— ¿Qué te parece? —Gloria le miro con el ceño fruncido—. Puede ser una buena idea. —Garrett asintió.
—Encárgate de ello.
— ¿Yo? —Gloria lo miro como si estuviera loco.
— ¿Es tu idea no? —Él sonrió—. ¿Quién mejor para plasmarla?
—Pero yo hace años que no escribo Garrett. —Gloria miro sus manos.
—Eso nunca se olvida. —Garrett la miro a los ojos—. Confió en ti.
Y él se marchó del despacho dejándola allí sentada. Gloria miro su ordenador y frunció el ceño. ¿Nunca se olvida? ¿Y porque ni siquiera sabía cómo empezar? Suspiro y coloco las manos sobre las teclas.
Mujeres y hombres.
—No. —pulso borrar.
Los hombres, esos desconocidos.
—No. —volvió a borrar.
¿Una vida sin hombres?
— ¡Maldita sea! —y borro de nuevo.
Unos golpes en la puerta hicieron que levantara la vista del ordenador a su secretaria que la miraba con cautela.
— ¿Qué pasa Dina? —Frunció el ceño.
—Han llegado unos hombres. —La mujer trago saliva—. Con unas cajas.
— ¿Unas cajas de qué? —Gloria la miro confundida.
—Con tus cosas y las de las niñas —Dina la miro inquieta—, tu marido les pidió que las entregaran aquí.
— ¡¿Qué?! —y de un salto Gloria se levantó de su silla. Salió de su despacho y observo las cajas que estaban ante ella—. ¿Cómo se atreve? —Apretó los puños furiosa ¿Por qué allí? ¿Por qué las mandaba a su trabajo? ¿A caso quería humillarla? Si eso era lo que quería.
—Señora tiene que firmar aquí. —Un hombre se le acerco mostrándole un papel.
—No voy a firmar nada. —Gloria lo miro decidida—. No quiero nada de esto, devuélvanselo a quien lo mando. —Y sin esperar a que le dijeran nada entro al despacho dando un fuerte portazo—. ¡Cerdo asqueroso y manipulador! —Empujo el florero que había sobre su mesa—. Eso es lo que eres ¡Eso es lo que son todos! —y se sentó en su sillón y comenzó a escribir.
Dos horas, ese era el tiempo que había pasado escribiendo y repasando una y otra vez cada palabra. Volvió a leer una vez más y antes de arrepentirse pulso enviar. Ya estaba hecho, no había vuelta atrás. Miro el reloj de su despacho y se levantó de golpe.
— ¡Mierda! —cogió el bolso y salió del despacho corriendo—. ¡Adiós Dee!
— ¡Buen fin de semana! —Dina la miro sonriente
Se subió a su coche y condujo por la ciudad como loca. Hoy era el partido de Emma y Sasha y ella llegaba tarde.
—Mierda. —Le sonó el claxon a un coche que se paró en segunda fila—. ¡Busca aparcamiento idiota! —grito tras bajar la ventanilla.
Llego al aparcamiento y dio tres vueltas por el hasta que al fin vio un hueco libre y rápidamente aparco. Se bajó corriendo, cerró la puerta, bloqueo el coche y cuando iba corriendo hacia la entrada del campo se paró de golpe. Bufo molesta y se giró para regresar corriendo al coche, lo abrió y saco el bolso, después volvió a cerrarlo y ahora sí pudo entrar corriendo al campo.
—Ya llegue, ya llegué. —metió el tacón en uno de los agujeros de tierra y se dobló el tobillo. Ignorando el dolor en su pie, siguió caminando hasta que al fin diviso a la gente. Gente que estaba alrededor del césped verde gritando y abrazando a los niñas. Diviso a su hermana y corrió hacia ella—. ¡Oh Dios! ¡Llegue tarde! ¿Llegue tarde verdad?
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Una novia para mama ADAPTACION.
Fiksi Penggemar- ¡Pues vete al carajo! ¡Maldito cabron, egocéntrico, hijo de puta! -Allí estaba gritando en mitad de un parque lleno de niños-. ¡Que disfrutes de mi cama con tu zorra oxigenada! ¡Ojala te pegue una enfermedad venérea! Dos años de noviazgo, seis año...