Capítulo 2

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El día esperado había llegado y luego de pensarlo varias veces y pasar por la parte en la que quería retractarme de todo y negarme a salir de mi habitación... por fin Jennifer y mi madre consiguieron que salga de allí. Estaba tras la gran puerta, escuchando la música y a todos los invitados hablando entre sí. Estaba tan nerviosa, más porque mi padre, en su deseo porque marque presencia y destaque, cambió mi entrada normal a una muy extravagante. Suspiré para calmarme y acepté que debía hacer esto.

Las puertas se abrieron y como si estuviera en una película, me dejé ver en el balcón interno del salón, llamando la atención de los presentes que empezaron a comentar y murmurar sobre mí. Tragué con dificultad por esas miradas, pero al conectar miradas con mi padre él asiente con la cabeza y yo suspiré profundo con disimulo. Bajé las escaleras aún siendo observada, me aseguraba de dar un paso a la vez y no tropezar. Las cámaras de los fotógrafos estaban en mí, solo unos cuantos tuvieron permiso de entrar, pues esto era un evento importante para mi familia.

—¡Oh, Dios! Ellie, estás tan bella —Jen salta sobre mí al terminar de bajar las escaleras.

—Gracias, me gusta tu máscara —mencioné.

—¿Verdad?

En ese momento papá y mamá se acercaron a nosotras, ambos igualmente llevaban máscaras y un vestuario que combinaba el uno con el otro.

—Estás muy hermosa, hija mía —dice papá con una sonrisa.

—Gracias, padre.

—No olvides saludar, aquí han venido mis socios con sus hijos así que sé amable —pidió.

Asentí como respuesta, sabía que iba a decir algo así. La imagen lo era todo para él. Mamá me ayuda al apoyar su mano en el hombro de papá y llevárselo luego de decirme lo bien que luzco.

—Eh, mira allí —Jen me da unos leves codazos y apunta con la mirada—. Estoy segura de que ese es tu príncipe azul.

Aparté la mirada y me encontré con un chico alto, de cabello negro y un traje impecable, aunque estuviera de espaldas. Rápidamente pensé en Carsson, pues su físico es tan perfecto...

—Ve a hablarle —miré a Jennifer como si fuera una lunática.

—¿Estás loca? No lo haré. Qué vergüenza.

—Ajá... ¿y cómo esperas bailar con alguien? —preguntó.

—P..Puede ser alguien más —me crucé de brazos.

Jen bufa y yo, para terminar con esta conversación, la agarré por la mano y la jalé hasta llegar a la mesa del buffet para comer, algo pues no lo había hecho desde que desperté por Jennifer y mamá deseándome un feliz cumpleaños.

—¿Y el alcohol? ¿Qué es una fiesta sin un buen trago? —pregunta Jen indignada.

—Cálmate, Jen. Recuerda que están mis padres y unos periodistas. Imagínate aparecer en la portada de un periódico por borracha.

—No es justo, también nos gusta beber.

—Sí pero somos menores de edad todavía —rodé los ojos.

Jen seguía en desacuerdo pero solo la ignoré y me serví algo de comida. Jennifer seguía molestando hasta que papá me hace una seña que comprendí al instante, así que me sonrojé y aparté la mirada. Pasa que se suponía que yo debía de escoger a alguien para empezar a bailar... ¡Yo no quería, papá me obliga! Qué vergüenza, otra vez. Primero la gran entrada y también esto, es demasiado... pero es verdad que yo quería este tipo de fiesta.

—Ya, elige a tu hombre —dice Jen al saber lo que debía hacer.

—E..Espérame, que ni siquiera puedo saber quiénes son —traté de excusarme pero ella parece ver algo tras de mí y su sonrisa se ensancha.

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