Capítulo 8

87 18 0
                                    

Se miró al espejo y miro a otra mujer, totalmente distinta. ¿Por qué se había dejado de ponerse pantalones que se ajustaran a sus piernas y resaltaran su cintura? Mira el reloj y se dio cuenta de que llegaba tarde, tomo el bolso y tras colgárselo se puso la gafas de sol y salió de la habitación.

—Si necesitas ayuda solo avisa. —Raquelle la miro fijamente—. Estaré encantada de ir y darle una paliza.

—No tardare. —Solo respondió eso y salió de la casa.

Cuando atravesó la Gloria que separaba el portal del edificio del parque vio a sus hijas en el centro de este. Hayley estaba tomado de la mano de sus dos hermanas, las tres mirando a todos lados en busca de su madre. Y Ryan de pie junto a ellas, como de costumbre concentrado en su teléfono que parecía mucho más importante que sus hijas.

— ¡Mamá! —Sasha grito al verla.

— ¡Mami! —Emma fue la siguiente mientras que  tiraba de sus hermanas en dirección a ella.

Ella caminaba hacia sus hijas con prisa, con energía, en ese instante Ryan levanto la vista del teléfono y sus ojos se cruzaron. Pudo ver la sorpresa en su rostro, noto como la miraba de arriba abajo y fruncía el ceño, después volvió a su habitual frialdad.

— ¡Mis niñas! —Gloria se agacho a abrazar a las tres.

— ¡Ma! ¡Ma! —Hayley se agarró a su cuello como si temiera que volvieran a alejarla de ella.

— ¿Se portaron bien? —Pregunto mirando a Emma y Sasha mientras depositaba un beso en la cabeza de Hayley

—Si mamá. —Sasha asintió sonriente.

—Así me gusta. —Sonrió y después se incorporó, se sorprendió al ver que Hayley se agarraba de su pantalón con fuerza—. Cariño, no me voy a ir. —Miro de nuevo a Sasha y Emma y suspiro—. ¿Por qué no llevan a Hayley a los columpios? Papá y yo tenemos que hablar.

—Vale. —Emma agarro a su hermana pequeña de una mano y Sasha de la otra. Las tres juntas se marcharon caminando hacia los columpios que estaban al lado.

—No se alejen de aquí, eh.  —ella les observo y después se giró para mirar a Ryan—. Siento haberme retrasado.

— ¿Estabas ocupada? —El levanto ambas cejas visiblemente molesto.

—No eres tú el único que tiene cosas que hacer. —Respondió bruscamente.

—Tenemos que aclarar ciertos asuntos del divorcio. —Ryan cuadro los hombros—. Quizás podamos llegar a algún acuerdo.

—Lo referente al divorcio tendrás que tratarlo con Jason. —Gloria le interrumpió—. Él es mi abogado.

— ¿Entonces de que querías hablar? —El frunció el ceño.

—De tus hijas. —y su respuesta fue brusca—. De que te las has llevado un fin de semana y han pasado todo el tiempo con la niñera. Solo te han visto una noche.

—He tenido mucho trabajo. —El la miro fijamente.

—Siempre tienes mucho trabajo. —Gloria apretó la mandíbula—. Dime ¿Te ha ayudado tu secretaria con el trabajo? Ahora que vive en nuestra casa será más fácil.

—No tengo ganas de discutir —miro hacia otro lado—, y menos de escuchar tus reproches.

—Y yo no tengo intención de reprocharte y menos de discutir contigo. —Gloria aguanto las ganas de gritar—. Ya no eres mi marido, lo que hagas me importa una soberana mierda —y el la miro sorprendido—, solo me importan mis hijas. No quiero que salgan lastimadas con todo esto —lo miro a los ojos—, y no creo que entiendan como su padre les presenta a esa mujer que vive en nuestra propia casa.

Una novia para mama ADAPTACION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora