Capítulo 10

79 18 14
                                    

— ¿Qué te parece? —Gloria le miro con el ceño fruncido—. Puede ser una buena idea. —Garrett asintió.

—Encárgate de ello.

— ¿Yo? —Gloria lo miro como si estuviera loco.

— ¿Es tu idea no? —Él sonrió—. ¿Quién mejor para plasmarla?

—Pero yo hace años que no escribo Garrett. —Gloria miro sus manos.

—Eso nunca se olvida. —Garrett la miro a los ojos—. Confió en ti.

Y él se marchó del despacho dejándola allí sentada. Gloria miro su ordenador y frunció el ceño. ¿Nunca se olvida? ¿Y porque ni siquiera sabía cómo empezar? Suspiro y coloco las manos sobre las teclas.

Mujeres y hombres.

—No. —pulso borrar.

Los hombres, esos desconocidos.

—No. —volvió a borrar.

¿Una vida sin hombres?

— ¡Maldita sea! —y borro de nuevo.

Unos golpes en la puerta hicieron que levantara la vista del ordenador a su secretaria que la miraba con cautela.

— ¿Qué pasa Dina? —Frunció el ceño.

—Han llegado unos hombres. —La mujer trago saliva—. Con unas cajas.

— ¿Unas cajas de qué? —Gloria la miro confundida.

—Con tus cosas y las de las niñas —Dina la miro inquieta—, tu marido les pidió que las entregaran aquí.

— ¡¿Qué?! —y de un salto Gloria se levantó de su silla. Salió de su despacho y observo las cajas que estaban ante ella—. ¿Cómo se atreve? —Apretó los puños furiosa ¿Por qué allí? ¿Por qué las mandaba a su trabajo? ¿A caso quería humillarla? Si eso era lo que quería.

—Señora tiene que firmar aquí. —Un hombre se le acerco mostrándole un papel.

—No voy a firmar nada. —Gloria lo miro decidida—. No quiero nada de esto, devuélvanselo a quien lo mando. —Y sin esperar a que le dijeran nada entro al despacho dando un fuerte portazo—. ¡Cerdo asqueroso y manipulador! —Empujo el florero que había sobre su mesa—. Eso es lo que eres ¡Eso es lo que son todos! —y se sentó en su sillón y comenzó a escribir.

Dos horas, ese era el tiempo que había pasado escribiendo y repasando una y otra vez cada palabra. Volvió a leer una vez más y antes de arrepentirse pulso enviar. Ya estaba hecho, no había vuelta atrás. Miro el reloj de su despacho y se levantó de golpe.

— ¡Mierda! —cogió el bolso y salió del despacho corriendo—. ¡Adiós Dee!

— ¡Buen fin de semana! —Dina la miro sonriente

Se subió a su coche y condujo por la ciudad como loca. Hoy era el partido de Emma y Sasha y ella llegaba tarde.

—Mierda. —Le sonó el claxon a un coche que se paró en segunda fila—. ¡Busca aparcamiento idiota! —grito tras bajar la ventanilla.

Llego al aparcamiento y dio tres vueltas por el hasta que al fin vio un hueco libre y rápidamente aparco. Se bajó corriendo, cerró la puerta, bloqueo el coche y cuando iba corriendo hacia la entrada del campo se paró de golpe. Bufo molesta y se giró para regresar corriendo al coche, lo abrió y saco el bolso, después volvió a cerrarlo y ahora sí pudo entrar corriendo al campo.

—Ya llegue, ya llegué. —metió el tacón en uno de los agujeros de tierra y se dobló el tobillo. Ignorando el dolor en su pie, siguió caminando hasta que al fin diviso a la gente. Gente que estaba alrededor del césped verde gritando y abrazando a los niñas. Diviso a su hermana y corrió hacia ella—. ¡Oh Dios! ¡Llegue tarde! ¿Llegue tarde verdad?

Una novia para mama ADAPTACION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora