente abierta, creía en la diversidad y no lo consideraba como un defecto. Su hermanastro varios años mayor, Alexander, era su mejor amigo, confidente y socio, se llevaban mejor de lo que esperaban sus padres, seguían siéndolo hasta la fecha, pero no apoyaba del todo sus ideales y no lo culpaba, sus crianzas fueron distintas por obvias razones.

Los Luthor habían sido bendecidos con un IQ muy elevado—Lena era la más inteligente, aunque le gustaba disimularlo—, su éxito rotundo como científicos inigualables, profesionales, más el tener la vida resuelta gracias a los bienes Luthor y empresa familiar—que ellos mismos delegaban—, los llevó a fundar una universidad prestigiosa, cuyo nivel académico sobrepasaba al MIT, Harvard o cualquier otra institución superior en educación. Luthor University Foundation  (LUF), ubicada en Massachusetts, como su principal competidora. Más que una universidad, contaba con su propia fundación benefactora, gracias a la menor de los Luthor—también profesora—, por supuesto. Ofrecía becas casi completas a los estudiantes destacados cuyas notas fueran o superaran el rango establecido de las secundarias que quisiesen estudiar en alguna rama científica y algún tipo de arte, una mezcla poco usual, pero se especializaban en ello. Secretamente los Luthor eran amantes del arte, las paredes de su mansión se convertían en testigos.

En el lado opuesto de las familias adineradas y con quo alto, se hallaban los Danvers. Ciudadanos de clase media que intentaban por todos los medios pagar sus impuestos a tiempo, intentaron darle en la mayor medida lo mejor a sus hijas, especialmente velaron más por una de ellas, pero no se trató nunca de favoritismo, sino que gracias a un padecimiento debió tener mayor atención y cuidados. Su hija mayor lo entendió mejor que nadie, incluso trató de cuidar a su hermana menor como si fuese el cristal más delicado del mundo.  Kara Danvers era lo contrario a esa definición; su tenacidad, elevada inteligencia, esperanza y compasión sobrepasaba a cualquier persona, incluida su belleza física. Desafortunamente, siendo muy joven comenzó a sufrir ceguera con el tiempo, la ingenuidad y desinformación los había llevado a pensar—incluida ella—, que era una simple miopía, también debido a la influencia de un erróneo dictamen. Cuando descubrieron por otro especialista el verdadero diagnóstico, había sido algo tarde, tenía tracoma y el trasplante de córnea tenía un precio muy elevado para sus padres y hermana. Se negó completamente a que cubrieran dicho monto con hipotecas y créditos. Su visión se apagó, la envió directo a una oscuridad casi absoluta y con ello la llevó a los años más difíciles de su vida.

Sin embargo, siempre fue positiva, había decidido con firmeza a no rendirse, logró concluir sus estudios, tanto de secundaria como universitaria. Aprendió a ver más allá de lo que sus ojos vieron antes, aprendió el idioma de la oscuridad, solo odiaba saber que sus padres habían invertido mucho en libros especiales que estaban en braille. Logró graduarse como profesora de historia del arte, porque aun estando ciega, su amor por dicha carrera nunca se vio perturbada. Había dado muchos años clases en una universidad estatal de su natal National City, fue nombraba muchas veces por el consejo superior de educación como profesora honorable, eso había cambiado al ser despedida discriminadamente por la nueva administración.

La vida con sus constantes idas y vueltas, iba a mostrarles el verdadero camino a dos personas opuestas—según decía los estándares sociales—, pero cuyos ideales las convertían seres iguales.

 Ojos Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora