Capítulo 12

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—No sé porque te hago caso. —Volvió a mirarse al espejo—. Es demasiado...

—Estas genial. —rio divertida.

—Es muy corto —miro sus piernas—. ¿Y porque no un vestido?

—Es una cita. —Raquelle bufo molesta—. ¿Qué quieres llevar? ¿Un chándal?

—Ni siquiera sé a dónde vamos. —Gloria frunció el ceño.

—Pues a un restaurante. —Raquelle se apoyó en la puerta—. ¿Dónde si no?

—Pues que bien. —No es que le hiciera mucha ilusión. Cuando salía con Ryan solo iban a un restaurante a comer y de vuelta a casa. ¿Pero por qué se acordaba de él? —. ¿Qué hora es?

—Las ocho. —Raquelle miro su reloj.

—Llego tarde. —tomo el bolso y salió corriendo al salón.

—Pues que te espere. —Raquelle la siguió molesta—. ¿No podía ser la maldita reunión otro día?

—Cuanto antes lo arregle mejor —respondió dando un beso a cada una de sus hijas—. Pórtense bien y háganle caso a tita.

—Si mami. —Emma sonrió.

—Mamá estas muy guapa. —Sasha la miro con cariño.

—Gracias cielo. —ella sonrió y camino hacia la puerta.

—Pásatelo bien. —Raquelle la observo—. Y si no quieres venir a dormir no pasa nada.

—Uff. —Gloria la miro molesta y salió del apartamento cerrando la puerta tras ella.

El trayecto a la oficina de Ryan se le hizo eterno. No hacía más que recordar el último día que lo había recorrido, Aquella noche en la que descubrió que toda su vida era una mentira. Y cuando aparco el coche y se bajó, un escalofrió recorrió su cuerpo. Tenía que acabar con esto rápido. Y cuando llego a la planta en la que estaban esperándola, cuando camino por aquel pasillo y vio quien estaba sentada frente la oficina. Pensó que fácilmente podría darle un ataque de histeria allí mismo. Cuando Naomi la vio, bajo la mirada visiblemente avergonzada. Por un momento tuvo la tentación de insultarla, pero respiro profundamente y paso ante ella, entro a la oficina y se paró ante los tres hombres que la esperaban.

—Pensaba que ya no vendrías. —Ryan hablo sin levantar la vista de sus papeles.

— ¿Podemos darnos prisa con el asunto? —Gloria ignoro su indirecta.

— ¿Tienes prisa? —Levanto la vista de los papeles y se quedó mirándola sorprendido.

—A lo que vamos. —Jason la miro con el ceño fruncido y después sonrió—. ¿Cuál es la queja?

—La señora, perdón señorita... —El abogado de  Ryan empezó hablar.

—Mi representada solo está cumpliendo con su trabajo como periodista. —Jason le interrumpió—. Y la única alusión que ha hecho como personal, es un comentario expresando su opinión al final del artículo.

—Un artículo que trata sobre la separación. —Ryan miro a Gloria con los ojos entrecerrados—. Y encima habla de engaños.

— ¿De qué es mejor hablar? De eso entiendo muy bien —Gloria respondió de forma sagaz, después miro al abogado—. Soy periodista, me pidieron que escribiera el rincón de la mujer y lo hice basándome en las estadísticas de muchas mujeres separadas. Al final del artículo expreso mi opinión personal, nada más. —sonrió—. Es mi trabajo y pienso seguir haciéndolo.

—Nadie te pide que dejes de hacer tu trabajo pero separa tu vida profesional de tu vida personal. —Ryan impidió que su abogado hablara de nuevo, adelantándose.

Una novia para mama ADAPTACION.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora