Nagi es un tesoro perdido, uno que Reo Mikage perdió y que talvez no volverá a recuperar.
Reo encuentra una bestia (o talvez dos) en PXG.
¡Oh-Oh!
Mikage Reo quiere jugar para PXG, quiere arriesgarse y perseguir a aquella bestia.
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Con un resoplido bajó del auto, el cuál era de las instalaciones Blue Lock, el echo de que Ego los haya echo que alguien los llevé hasta la ciudad, le pareció extraño, sabiendo que con una simple llamada podría hacer que alguien de los subordinados de su padre venga, pero dejando eso de lado.
— ¿A dónde iremos primero Bollo morado? — Shidou rodeó su hombro con su brazo acercando lo.
— Hay un gran festival en la ciudad hoy, asi que allí iremos — Miró de reojo a Rin, quién al parecer estaba viendo algo en su celular o talvez cambiando alguna canción que suene en sus auriculares y no le agrade.
— Bueno~ — Esté se giró y miró al azabache. — Pestañas estúpido vamonos o prefieres quedarte aquí sólo?~
— Si con eso no vería tu asquerosa cara, entonces si. — Sus ojos conectaron con los rosados de Shidou en el momento en qué esté lo agarro por la chamarra.
— ¿¡Ah!? ¿¡Que acabas de decir Inbecil!? — Venas azules sobresalen en su rostro.
Esto alertó al pelimorado, quién en se distrajo mirando la ubicación en su celular.
Rápidamente se interpuso, agarró la muñeca de Shidou soltando la de la chaqueta de Rin, a esté lo protege con su cuerpo del moreno, estaba en el medio de los dos, separarlos.
— Shidou, sin peleas. — Apretó un poco el agarré en la muñeca del mencionado, quién comenzó a reír de inmediato.
— Lo que diga Mi Bollo~ — Soltó el agarré en su muñeca y sonrió burlonamente al azabache detrás de esté.
Reo suspiro y miró al menor dándole una sonrisa.
— ¿Vamos, Rin? — el otro lo miro por unos cortos segundos, dándole a entender que lo seguiría.
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— Si, bueno, no estoy muy seguro de esto — Dijo, seguía mirando la gran montaña rusa frente a el.
— ¿Porqué no, tienes miedo bollo?~ — Reo pudo distinguir el tono, se estaba burlando de el, odiaba eso.
— ¡A la mierda, lo haré! — luego se arrepentiría de esto, talvez cuando bajen y caiga directamente al suelo por el mareó.
— ¿Y tú pestañas? — El mencionado rápidamente lo fulminó con la mirada.
— Si morimos aquí, será toda tu culpa Shidou Ryusei. — Reo le dijo, su tono era severo, haciendo saber que hablaba en serio.
El moreno río. — Lo que digas~
Ya sentados, unas grandes barras de acero se ajustaron a ellos, un chico, el cuál al parecer trabajaba allí, no más grande que ellos verificó que estén bien aseguradas, luego de hacerlo, dió una ceñal con la mano a uno de sus compañeros, haciendo arrancar el juego.
